176 días de guerra
Aumenta el temor a un nuevo «Chernóbil»
Erdogan insiste en las conversaciones de paz. Zelenski condiciona el diálogo con Rusia a la retirada de tropas tras recibir al presidente turco y a Guterres en Leópolis
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, subrayó que su país solo considerará negociaciones con Rusia después de que las tropas rusas abandonen todos los territorios ilegalmente ocupados de Ucrania, al hablar después de la reunión trilateral con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ayer en Leópolis. Además de la cumbre a tres, Zelenski se reunió con Guterres y Erdogan por separado. El mandatario ucraniano coincide con ellos en que es posible un diálogo, pero por ahora no hay indicio alguno de que este vaya a llegar a corto plazo, a pesar del acuerdo para la exportación del grano en el que Turquía y la ONU ejercieron de mediadores. Zelenski informó que Ucrania continuará coordinando la iniciativa de exportación de cereales, respaldada por la ONU.
Se espera que hoy Guterres visite Odesa, uno de los tres puertos ucranianos del Mar Negro, incluidos en la iniciativa, antes de viajar a Estambul, donde tiene su sede el Centro de Coordinación Conjunta para supervisar los buques.
Asimismo, Zelenski indicó que se prestó especial atención a la situación en torno a la planta nuclear de Zaporiyia, ocupada por las tropas rusas. Advirtió que «este terror deliberado» por parte de Rusia «podría tener resultados catastróficos a nivel mundial». El presidente de Ucrania señaló que la ONU tiene que garantizar su seguridad, desmilitarización y desocupación.
Antonio Guterres aseguró que la ONU tiene la capacidad de apoyar una misión de la OIEA en la planta. Pidió el cese completo de cualquier actividad militar en las cercanías de la estación y calificó un posible ataque a la central como «un suicidio». «Rusia debe retirar inmediata e incondicionalmente sus fuerzas del territorio de la central nuclear de Zaporiyia, así como poner fin a cualquier provocación y bombardeo», indicó Zelenski, quien acusó a Rusia de «chantaje nuclear».
El presidente turco también expresó su preocupación por el combate alrededor de la planta nuclear y advirtió que no se podía permitir que se convirtiera en «un nuevo Chernóbil». También expresó su certeza de que la guerra debe terminar en la mesa de negociaciones. «Lo importante es encontrar el camino más corto y más justo a la mesa de negociaciones», señaló el mandatario turco, en unas declaraciones recogidas por la agencia oficial Anatolia y que avanzan que Erdogan expondrá próximamente antes Moscú las conclusiones de la reunión de ayer.
Erdogan calificó de éxito el acuerdo de exportación de cereales respaldado por la ONU y recordó que unos 25 barcos ya han salido de los puertos ucranianos con 625.000 toneladas de grano a bordo.
Zelenski calificó la primera visita del presidente de Turquía a Ucrania como «un poderoso mensaje de apoyo» de un país poderoso. Durante la reunión en Leópolis, discutió con Erdogan, quien estuvo acompañado por un número de notables ministros, funcionarios y empresarios, el futuro de las relaciones estratégicas entre ambos países. También se tocaron temas de cooperación en materia de defensa y en presencia de los dos presidentes también se firmó un acuerdo para la participación turca en la reconstrucción de la posguerra.
Las familias de los prisioneros de guerra ucranianos que Rusia mantiene en Olenivka realizaron una manifestación en Leópolis para llamar la atención de Guterres y Erdogan sobre la difícil situación de los soldados capturados. Hicieron un llamamiento al mundo civilizado a no guardar silencio y actuar para evitar que Rusia cometa crímenes contra el pueblo ucraniano. Los participantes expresaron su esperanza de que Guterres y Erdogan pudieran usar su influencia para convencer a Vladimir Putin de permitir que los representantes de la ONU y la Cruz Roja se reúnan con los prisioneros de guerra y verifiquen su salud y condiciones.
Ataque de “falsa bandera” en Zaporiyia
Mientras tanto, Rusia y Ucrania se acusaron hoy mutuamente de preparar «una provocación», un ataque de «falsa bandera» en la central nuclear de Zaporiyia para este viernes. Los medios estatales rusos anunciaron que se realizará una transmisión en línea de todo lo que suceda en la planta mediante drones. Según la inteligencia militar de Ucrania, se ordenó a la mayoría del personal que el viernes no se presentara a trabajar.
A primera hora de ayer, Rusia advirtió que podría detener los dos bloques de la planta que aún están operando si «continúa la situación actual». Rusia acusa a Ucrania de bombardear la planta, mientras que Kyiv pide una misión internacional urgente a la central. Moscú se ha negado a crear una zona desmilitarizada y retirar sus tropas y equipo militar del área alrededor de la planta en respuesta a una sugerencia de Guterres. Según un diplomático ruso, Iván Nechaev, la implementación de tales propuestas haría la central «mucho más vulnerable».
Ucrania debe prepararse para «todos los escenarios» en la planta nuclear, advirtió ayer el ministro de Asuntos Interiores, Denys Monastyrskyi, mientras Ucrania realizaba simulacros para sus especialistas en respuestas a emergencias.
Al menos doce muertos en Járkiv
La región de Járkiv vivió ayer «una de las noches más trágicas» desde el comienzo de la invasión rusa a gran escala, ya que los misiles rusos destruyeron varios edificios residenciales en ataques separados. Se cree que 12 civiles han muerto, mientras que al menos 36 resultaron heridos. La mayoría de las bajas provienen del distrito norte de Saltovka de Járkiv, que es el que más ha sufrido debido al casi incesante bombardeo ruso desde el comienzo de la invasión. «Nos vengaremos», dijo Zelenski.
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