Debate

¿Puede Estados Unidos extraditar a Jair Bolsonaro por el asalto a las instituciones en Brasil?

Los demócratas presionan a la Casa Blanca para inicie los trámites de entrega del ex presidente iberomericano al que consideran una figura tóxica

Fotografía publicada por el expresidente brasileño Jair Bolsonaro Jair M. Bolsonaro en sus redes sociales donde aparece acostado en un lecho hospitalario en la ciudad de Orlando, Florida (EE.UU.)
Fotografía publicada por el expresidente brasileño Jair Bolsonaro Jair M. Bolsonaro en sus redes sociales donde aparece acostado en un lecho hospitalario en la ciudad de Orlando, Florida (EE.UU.)CortesíaEFE/Jair M. Bolsonaro/Twitter

Como si de una recurrente pesadilla se tratara, los asaltos al Congreso de Brasilia, al palacio presidencial y a la Corte Suprema de Brasil, orquestados por seguidores del ex presidente Jair Bolsonaro, han causado un gran revuelo en Estados Unidos por la comparación con los episodios del 6 de enero de 2021.

Exactamente dos años después, las violentas imágenes procedentes de la capital brasileña daban la vuelta al mundo. Y, con ellas, las reacciones dentro y fuera de Brasil tampoco se hacían esperar.

La primera en poner en marcha un procedimiento oficial contra los inesperados acontecimientos fue la diputada federal Erika Hilton, que este lunes presentó una solicitud formal al Ministerio de Asuntos Exteriores brasileño para iniciar la extradición de Jair Bolsonaro desde Estados Unidos por considerar que debe dar explicaciones por el intento de golpe de Estadoen la capital brasileña.

“Se abre la posibilidad de que el señor Jair Messias Bolsonaro esté fuera del país para eludir los procesos e investigaciones en curso promovidos por la Justicia brasileña, exigiendo su extradición como medida para garantizar el orden público y democrático”, resalta el documento de la diputada.

Y es que, desde el pasado 30 de diciembre, dos días antes de la toma de posesión de su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, el ex presidente de Brasil llegaba a Florida con la intención de refugiarse en el conocido como “el estado del sol” durante los próximos meses, evitando así presenciar la tradicional transferencia de poder presidencial y enfrentar el posible escenario de acusaciones judiciales tras culminar su mandato.

Ya antes de su llegada a Estados Unidos, Bolsonaro había desparecido por completo del ojo público, renegando con su silencio del resultado de la ajustada derrota en las urnas y evitando a la vez felicitar a su rival político por la victoria en las elecciones presidenciales del 30 de octubre.

Condeno el asalto a la democracia y a la transferencia pacífica del poder en Brasil”, escribió Joe Biden en sus redes sociales el domingo, tendiendo una mano al nuevo presidente brasileño, Lula da Silva. “Las instituciones democráticas de Brasil cuentan con todo nuestro apoyo y la voluntad del pueblo brasileño debe ser socavada”, añadió el presidente de Estados Unidos, tachando la situación como “escandalosa”.

Joe Biden también aprovechó para mantener una conversación telefónica con su homólogo brasileño, al que trasladó la invitación a la Casa Blanca el próximo mes de febrero.

Silencio de Trump

El que hasta ahora ha guardado un silencio rotundo al respecto es el ex presidente Donald Trump, también residente en Florida desde que culminó su mandato en la capital estadounidense. Ambos ex mandatarios populistas mantuvieron siempre una gran afinidad que alimentaron durante sus presidencias con frecuentes elogios, múltiples gestos de cercanía y dinámicas políticas muy parecidas.

Mientras tanto, un fuerte “dolor abdominal” fue el causante de que Bolsonaro fuera hospitalizado en Orlando, tal y como reveló su mujer, Michelle Bolsonaro, dando a conocer el “ingreso hospitalario” este lunes a través de su cuenta de Instagram y justo antes de que el propio político lo confirmara con la publicación de una fotografía. En los últimos años y desde que sufriera una puñalada en el abdomen en 2018, el ex militar ha tenido que ser hospitalizado en varias ocasiones por diversas obstrucciones intestinales.

Presión demócrata

En las últimas horas, la élite política estadounidense también ha manifestado su malestar por la presencia de Jair Bolsonaro en el estado de Florida, afirmando que “Estados Unidos no debería ser un refugio para este autoritario que ha inspirado el terrorismo interno en Brasil”, tal y como denunció el congresista demócrata Joaquín Castro, añadiendo que el ex presidente brasileño “es un hombre peligroso” y “debería ser enviado de vuelta a Brasil”.

Varios de sus compañeros de partido, como el senador Bob Menéndez, también decidieron utilizar sus redes para apuntar a Bolsonaro. “Condeno este escandaloso asalto a los edificios gubernamentales de Brasil licitado por el desprecio imprudente del demagogo Bolsonaro por los principios democráticos”, publicó Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.

“Casi dos años después del día en que los fascistas atacaron el Capitolio de Estados Unidos vemos movimientos fascistas en el exterior tratando de hacer lo mismo en Brasil”, criticó la congresista Alexandria Ocasio-Cortez. “Estados Unidos debe dejar de otorgar refugio a Bolsonaro en Florida”, agregó la joven representante del ala más izquierdista del Partido Demócrata.

La presión política para que el presidente de Estados Unidos ponga en marcha la extradición de Jair Bolsonaro no ha dejado de aumentar en las últimas horas. Pero el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, informó a los medios que la Administración no cuenta por ahora con potestad para hacerlo puesto que no ha recibido ninguna petición formal por parte del Gobierno de Lula.

“Hasta el momento no hemos recibido ninguna solicitud oficial del Gobierno brasileño relacionada con este tema”, indicó Sullivan durante una conferencia de prensa. “Tengo que proceder con extrema precaución en término de cómo hablo sobre él, debido a los problemas legales y los precedentes involucrados”, enfatizó el asesor de Seguridad Nacional.

Washington tampoco ha dado explicaciones todavía sobre el tipo de visado que le fue aprobado al ex presidente brasileño para entrar en Estados Unidos, por lo que se desconoce cuánto tiempo tiene previsto permanecer en el país y bajo qué condiciones.