
Japón
El aumento de ataques de osos a personas en Japón se salda con dos nuevas víctimas
Entre abril y agosto el país nipón ha registrado cinco muertes y 69 personas heridas por ataques de estos animales

Dos personas han perdido la vida en Japón tras ataques de osos ocurridos en las prefecturas de Miyagi y Nagano, generando una creciente alarma social. Las víctimas, recolectores de setas sorprendidos por la agresividad de los animales en zonas tradicionalmente consideradas seguras, han puesto en evidencia el aumento de las interacciones entre la fauna salvaje y las comunidades humanas en el archipiélago nipón.
Las autoridades locales han iniciado investigaciones para esclarecer los detalles de estos encuentros fatales, mientras expertos en ecología advierten que el fenómeno responde a causas estructurales. Entre ellas destacan el cambio climático, la despoblación rural y la escasez de alimento en los bosques, factores que están modificando el comportamiento de los osos y empujándolos hacia áreas habitadas.
Un año récord de ataques y avistamientos
Según la emisora pública NHK, entre abril y agosto de 2025, Japón ha registrado cinco muertes y 69 personas heridas por ataques de osos, cifras que se acercan a un récord histórico. Solo en ese periodo se notificaron más de 12.000 avistamientos, un 40 % más que el año anterior. Las prefecturas más afectadas incluyen Nagano, Iwate, Akita, Fukushima y Niigata. El año anterior, se registraron 219 ataques y seis muertes.
Los expertos señalan que la escasez de bellotas y frutos silvestres, provocada por otoños secos e inviernos más cálidos, obliga a los osos a descender de las montañas en busca de alimento. La migración urbana y el envejecimiento de la población rural han dejado muchas zonas agrícolas abandonadas, facilitando el avance de los animales hacia pueblos y ciudades.
Ante el incremento sostenido de incidentes, el Gobierno japonés ha revisado su normativa sobre protección de la vida silvestre. Desde septiembre, los municipios pueden autorizar la caza preventiva de osos en zonas pobladas, una medida excepcional que busca agilizar la respuesta ante amenazas inminentes. Las nuevas directrices permiten a las autoridades locales colaborar con la policía y asociaciones de cazadores para planificar operaciones de seguridad, incluyendo evacuaciones y restricciones de acceso.
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