Cumbre mundial
La Asamblea General de la ONU calienta motores en Nueva York
193 estados miembros tratarán temas claves, como Gaza y Ucrania, en la 80ª edición de la reunión de líderes mundiales
Este martes comienza la Asamblea General de Naciones Unidas en un momento en que el tablero geopolítico mundial necesita más que nunca que los países se sienten a conversar. La edición 80 de la reunión de líderes mundiales estará marcada por la guerra en Ucrania y la situación en Gaza bajo el lema: «Juntos somos más fuertes: 80 años más de paz, desarrollo y derechos humanos». En este sentido, el secretario general del organismo, António Guterres, ha enviado un mensaje a los asistentes: «Tómenlo en serio. Superen divisiones y cumplan. Que esta sea una semana de soluciones».
También ocupará un lugar destacado la financiación del organismo en un momento en que hace frente a su peor crisis en décadas, acentuada en parte por la falta de apoyo de Donald Trump, que no cree en el organismo. Representantes de los 193 estados miembros tendrán la oportunidad de dirigirse al hemiciclo durante el debate general con discursos que la organización sugiere, pero no obliga, que sean de un máximo de 15 minutos, una invitación que pocas veces se respeta (el más largo fue el de Fidel Castro en 1960, con una duración de cuatro horas y media). Naciones Unidas, en su página web, asegura que «con crisis globales que van desde la guerra y el cambio climático hasta la desigualdad de género y los dilemas éticos que plantea la inteligencia artificial, esta semana de alto nivel es más que una tradición. Es un momento vital para que la comunidad internacional reflexione, reafirme compromisos y re-imagine nuestro futuro compartido».
La primera jornada arrancará con la intervención de António Guterres seguido del turno de la presidenta de la 80ª Asamblea General, la alemana Annalena Baerbock (es la quinta mujer que ocupa el cargo en las ocho décadas de historia del organismo). A continuación, comenzarán los discursos de los mandatarios mundiales. El primero en intervenir será, como es tradición desde el año 1955, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Se prevé que el líder brasileño dé prioridad a la situación en Palestina, la crisis climática y la defensa de la democracia, según comunicó su equipo de gobierno. Lula da Silva llega a la Gran Manzana después de haber asegurado hace unos días en una entrevista, que el presidente de EE UU «es muy perjudicial para la democracia».
Precisamente, Donald Trump será el segundo orador por ser su país el anfitrión de la cumbre. El líder estadounidense aprovechará para mostrar al mundo su peculiar mirada política, defender la ofensiva de Israel sobre Gaza y exigir a Hamás que libere a los 48 judíos que todavía permanecen secuestrados.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acudirá al encuentro de líderes para intervenir presencialmente el viernes por la mañana, algo que no podrá hacer el líder de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, porque la administración de Trump, en un intento de silenciar a los palestinos ante el mundo, hace días denegó los visados de 80 funcionarios palestinos, incluido su mandatario, así que en esta ocasión, Abbas intervendrá de manera telemática gracias a que así se acordó en una votación la semana pasada en la que 145 países estuvieron a favor de que participe de forma excepcional por videoconferencia. Tanto EE UU como Israel se opusieron.
A pesar de que Trump no es precisamente fan de la ONU, no desaprovechará este gran altavoz para abocar por la paz en Ucrania. De hecho, fuera de las paredes de la organización, se reunirá de manera bilateral con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, que se dirigirá a los líderes mundiales en la mañana del miércoles, después del discurso del rey de España, Felipe VI, que intervendrá en la Asamblea en nombre del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
La financiación de Naciones Unidas será de nuevo una cuestión clave en los discursos. El organismo atraviesa sus peores momentos en financiación y credibilidad después de que las guerras continúen y Trump haya reducido cada vez más la aportación de EE UU (el mandatario ha recortado la financiación de al menos 48 programas del Fondo de Población de Naciones Unidas). Será una oportunidad para poner sobre la mesa la gran pregunta: ¿está la organización obsoleta?