Ejército

Putin, a la desesperada: Recluta “hooligans” para la guerra de Ucrania y a presos para fabricar tanques

El gobierno ruso ha prohibido hablar en público de la estructura y el tamaño de las fuerzas armadas, despliegue y entrenamiento, así como de la moral de las tropas y los delitos cometidos por miembros de las Fuerzas Armadas

Imagen del supuesto grupo de hooligans que está recibiendo formación militar para incorporarse a filas
Imagen del supuesto grupo de hooligans que está recibiendo formación militar para incorporarse a filasLa Razón

Vladimir Putin sigue haciendo frente al cada vez mayor rechazo entre los rusos de la invasión de Ucrania, que comenzó hace más de nueve meses. Una de las primeras consecuencias tras el anuncio del mandatario ruso de la movilización de 300.000 reservistas fue la huida del país de muchos hombres para evitar se llamados a filas. Otros se automutilaron o se fracturaron huesos para no ser aptos para el Ejército. Putin ordenó a uno de sus hombres de confianza, el jefe de Wagner, Vevgeny Progozhin,reclutar al mayor número de soldados posibles para combatir en Ucrania. Y se puso manos a la obra. recorrió las principales ciudades del país y abrió centros de reclutamiento, pero no era suficiente. Así que reclutó a los manifestantes que salieron a las calles de Moscú (hubo más de 1.000 detenciones), les entregó un arma y les envió al frente sin ninguna formación militar.

El paso siguiente fue recorrer las principales cárceles de la ciudad, en las que ofrecía amnistía a los todos delincuentes a cambio de fidelidad y lucha durante seis meses. La única condición es que si eran atrapados deberían suicidarse y si morían, serían tratados como héroes. Pasado ese tiempo, quedarían libres y con el expediente policial impoluto... En apenas cinco meses, el jefe de Wagner había logrado que 35.000 soldados asesinos, muchos de ellos reincidentes, violadores e incluso un caníbal, dieran un paso al frente y se unieran a la causa.

Pero la guerra se alarga y las bajas continúan produciéndose, con lo que hay que seguir buscando candidatos. Y los más leales, suelen ser los “hooligans”, seguidores acérrimos de los equipos del fútbol, muchos de ellos miembros de grupos neonazis y obsesionados con el culto al cuerpo. Hombres fieles y fuertes, que cualquier líder querría tener de su lado. Y Putin lo ha conseguido. Estos fanáticos han sido movilizados en la división 106 de las fuerzas aerotransportadas y están listos para ser desplegados en territorio ucraniano, según revelan informes del Kremlin que prevén que Rusia podría perder la guerra a más de 100.000 soldados este mes de diciembre.

Estas cifras fueron citadas en su discurso diario por el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, en el que advirtió que mientras el ejército de Putin persiste en tratar de avanzar en la región de Donetsk, espera pérdidas masivas. “Rusia podría perder cien mil de sus soldados... y solo Dios sabe cuántos mercenarios, para fin de año”, añadió.

El portal de noticias Readovka ha publicado imágenes de un grupo de 36 ultras realizando ejercicios militares para que, en cuanto estén preparados, ser enviados a los campos de batalla del este de Ucrania. Las imágenes supuestamente fueron tomadas a unos 200 kilómetros de Moscú y mostraría a seguidores del FC Tula Arsenal.

Las cifras dadas por Zelenski son muy altas en relación a las que se han hecho oficiales hasta ahora e indicaría que se prevé que la batalla sea mucho más encarnizada y directa de aquí a final de año. Según el ejército ucraniano, hasta el momento habrían perdido la vida 89.000 soldados, mientras que desde el Kremlin hablan de tan sólo 6.000 bajas.

Además, los grandes daños materiales sufridos por Rusia, ha obligado a aumentar la fabricación de tanques. Para ello, Putin ha reclutado a 250 prisioneros, que serán enviados a la planta Uralvagonzavod en los Urales, la mayor del país. El presidente ruso ha sido muy criticado por algunos funcionarios porque no ha producido armas clave a tiempo. Por ello, para poder hacer frente a esta nueva oleada utilizará a los delincuentes convictos como operadores de máquinas, torneros, fresadores, soldadores y operadores de grúas, tal y como indicó “The Moscow Times”.

A principios de este mes, el ultra del fútbol supuestamente más violento del país murió en Ucrania. El aficionado del CSKA de Moscú, Maxim Shmanin, de 44 años, luchaba en la unidad de voluntarios de Espanyola, parte del batallón Vostok de las fuerzas pro-Putin de la República Popular de Donetsk. Los simpatizantes encendieron varias bengalas rojas en su funeral. Si bien se desconoce qué efecto tendrán los hooligans en el campo de batalla, los ultras rusos tienen fama de brutales.

Debates públicos prohibidos

Paralelamente, para tratar de acallar las críticas y el aumento del descontento entre la población, las autoridades rusas han prohibido los debates públicos sobre una amplia gama de temas militares no clasificados que, según los activistas, impedirán que el público aprenda información crucial sobre las Fuerzas Armadas.

La orden del Servicio Federal de Seguridad (FSB), que incluye 60 puntos y que ha entrado hoy en vigor enumera los temas que no están clasificados como secreto de estado, pero que “puede ser utilizados por estados, organizaciones y ciudadanos extranjeros contra la seguridad de Rusia”. Entre los temas prohibidos están la estructura y el tamaño de las Fuerzas Armadas Rusas. Otras áreas prohibidas son las armas, despliegue y entrenamiento de tropas, así como la moral de las tropas y los delitos cometidos por miembros de las Fuerzas Armadas.

Ronda de reclutamiento de otoño

La ronda de reclutamiento militar de otoño de Rusia comenzó un mes más tarde de lo habitual este año debido a la campaña de movilización “parcial” del país y está previsto que se alargue hasta el 31 de diciembre. El servicio militar, es uno de los dos que se realizan anualmente en Rusia. Pero este año, muchos que esperan sus documentos de convocatoria se preocuparán sobre qué podría implicar exactamente su servicio militar a medida que la guerra de Rusia con Ucrania entra en su décimo mes. Se espera que la convocatoria de otoño incorpore 120.000 nuevos reclutas al ejército. A pesar de las promesas de las autoridades militares de que ninguno de los nuevos militares será enviado a luchar en Ucrania, sigue existiendo un escepticismo generalizado.