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¿Quién es Assimi Goita, el hombre fuerte de Putin en África?

El ex coronel de las fuerzas especiales malienses ha puesto en jaque a Francia y corre el riesgo de perder el país frente a los rebeldes y los yihadistas

Assimi Goita habla en Bamako con el Coronel Mamady Doumbouya (presidente interino de Guinea Conakry).
Assimi Goita habla en Bamako con el Coronel Mamady Doumbouya (presidente interino de Guinea Conakry).larazonAgencia AP

En España, pocos conocen siquiera el nombre del actual presidente de Mali, país donde actualmente se encuentra desplegado el mayor contingente de militares españoles en el extranjero. Y quienes conocen su nombre saben que ejerció como coronel de las fuerzas especiales malienses hasta que triunfó el golpe de Estado que realizó junto con otros oficiales en 2020. Que ahora es el “Presidente de la Junta de Transición” y que, tras su llegada, las relaciones entre Mali y Francia que antaño fueron excelentes ahora se encuentran en sus horas bajas, con el embajador francés de vuelta en París y la totalidad de la fuerza francesa de lucha antiterrorista fuera del país, reubicada en Níger y Burkina Faso. Assimi Goita es hoy un íntimo aliado de Rusia en suelo africano, enemigo de Francia y, de rebote, casi se diría que enemigo del conjunto de Occidente, una figura que recuerda más de lo debido a los viejos dictadores militares que vapulearon África durante la segunda mitad del siglo XX. Assimi Goita es, a ojos europeos, un cliché, un fanfarrón uniformado, un demente, un traidor, la ruina de las alianzas en el Sahel.

El periodista que escribe este artículo ha pasado casi cuatro meses en Mali (con idas y venidas) desde que Goita subió al poder y todavía no ha encontrado a un solo maliense de etnia negra que despotrique contra él. Que diga una palabra acerca de Goita que no sea de alabanza. El Día de la Independencia se celebró en Bamako el pasado jueves, en lo que terminó siendo una celebración centrada en la figura de Assimi Goita como libertador del pueblo maliense, oprimido hasta ahora bajo el puño de hierro que se estira desde el Elíseo. Todo aconteció al más puro estilo castrista. Mamadou dijo ese mismo día que “Assimi Goita es el padre de todos los malienses porque ha devuelto el orgullo a nuestra nación”. Son millones los que piensan igual que él.

Entonces, ¿quién es Assimi Goita? ¿Héroe o villano? ¿Genio o estúpido? ¿Libertador o traidor sin escrúpulos? La respuesta dependerá de a quién se le pregunte. Los calificativos negativos manarán de la boca de un europeo; los positivos, las alabanzas, se deslizarán sin titubeos entre los labios orgullosos de muchos panafricanistas de Senegal, Níger y Burkina Faso.

¿Un nuevo Sankara?

En uno de tantos tweets publicados recientemente, un ciudadano maliense escribía que “la Historia africana no recordará a Macky Sall (presidente de Senegal) ni a Alassane Ouattara (presidente de Costa de Marfil) que se fueron del lado de Francia, sino a Assimi Goita, el nuevo Thomas Sankara”. Thomas Sankara fue un capitán del Ejército burkinés que accedió al poder en 1983 tras un golpe de Estado, transformándose al tiempo en la figura máxima del panafricanismo del siglo pasado y terminando asesinado a balazos por un comando militar que presuntamente seguía las directrices que ordenó París, dado que Sankara se había convertido en una interferencia entre los principios que refleja la Francophonie. Thomas Sankara acabó con la corrupción en su país (que regresó tras su muerte), siendo conocido por su austeridad personal y su interés en integrar a las mujeres burkineses dentro de los organismos del Estado. Por ejemplo, fue de los primeros presidentes africanos en prohibir los matrimonios forzados y la mutilación genital femenina. Y la mayoría de los expertos opinan ahora que algunas de las políticas sociales de Thomas Sankara fueron cruciales en el desarrollo del continente africano. El asesinato de Sankara, igual que el de Lumumba (asesinado por la CIA y los servicios secretos belgas), supusieron sendos duros mazazos para los sueños panafricanistas que todavía se recuerdan por aquí.

