Análisis

Confrontación explosiva: Corea del Norte desata una andanada de proyectiles en una escalada peligrosa y desafiante

Los disparos provocativos y la creciente tensión evocan al fatídico 2010 en el que se produjo una militarización sin precedentes en la región

En un acto desafiante, Corea del Norte disparó más de 200 proyectiles hacia las aguas de su costa occidental, mostrando una vez más su determinación y poderío militar. Una acción extremadamente provocativa que se produjo después de la cancelación de un acuerdo militar intercoreano el pasado noviembre. Tras la emisión de una orden de evacuación de emergencia para los civiles en las islas fronterizas surcoreanas de Yeonpyeong y Baengnyeong, el ejército surcoreano respondió a esta escalada llevando a cabo ejercicios militares de fuego real. Con todo, no se reportaron daños a civiles ni militares surcoreanos, o pérdidas de vidas humanas.

La Junta de jefes de Estado Mayor reportó la detección de disparos de artillería procedentes de los Cabos Jangsan y Deungsan, ubicados en las áreas costeras del suroeste de Corea del Norte, entre las 9:00 y las 11:00 hora local. Los proyectiles impactaron en la zona de seguridad marítima al norte de la Línea de Límite Norte, la frontera marítima de facto en el Mar Amarillo. Esta área, establecida en un acuerdo militar intercoreano firmado el 19 de septiembre de 2018 para reducir las tensiones fronterizas, prohíbe los disparos de artillería y los ejercicios navales. No obstante, el pasado noviembre, Pyongyang decidió unilateralmente anular dicho convenio, después de que Seúl lo suspendiera parcialmente en protesta por el "exitoso" lanzamiento de un satélite espía militar norcoreano. Esta ruptura inesperada ha avivado aún más las tensiones en la región, dejando a los vecinos en un delicado equilibrio y aumentando el riesgo de un conflicto potencialmente devastador.

El ejército surcoreano calificó la acción como un acto "provocador" y advirtió sobre medidas correspondientes bajo estrecha cooperación con EE UU, asegurando que “la responsabilidad total de estas situaciones que escalan la crisis recae en Corea del Norte y pedimos enérgicamente su inmediata detención", lamentó el portavoz del JCS, el coronel Lee Sung-jun.

Respuesta de Seúl

Por la tarde, las unidades del Cuerpo de Marines surcoreanos en las islas de Baengnyeong y Yeonpyeong llevaron a cabo ejercicios de fuego real, utilizando obuses autopropulsados K9 y otros activos, como los tanques K1E1, contra objetivos simulados en aguas al sur de la Línea de Límite Norte, según funcionarios de defensa. Así, Seúl no se quedó de brazos cruzados y disparó alrededor de 400 rondas en la zona de amortiguamiento marítimo para demostrar su capacidad de defensa, el doble de la cantidad disparada por el Norte.

Este mismo día, el Ejército Popular de Corea (EPC), nombre oficial del Ejército norcoreano, emitió un comunicado afirmando que los destacamentos encargados de la defensa de la costa suroccidental habían disparado 192 proyectiles contra cinco distritos como parte de un simulacro con fuego real. La Agencia Central de Noticias coreana publicó un comunicado al respecto que calificó de "afirmación descabellada" el hecho de que el país haya arrojado proyectiles contra la zona de amortiguamiento próxima a las islas de Yeonpyeong y Baengnyeong. Además, señaló que el simulacro del viernes era "una especie de contramedida natural" contra los recientes disparos de artillería surcoreanos.

La Armada surcoreana anunció el jueves que junto a Washington celebraron un ejercicio con fuego real cerca de la frontera con el Norte, con el objetivo de reforzar sus capacidades operativas combinadas contra sus amenazas militares. Pero, el viernes mismo, Pyongyang advirtió contra este tipo de “provocaciones bajo el pretexto de apuntalar su preparación”, afirmando que su ejército demostrará “una dura reacción a un nivel sin precedentes".

La agencia de espionaje surcoreana señaló hace un mes que es altamente probable que a comienzos de 2024 se produzcan nuevas provocaciones militares o ciberataques, en vísperas de las elecciones parlamentarias surcoreanas de abril y de las presidenciales estadounidenses de noviembre.

El fatídico 2010

La historia se repite con un aire ominoso en la península coreana. Los disparos provocativos y la creciente tensión evocan al fatídico año 2010. En aquel entonces, la isla surcoreana de Yeonpyeong se convirtió en el escenario de un enfrentamiento devastador ya que el ejército norcoreano disparó alrededor de 170 proyectiles hacia la isla, causando la muerte de varios soldados y civiles. El ataque provocó una fuerte reacción del Sur, que respondió con fuego de artillería y desplegó cazas F-16 en la zona. El incidente generó una escalada de tensiones con amenazas de represalias y una mayor militarización en la región.

Si bien las circunstancias actuales no han alcanzado el nivel de confrontación directa visto en 2010, los disparos y los ejercicios militares en la frontera marítima son motivo de preocupación. La comunidad internacional está atenta a la evolución y se esfuerza por mantener la estabilidad en la región

Entretanto, los medios estatales publicaron el viernes imágenes de Kim junto a su hija visitando una fábrica que produce lanzadores móviles para misiles balísticos intercontinentales (ICBM), subrayando la necesidad de reforzar la disuasión nuclear del país para un "enfrentamiento militar" con el enemigo. Durante la inspección, Kim ordenó medidas para ampliar la capacidad de producción de grandes lanzadores erectores de transportadores (TEL), subrayando que la fábrica desempeña un papel importante en el refuerzo de las capacidades de defensa del país, según la agencia de noticias KCNA, que no especificó la fecha de la inspección.

En una reunión clave del partido a finales de año, el dirigente pidió un refuerzo de la preparación bélica para disuadir actos "sin precedentes" de enfrentamientos liderados por Washington y trazó planes para lanzar tres satélites espías militares y reforzar el arsenal nuclear de la nación en 2024.