África

El Día de la Independencia de Mali se celebra con banderas rusas y fotografías de Putin

En Bamako se celebra el 62º aniversario de la independencia del país tras un año convulso donde las tropas francesas han sido expulsadas por segunda vez

Militares malienses el Día de la Independencia.
Militares malienses el Día de la Independencia.Alfonso Masoliver Sagardoy

Las masas se agolpan para alcanzar a ver un destello de su líder. El cielo nublado que bendijo a Bamako en los días anteriores ha cedido al impulso del sol, la época de lluvias toca a su fin, y bajo el tórrido sol maliense se tuestan miles de ciudadanos embriagados por la emoción. Hoy se celebra un Día de la Independencia muy especial en Mali porque, a ojos de muchos de los presentes, este año ocurrió su segunda “independencia” frente al colonialismo francés, entonces podría decirse que este Día de la Independencia es el primero de una cuenta nueva.... ¿de una nueva época? Mamadou piensa que sí. Acompañado por su hijo pequeño en este día histórico, reitera que “Assimi Goita es el padre de todos los malienses porque ha devuelto el orgullo a nuestra nación”. Su hijo sopla la bocina con fuerza y Mamadou luce la camiseta de la selección de fútbol maliense.

¡Goita, Goita, Goita!

Cada pocos minutos aparece un nuevo vehículo con invitados al palco presidencial, entre que la multitud llega a creer durante unos segundos que se trata del vehículo de su líder y le reciben gritando con verdadera pasión: “¡Goita, Goita, Goita!”. Agitan las banderas y soplan las bocinas. Una mujer vestida de amarillo y con un retrato de Goita colgándole del cuello se prepara junto a la alfombra roja por la que paseará el coronel. Vítores y bocinazos. ¡Goita, Goita, Goita! Un miembro de la guardia presidencial se acerca a los espectadores y amenaza con electrocutarlos con un TASER si no se echan para atrás. ¡Goita, Goita, Goita! Los organizadores del evento han colocado junto a la señora de amarillo dos enormes fotografías de Assimi Goita y del presidente de Guinea Conakry, el coronel Mamady Doumbouya, que es además el invitado de honor en esta fiesta de verdes, rojos y amarillos que, poco a poco, un bocinazo tras otro, demuestra que va más allá de la mera independencia de un país.

Un joven maliense vende banderas nacionales el Día de la Independencia.
Un joven maliense vende banderas nacionales el Día de la Independencia.Alfonso Masoliver Sagardoy

Llega el coronel Doumbouya en un Toyota Land Cruiser precedido por cuatro miembros de la policía motorizada y una pick up repleta de militares. Los espectadores no tardan en confundir al presidente guineano con Goita y arrancan de nuevo los bocinazos y los cantos que anuncian el nombre de su líder. ¡Goita, Goita, Goita! Una niña pierde de vista a su madre y echa a llorar. Un gendarme le coge de la mano para acompañarla en su búsqueda. ¡Goita, Goita, Goita! Entre los que gritan se encuentran Drissa, Abdoulaye y Djibi, tres adolescentes arropados con banderas malienses y las mejillas tersas pintadas con los colores nacionales. Como suele ocurrir con los adolescentes, este momento es para ellos algo parecido a un juego, este momento es para ellos diversión, fiesta, sol, calor, y son ellos quienes más soplan con la bocina en el sector donde me encuentro.

Drissa hace de portavoz de los amigos cuando opina que “los franceses han provisto de armas a los terroristas que se encuentran en la frontera con Níger” y lo dice con tanta convicción porque asegura tener un tío paterno que vive cerca de la frontera y que lo ha visto con sus propios ojos. Tanto para él como para sus amigos, Goita es víctima de una conspiración francesa que pretende arrebatarle el poder y colocar en su lugar a una marioneta que puedan manejar desde París.

Una presencia rusa indiscutible

¡Goita, Goita, Goita! Aquí y allá se percibe la presencia rusa en el país. Cuatro mercenarios Wagner con aspecto de veteranos, vestidos de paisano y con los pinganillos que les delatan colgándoles del oído vigilan de cerca el palco presidencial. Un jovencito vende por quinientos francos unas impresiones en las que aparecen fotografías favorecidas de Goita y Putin, y donde también pueden leerse mensajes de apoyo a la entrada rusa en Mali. En varias partes se ven banderas rusas ondeando junto a las malienses y esto es algo que merece la pena considerar. Mali es hoy de los malienses, sin duda; pero luego es de los rusos, también sin duda alguna. Aquí no encuentra uno banderas de otros países africanos (a excepción de la guineana), europeos, asiáticos o americanos, sino que hay banderas rusas acompañando a la enseña maliense en el día de la independencia.

