Reino Unido

Carlos III perfila su reinado en el duelo por Isabel II

El monarca británico cierra en Gales la gira por las cuatro naciones para rebajar las tensiones

Cuando el entonces príncipe Carlos tenía 21 años fue enviado a la Universidad de Aberystwyth para estudiar un curso intensivo de nueve semanas sobre el idioma y la historia de Gales. Tuvo como tutor a Tedi Millward, un conocido nacionalista galés. A principios de los años 60, comenzaba a tener su protagonismo el movimiento independentista con el primer diputado de la formación Plaid Cymru obteniendo escaño en el Senedd. Palacio observaba con atención todos los acontecimientos.

La investidura de 1969 de Carlos como príncipe de Gales provocó fuertes críticas por parte del pueblo, que la percibía como un símbolo de siglos de ocupación inglesa. El malestar político había ido en aumento durante bastante tiempo, pero se hizo más ferviente en 1957, cuando una ley del Parlamento permitió la inundación del valle de Tryweryn, que obligó a los residentes cercanos a desalojar sus hogares para dar paso a un embalse que abasteciera de agua a Liverpool.

A medida que los recursos galeses fueron explotados para uso inglés, los nacionalistas galeses se volvieron militantes e intentaron una serie de atentados con bombas. Cuando llegó el príncipe Carlos a estudiar, las tensiones se habían convertido en un hervidero de activismo.

En este sentido, la visita este viernes de Carlos a Cardiff, su primera convertido en monarca, estaba cargada de simbolismo. Culminaba asíla gira que le ha llevado esta última semana por las cuatro naciones que componen el Reino Unido. Gales es la nación más pequeña y menos poblada. Pero tiene de igual manera un gran protagonismo en la era Carolina, donde la unidad constitucional está más cuestionada que nunca.

Acompañado por Camilla, Carlos III asistió a un servicio religioso celebrado en la catedral, en donde se rindió tributo a Isabel II, fallecida el pasado día 8 de septiembre a los 96 años. Posteriormente, el monarca inauguró su intervención ante el Senedd -el Parlamento galés- en el idioma galés y dio las gracias por todas las muestras de pésame. “Durante todos los años de su reinado, la tierra de Gales no podría haber estado más cerca del corazón de mi madre”, afirmó el nuevo soberano.

El rey también mencionó que había pasado el título de príncipe de Gales a su primogénito Guillermo, cuyo “amor” por Gales, dijo, “es cada vez mayor gracias a todos los años que ha pasado aquí”. “Todos compartimos el mayor de los compromisos por el bienestar de los galeses”, aseguró.

Cuando aún era príncipe de Gales, Carlos pronunciaba con frecuencia partes de discursos en ese idioma, como la primera apertura oficial en 1999 de lo que se denominaba entonces la Asamblea galesa.

Dentro de su apretada agenda como nuevo Jefe de Estado y máximo responsable de la Iglesia Anglicana, el monarca regresó por la tarde a Londres para reunirse con líderes religiosos en el palacio de Buckingham. Por la noche, participó en una vigilia alrededor del féretro de Isabel II junto a sus tres hermanos -Ana, Andrés y Eduardo-, como ya hicieron en la capilla ardiente en la catedral de St Giles en Edimburgo a principios de esta semana.

14 kilómetros de fila

Desde que se abriera la capilla ardiente en el salón más antiguo de Westminster el pasado miércoles, la marea humana no ha cesado. Es más, las autoridades tuvieron que cerrar durante un tiempo la cola porque los tiempos de espera superaban las 24 horas y la fila llegó a extenderse durante 14 kilómetros. Se espera que 800.000 personas pasen estos días por Westminster para dar su último adiós a la soberana antes del funeral de Estado que tendrá lugar el próximo lunes.

Será un día histórico para que el pueblo pueda despedir a la figura que durante 70 años ha sido símbolo de unidad, pero también una oportunidad diplomática para unaGlobal Britain que busca posicionarse ahora tras el Brexit

La política no puede dejarse estos días a un lado. Prueba de ello es que una delegación del Gobierno chino vio denegada su entrada a la capilla ardiente. El presidente de la Cámara de los Comunes, Lindsay Hoyle, rechazó la petición de la comitiva china para entrar a presentar sus respetos a la monarca a causa de las sanciones del país asiático contra cinco diputados y dos lores británicos.

La lista de los mandatarios invitados al funeral también está dando mucho de qué hablar. El príncipe heredero saudí Mohammed Bin Salman entregará las condolencias de su país a la familia real, pero al cierre de esta edición, no estaba aún confirmada su presencia el próximo lunes. De ser así, sería la primera visita del príncipe heredero a Reino Unido desde el asesinato del columnista del “Washington Post” Jamal Khashoggi en octubre de 2018 y la posterior imposición de sanciones por parte de Londres.

Por otra parte, el funeral de Estado, en el que los líderes mundiales y la realeza de todo el mundo se unirán para el primer servicio de este tipo en la Abadía de Westminster en más de 200 años, supone también el mayor desafío de la historia reciente para Scotland Yard.

A pesar del amplio despliegue de seguridad, dos policías fueron apuñalados en la madrugada de ayer en la céntrica plaza de Leicester. Un varón fue detenido como sospechoso de ocasionar daños físicos y agredir a un trabajador de los servicios de emergencia, pero al cierre de esta edición se descartaba ataque terrorista. Los dos agentes recibían atención médica en un hospital, al igual que la tercera víctima, aunque se desconocía cuál era su estado de salud.

El funeral de Estado, la culminación de diez días de duelo nacional, reunirá a más de 2.000 personas en la Abadía de Westminster. El ataúd de la reina, que lleva la Corona del Estado Imperial, el orbe y el cetro, se llevará en procesión en una carroza de armas que se utilizó por primera vez para el funeral de la Reina Victoria y será tirada por 98 marineros de la Royal Navy. También habrá toques modernos, ya que la procesión desde la abadía hasta Wellington Arch en Hyde Park Corner incluirá representantes del Servicio Nacional de Salud, en gratitud por sus labor durante la pandemia.