Thomas Sankara (izquierda) durante un desfile militar en Ouagadougou.
Thomas Sankara (izquierda) durante un desfile militar en Ouagadougou.DANIEL LAINEfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@546dec3d

¿Es Assimi Goita el nuevo Thomas Sankara? ¿Otra piedra que se interpone ante las ambiciones africanas de Emmanuel Macron? ¿Una figura liberadora que, de triunfar en su difícil cometido, traerá consigo una nueva era de prosperidad en Mali? Vivimos en un mundo de extremos: uno es rojo o facha, rico o pobre, listo o tonto, uno es Thomas Sankara o Idi Amin. No existen los términos medios. ¿Y quién es Assimi Goita?¿Otro Thomas Sankara o un nuevo Idi Amin? Como el coronel no permite entrevistas a los medios europeos, debemos atenernos a los hechos para deshilar su polémica persona, a falta de un buen vistazo a sus ojos que pueda aclararnos las dudas.

¿Enemigo de todos y contra todos?

Los detractores de Goita no se molestan en criticar que accediera al poder a través de un golpe de Estado. Desgraciadamente, acceder al poder a través de medios ilegítimos es demasiado común en África para resultar novedoso, y demasiados golpes han sido planeados por naciones occidentales como para juzgarlos sin caer en la peligrosa hipocresía. No, en su lugar basan su tesis en el aislamiento internacional que sufre Mali a causa de las decisiones de Goita. Para empezar, 49 soldados marfileños fueron detenidos el pasado 12 de junio a su llegada al Aeropuerto Internacional de Bamako. Las autoridades malienses justificaron el arresto porque los soldados llegados de Costa de Marfil eran en realidad “mercenarios” traídos con la intención de desestabilizar el régimen de Goita. El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, negó estas acusaciones afirmando que los 49 soldados marfileños formaban parte de la rotación periódica de la MINUSMA (misión de los cascos azules en Mali), a lo que el Ministerio de Exteriores maliense respondió con un histérico tweet donde se apelaba a Guterres a retirar lo dicho. Pero el Secretario General mantuvo en su opinión y la cuenta del Ministerio de Exteriores maliense borró el tweet menos de 24 horas después.

La detención de los 49 soldados marfileños (tres de los cuales ya han sido liberados) llegó a un punto culmen cuando las autoridades malienses aseguraron que no liberarían a ninguno más, hasta que Costa de Marfil hubiese devuelto a Mali una serie de refugiados políticos que el régimen de Goita desea juzgar por casos de corrupción y de abuso de poder. Costa de Marfil se niega y clama a viva voz que la detención de los soldados marfileños es un “secuestro” y un “chantaje”más propio de “criminales”.

El presidente de Italia (Sergio Mattarella) y el presidente de Costa de Marfil (Alassane Ouattaray) posan junto a sus esposas en Roma.
El presidente de Italia (Sergio Mattarella) y el presidente de Costa de Marfil (Alassane Ouattaray) posan junto a sus esposas en Roma.QUIRINALE PALACE HANDOUTAgencia EFE

¿Y qué contesta el pueblo maliense a las acusaciones?

No dudan. La respuesta es similar en todos los interrogados: “Costa de Marfil es Francia. Cuando nos enfrentamos a Alassane Ouattara realmente nos estamos enfrentando a los franceses que controlan el país”. En Bamako están de moda las conspiraciones. Aunque también es verdad que el actual presidente marfileño, Alassane Ouattara, se casó con una francesa en una ceremonia oficiada por Nicolas Sarkozy (son grandes amigos desde que Sarkozy era alcalde de Neuilly-sur-Seine), por lo que, si no él, no cabe duda de que sus hijos sí que son franceses.

En cuanto a los soldados detenidos, en Mali se murmura que apenas forman parte de una formidable operación francesa para hacerse con el control del país. Esta teoría de conspiración incluye la complicidad de Costa de Marfil, pero también la idea de que Francia está abasteciendo actualmente al Estado Islámico con armas procedentes de Níger (lo que explicaría, según los malienses, el reciente aumento de los ataques protagonizados por militantes de la yihad) y que Francia controla el resto de los países africanos que acosan a Goita para entorpecer su lucha panafricana. Uno de los malienses interrogados confirmó que su tío había participado en la entrega de armas a yihadistas por parte de los franceses.

Sí, muy bien, pero fueron los propios malienses quienes pidieron ayuda a París en 2013. Francia no apareció sin permiso, sino que lo hizo respondiendo a una llamada de auxilio tras la revuelta tuareg que amenazó con dividir Mali en dos durante la década pasada. Mohammed Driss, un militar retirado que sirvió durante más de 20 años en las Fuerzas Armadas de Mali, responde a estas afirmaciones sin despeinarse: “es que ese Gobierno que pidió ayuda a Francia fue puesto en el poder por los propios franceses. Además, en cualquier caso les pedimos ayuda para acabar con la amenaza yihadista y diez años después seguimos igual. No ha cambiado nada. No debemos nada a los franceses”. Y no cabe duda de que el Presidente de 2012 que llamó a los franceses, Dioncounda Traoré, cursó sus estudios universitarios en Niza (Francia), pero esto no significa que luego fuera una marioneta francesa... ¿no?