¿Y no están Drissa, Abdoulaye, Djibi y Mamadou en contra de la presencia rusa en su país? ¡Para nada! Están muy contentos con las decisiones de Goita porque consideran a Moscú como un socio de Bamako, mientras que, en palabras de Mamadou, “la relación entre Mali y Francia era de subordinación por nuestra parte”. Se percibe en el ambiente que el maliense no está tan interesado en combatir efectivamente al terrorismo que carcome su nación (los números ya empiezan a mostrar las carencias de Wagner sobre el terreno) sino que considera más importante con quién se combate al terrorismo. Aparecen nuevos vehículos escoltados por la gendarmería. ¡Goita, Goita, Goita! Pero no. Solo es el Primer Ministro. La mujer de amarillo se enjuaga el sudor con un pañuelo y recoloca el retrato colgándole del cuello. Tras ella han desplegado un nuevo cartel que recorre todo el lateral de lo que parece un BM-25 de la época soviética, en el que puede verse otro retrato de Goita junto al siguiente texto: “Los ancianos de la base apoyan la transición”. No deja de ser paradójico que todos los mensajes que celebran la independencia de Francia están escritos en francés. ¡Goita, Goita, Goita!

Diferentes miembros de las Fuerzas de Seguridad maliense en el momento previo a la llegada del coronel. Tras ellos, la bandera rusa y los retratos de Goita y de Doumbouya.
Diferentes miembros de las Fuerzas de Seguridad maliense en el momento previo a la llegada del coronel. Tras ellos, la bandera rusa y los retratos de Goita y de Doumbouya.Alfonso Masoliver

Los tuareg, desaparecidos

No hay árabes ni tuareg entre los espectadores. Solo se ven etnias negras esperando a la próxima aparición del coronel. Lo cual es también interesante de comprobar, ya que casi el 10% de la población maliense la conforman árabes y tuareg, aunque estos llevan décadas luchando por independizar el norte bajo el nombre de la nación de Azawad y es comprensible que no se les vea ni se les espere durante la fiesta nacional. Lo que no deja de contradecir el discurso de Mamadou cuando dice que “Mali es un único país, norte y sur indivisibles”, elevando la voz para hacerse oír por encima de los bocinazos.

Pero Mamadou calla y vuelve a prestar atención a la alfombra roja. Ahora sí, este es el momento. Cuatro motocicletas con los conductores vestidos de gala (uno de ellos se eleva sobre el asiento para dirigir un saludo militar hacia el público que chilla), dos vehículos pickup de las fuerzas especiales de Mali y un coche de policía con las sirenas girando como poseídas preceden al Land Cruiser del coronel Assimi Goita. Un tropel de fotógrafos nacionales (la prensa internacional tenía prohibido participar en el evento) se abalanzan para capturar una ráfaga de instantáneas. La mujer de amarillo se pone tiesa como una estaca. ¡Goita, Goita...! ¿Goita? Los guardaespaldas y militares que acompañan al líder forman una barrera protectora en torno suyo mientras varios Toyota se interponen entre sus seguidores, que apenas alcanzan a ver un resquicio de la característica boina verde del coronel.

Es un destello de la gloria de Goita que beben con ansia las pupilas machacadas de los malienses, un hilillo de aire que refresca el tórrido clima de la capital durante unos segundos. Saluda a un grupo de dignatarios y desaparece bajo la sombra del palco. ¡Goita, Goita, Goita! Las bocinas suenan con más fuerza que nunca para celebrar con toda la pasión posible, no ya el Día de la Independencia que dijeron que sería hoy, sino el Día de Goita. No se aprecian retratos de los viejos héroes malienses, solo están los de Goita. No hay cánticos para los líderes de la independencia, solo hay voz para nombrar a Assimi Goita. Porque es su nombre, solo su nombre y no el de su país, el que cantan aquellos invadidos por el patriotismo ruso-maliense de hoy.