Caos
Así quedaron los edificios gubernamentales tras el paso de los manifestantes bolsonaristas
Los extremistas realizaron pintadas, rompieron los cristales, lanzaron muebles por los aires, pero -sobre todo- vandalizaron obras de arte
Miles de simpatizantes del ex presidente Jair Bolsonaro tomaron este domingo las sedes de los tres poderes del Estado: el Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto, que es la sede del Ejecutivo. En las redes sociales se hicieron virales varios vídeos de cómo los extremistas realizaron pintadas, se subieron al techo, rompieron los cristales, lanzaron muebles de un enorme valor por los aires, y sobre todo, de cómo vandalizaron las obras de arte.
Los simpatizantes de Jair Bolsonaro que participaron en el asalto a las instituciones y que han sido calificados por los medios de comunicación del país como “terroristas”, también atacaron vehículos de la Policía Legislativa, encargada de brindar seguridad a los edificios oficiales. La marea de vándalos -en su mayoría con camisetas amarillas y verdes- arremetieron con palos contra los agentes, que trataban sin éxito de impedir la entrada de los manifestantes en los edificios.
Lo que se conoce hasta el momento acerca de la organización del asalto a los poderes del Estado brasileño es que se gestó a través de un grupo de Telegram al que estaban suscritos alrededor de 30.000 brasileños. Los militantes favorables al expresidente Bolsonaro que participaron en los actos vandálicos compartían -minuto a minuto- los vídeos, los audios y las imágenes a través del grupo; para a continuación ser jaleados por otros miembros del canal, que compartían mensajes como “Vamos a expulsar a los comunistas de Brasil”.
Un ataque contra el patrimonio nacional
El ministro de la Secretaría de Comunicación, Paolo Pimenta, mostró en un video distribuido a través de sus redes sociales cómo quedó el Palacio Presidencial del Planalto después de la acción de los manifestantes pro-bolsonaro: “Un caos lo que estos vándalos han hecho aquí, este es el patrimonio del país, es increíble en lo que se ha convertido el Palacio de Planalto”, explicaba el ministro; quien también denunció que los manifestantes se llevaron armamento letal del despacho de seguridad institucional de la Presidencia.
Sin embargo, de todos los objetos vandalizados por los manifestantes, el más preciado es el el cuadro del pintor brasileño Di Cavalcanti titulado “As Mulatas”, que se encuentra en el Palacio del Planalto desde el año 1962. Esta obra, de un valor simbólico incalculable, fue perforada por 6 puntos. Un ataque que puede tardar hasta 3 meses en repararse. Aunque, según la restauradora Carla Prates, sería necesario un análisis completo para conocer las dimensiones de los agujeros, entre otros detalles.
El restaurador y galerista Max Perlingeiro explicaba, en referencia a los destrozos sufridos por la obra de “As Mulatas”, que “el acto vandalizar una obra de arte es algo muy grave. Es patrimonio del pueblo brasileño. No está ahí como un armario o como cualquier otro objeto. Es de un gran artista, muy significativo, está ahí desde los años 60″ (...) “Una agresión gratuita, inaceptable. Los accidentes ocurren, pero la restauración es lo peor que existe”, lamentaba el experto.
Según explica el periódico “Diario Do Nordeste”, la Fiscalía del país instalará un grupo de trabajo para promover la interposición de acciones legales, tendentes al cobro de indemnizaciones por los daños causados a la propiedad pública durante los hechos vandálicos. Asimismo, la institución también iniciará acciones legales para responsabilizar a los agentes públicos por las posibles omisiones intencionales que posibilitaron los hechos.
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