Hay más. En la reciente Asamblea General de las Naciones Unidas, el Primer Ministro Maliense, Abdoulaye Maiga, anunció en la tarima de oradores que el actual Presidente de Níger “no es nigerino” y que busca la destrucción de Mali a través de la creación del Estado independiente de Azawad (un estado tuareg que abarcaría la mitad norte de Mali y cuya idea fue origen de la revuelta tuareg de 2012). Como respuesta a estas acusaciones, Níger ha cortado relaciones con Mali y ha convocado a su embajador de vuelta a Niamey. Aunque el Presidente de Níger sí que es nigerino de nacimiento, es cierto que existen vídeos que le sitúan en Kidal entre los rebeldes tuareg que se alzaron en armas contra el Gobierno de Mali.

¿Amigo de Putin?

La mejor baza para criticar a Goita desde Occidente surge a raíz de la alianza que se ha establecido entre Bamako y Moscú. Más de 3.000 efectivos pertenecientes al Grupo Wagner patrullan el país africano tras la retirada de las tropas francesas, mientras decenas de banderas rusas ondeaban junto a la enseña maliense a lo largo y ancho del Día de la Independencia recientemente celebrado.

Y ya estaría. Goita es malo porque es amigo de Putin, y el amigo de mi enemigo... Pero cortan rápidamente los defensores del coronel. Otra vez, la respuesta de todos los interrogados es similar: “¿Qué me importa a mí lo que haga Putin en Ucrania?Me importa lo que Putin haga en Mali”. A ojos del maliense, no cabe duda de que la guerra en Ucrania no es su guerra (algo lógico, por otro lado, igual que infinidad de guerras en África no han importado lo más mínimo al ciudadano europeo), y que la diferencia entre Rusia y Francia es la relación que guarda Mali con cada uno de estos países. A Rusia se la ve como un socio y a Francia como una potencia intervencionista, un recuerdo de la humillación colonizadora.

Manifestantes malienses muestran una bandera rusa.
Manifestantes malienses muestran una bandera rusa.HADAMA DIAKITEAgencia EFE

Pero los mercenarios rusos y las Fuerzas Armadas de Mali participaron en la matanza de Moura del pasado mes de marzo, donde alrededor de 300 civiles de la etnia peul fueron asesinados a sangre fría. Esto tiene que significar algo. Goita tiene que ser malo. Y fue impactante escuchar a un refugiado peul en Bamako decir que “la guerra es así”, encogiéndose de hombros, mientras aseguraba que en 2020 los franceses “asesinaron a 80 civiles en Doura y nadie dijo nada”. Y se pregunta el refugiado peul “cuál es la diferencia ahora entre franceses y rusos”.

¿Es Goita una reencarnación de Sankara? Igual que el histórico líder burkinés, aborrece la corrupción. En su muñeca no brilla un reloj caro, como ocurre con las muñecas de un sinfín de dirigentes africanos. No vive en la lujosa Residencia Presidencial de Bamako sino que prefiere dormir en el cuartel militar de Katia, parco en lujos, junto al resto de sus hombres. Aunque Sankara conducía un Renault 5 para dar ejemplo a los políticos y Goita se deja llevar en un Toyota Land Cruiser precedido por un pelotón de soldados que protegen cada esquina que dobla, cabe a decir que Sankara acabó tiroteado y Goita no desea la misma suerte para sí.

En definitiva, ¿quién es Assimi Goita? No lo sabemos. Es el mayor enemigo de Francia en África, sin duda. Un peligro para los intereses occidentales en el continente y, si el tiempo lo demuestra, también un peligro para el propio pueblo maliense. Pero mucho me temo que hoy nos encontramos incapaces de responder con un rigor infalible a la pregunta. Aquí hay demasiados poderes ocultos, demasiados intereses, demasiadas incógnitas catalogadas como secreto por un puñado de Estados. Será la Historia quién nos responda, puede que pronto. Y sólo hay una realidad inquebrantable que se aplica tanto a los seguidores del coronel como a sus detractores: que Assimi Goita pasará a la Historia de África. De esto no cabe ninguna duda.