Corrupción

El Tribunal Supremo de Israel anula el nombramiento del ministro de interior por su historial de corrupción

La coalición de Netanyahu rechaza la decisión de cesar a Aryeh Deri, del partido ultraortodoxo Shas

El ministro del Interior y de Sanidad Aryeh Deri
El ministro del Interior y de Sanidad Aryeh DeriNIR ALON / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTONIR ALON / ZUMA PRESS / CONTACTO

Máxima tensión entre el sistema judicial de Israel y el nuevo Gobierno de Benjamin Netanyahu. Tras la polémica desatada por los planes de la coalición de limitar los poderes de la Justicia, cuyos veredictos podrán ser tumbados mediante mayorías parlamentarias, el Tribunal Supremo ha decretado este miércoles la anulación del nombramiento de Aryeh Deri, designado por «Bibi» como nuevo ministro de Interior y de Sanidad.

El dirigente del partido ultraortodoxo Shas acumula acusaciones por corrupción. La más reciente es del año pasado, cuando llegó a un acuerdo con la Justicia para derogar su condena por fraude fiscal a cambio de retirarse definitivamente de su carrera política. En un veredicto que contó con una amplia mayoría de diez votos a favor y uno en contra, la máxima autoridad jurídica del país apuntó que el retorno de Deri es «extremadamente irrazonable» por su historial de corrupción. Tras la toma de posesión, la coalición se apresuró en fabricar una ley para garantizar el retorno del popular líder religioso a la primera línea.

El dramático dictamen añade más leña al fuego al enfrentamiento abierto entre los poderes político y judicial del estado judío. Desde el Gobierno consideraron que se trata de una resolución injusta, y varios ministros llamaron a redoblar los esfuerzos para detener la injerencia de la judicatura en las decisiones aprobadas en la Knesset. Al finalizar la sesión, la corte urgió a Netanyahu a destituir de inmediato a su aliado. Inmediatamente, el «premier» se dirigió a la casa de Deri para expresarle su apoyo incondicional. El buen resultado de Shas en las elecciones, en que se posicionó como quinta fuerza con 11 escaños, fue vital para el retorno de «Bibi» al poder.

Ester Hayut, presidenta del Tribunal Supremo, incidió en las «graves condenas por corrupción ocurridas mientras ejercía cargos públicos». La jueza opinó que su retorno al Ejecutivo suponía «un daño profundo a la credibilidad de las instituciones de Gobierno, así como a los principios de honestidad que deben cumplir los políticos». Además, Hayut recordó el acuerdo con la corte local de Jerusalén, en que Deri se comprometió a retirarse definitivamente. No obstante, el abogado del político ultraortodoxo argumentó que hubo una «confusión» del pacto que culminó en su salida de la Knesset en 2022.

«Ha llegado el momento de que el poder legislativo tome la palabra», espetó Amir Ohana, portavoz del Parlamento. El partido derechista alabó a Deri por «sus extraordinarias habilidades, que son necesarias en estos tiempos complejos». Yariv Levin, el ministro de Justicia, se comprometió a estudiar los mecanismos necesarios para restituir cuanto antes al dirigente de Shas. El partido ultraortodoxo protestó contra el «politizado» aparato judicial, acusándolo de «intervenir efectivamente contra la voluntad de nuestros votantes».

Desde la oposición, el centrista Yair Lapid exigió a Netanyahu que respete el veredicto. «Si Deri no es expulsado, el Gobierno estará quebrantando la ley». Para el «expremier», el Ejecutivo no tendrá potestad de pedir a los ciudadanos que obedezcan las leyes, lo que sumergirá a Israel en «una crisis constitucional sin precedentes que supondrá el fin de la democracia».