Ucrania

Rusia tiene un grave problema con su nuevo drone de combate S-70 Ojotnik

El avión no tripulado lleva en desarrollo desde 2011 e incorpora un avanzado sistema de inteligencia artificial que la hace completamente autónomo

El drone ruso Ojotnik pesará 20 toneladas y tendrá unos metros de largo
El drone ruso Ojotnik pesará 20 toneladas y tendrá unos metros de largoCreative CommonsCreative Commons

Vladimir Putin ha recurrido a Irán para comprar cientos de aviones no tripulados y usarlos ofensivamente contra Ucrania. Los drones iraníes son más baratos y están resultado sumamente efectivos. Incluso el jefe de la inteligencia ucraniana, Kyrylo Budanov, ha asegurado esta semana que los ataques con este tipo de aviones pueden extenderse durante mucho tiempo. Rusia, sin embargo, tiene su propia industria de drones. Uno de los más conocidos es el Orlan. Pero todas las esperanzas están depositadas en otro avión no tripulado para el combate que actualmente se encuentra en la recta final, el S-70 Ojotnik. Se trata deuna aeronave pesada y sigilosa que comenzó a desarrollarse en 2011 diseñada para atacar objetivos en tierra y destruir las defensas aéreas.

Sin embargo, tanto la producción como las pruebas de esta aeronave ha sufrido muchos problemas. El S-70 Ojotnik, construido según el esquema de “ala voladora”, todavía está en fase de pruebas, y lleva así varios años, por lo que no podrá ser desplegado en el campo de batalla ucraniano en los próximos meses como le gustaría al Ejército ruso. El drone está desarrollado por la Oficina de Diseño de Sukhoi, que forma parte de United Aircraft Corporation, y tenía previsto entrar en servicio en 2024. Pero la guerra de Ucrania hará que el contratista no pueda cumplir con los plazos de entrega, según apuntan varios analistas militares.

El drone ruso en pruebas S-70 Ojotnik
El drone ruso en pruebas S-70 OjotnikCreative CommonsCreative Commons

Con una autonomía de vuelo de 6.000 kilómetros y 4.000 km en operaciones de combate, el Ojotnik fue probado por primera vez en verano de 2019 tanto solo como en vuelos conjuntos con un caza de quinta generación Su-57, lo que requiere un potente y novedoso sistema de Inteligencia Artificial que le permitiría despegar, cumplir su misión y aterrizar sin interferencia humana.

Este avión no tripulado alcanza una velocidad de 900 kilómetros por hora y está equipado con un radar de barrido electrónico y un sistema de detección de objetivos optrónico. Su peso será de unas 20 toneladas y tendrá unos 20 metros de largo, lo que le convertirá en uno de los menos ligeros del mercado. Como recuerda el experto Kyle Mizokami, un caza F/A-18E/F Super estadounidense pesa 16 toneladas vacío. Entre sus características destaca el sigilo con materiales y revestimientos especiales que absorben las ondas de radar.

 

El mayor problema a corto plazo, sin embargo, está relacionado con el coste de producción pero también con la falta de piezas importadas de otros países debido a las sanciones impuestas a Rusia por varios países occidentales. “Los costes de producción de los drones de fabricación rusa siguen siendo más elevados que los importados de países como Irán. Al principio, Rusia utilizaba drones civiles chinos de la marca DJI, que fueron adaptados para su uso militar para evitar los problemas asociados a la producción”, asegura a LA RAZÓN la doctora Marina Mirón, investigadora experta en Defensa en el King’s College de Londres, quien apunta que “otro problema importante de los drones de fabricación rusa es el hecho de que no cumplen los requisitos del Ministerio de Defensa (tanto en términos tácticos como técnicos), dado que muchas piezas internas son importadas desde el extranjero”.

Pese a la guerra y las sanciones, Sergei Chemezov, director general de la empresa estatal rusa Rostech, ha declarado que la producción en serie del avión no tripulado comenzará en 2023.

La base de la tecnología y las municiones del Ojotnik han sido tomadas del caza Su-57 de quinta generación e incluye misiles aire-tierra y una serie de bombas que no estarán suspendidas de las alas sino escondidas dentro del avión para reducir la visibilidad en el radar enemigo, tal y como explicó en su día el experto Vadim Kozyulin a Russia Beyond. Algunas bombas que podría cargar son la OFZAB-500 de alta fragmentación y la bomba explosiva de aire-combustible ODAB-500PMV.