
Defensa
La advertencia definitiva al bloque ruso-chino: cazas de guerra de Japón aterrizan en Europa por primera vez en la historia
Japón despliega por primera vez sus cazas de combate en Europa en una operación histórica de apoyo a la OTAN, un movimiento que entrelaza la seguridad del Atlántico con la del tenso tablero del Indo-Pacífico

La seguridad de Europa y la del Indo-Pacífico ya no se entienden por separado. Bajo esta premisa, que redefine por completo su política exterior, el Gobierno de Tokio ha dado un paso histórico al materializar una colaboración militar sin precedentes con la OTAN. Por primera vez, aviones de combate japoneses han aterrizado en territorio europeo, convirtiendo lo que hasta ahora era una declaración de intenciones en una doctrina de defensa global con consecuencias tangibles. Esta redefinición estratégica se ve impulsada por la necesidad de presentar un frente unido ante nuevos desafíos globales, como la rápida expansión del poderoso ejército espacial de China, que preocupa tanto en Washington como en Tokio.
De hecho, la misión, bautizada como «Atlantic Eagles», supone el movimiento de un despliegue sin precedentes para las Fuerzas de Autodefensa de Japón. Un contingente de 180 efectivos acompaña a los cuatro cazas F-15 y a otras cuatro aeronaves de apoyo logístico en su periplo por Occidente, una operación de envergadura diseñada para fortalecer la cooperación con los aliados de la Alianza Atlántica en un escenario geopolítico cada vez más interconectado.
Este movimiento, sin embargo, no es un hecho aislado, sino la culminación de un acercamiento que lleva tiempo gestándose en los despachos. La iniciativa se produce el mismo año en que Japón estableció formalmente una misión diplomática permanente ante la OTAN en Bruselas, sentando así las bases para una cooperación más estructurada. Esta idea de que la seguridad es una responsabilidad compartida globalmente es, según informa el medio Defense News, el pilar de esta nueva etapa de colaboración. La colaboración no solo es diplomática, sino que busca la interoperabilidad de equipos militares, un tema crucial mientras aliados como España debaten si adquirir o no los cazas F-35 para modernizar sus fuerzas.
Una alianza forjada sobre el terreno
En la práctica, la misión «Atlantic Eagles» va más allá del simbolismo. El itinerario de los aviones japoneses incluye escalas operativas en bases aéreas estratégicas de Alaska (Estados Unidos), Canadá, Reino Unido y Alemania. El objetivo principal de estas paradas es mejorar tácticas y procedimientos conjuntos, permitiendo a los pilotos y al personal de apoyo nipón entrenar codo con codo con sus homólogos de varios países clave de la Alianza. La parada en Alemania es especialmente relevante, dado que este país está reforzando activamente su defensa en el flanco oriental de la OTAN, llegando a plantearse la adquisición de misiles de largo alcance como medida disuasoria.
En definitiva, con esta operación, Japón no solo busca modernizar su capacidad de proyección de fuerza a larga distancia, sino que también envía un claro mensaje de unidad frente a las amenazas que desafían el orden internacional. La estampa de los F-15 japoneses sobrevolando cielos europeos es la prueba de que, para la defensa de los valores democráticos, las fronteras geográficas han perdido su antigua relevancia.
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