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Intolerancia

La Asociación Judía Europea avisa: "O Europa protege a sus judíos o será testigo del colapso de los valores que dice defender"

Expertos y figuras de las comunidades judías abordan en la conferencia anual de la EJA el futuro de los judíos en Europa

Participantes en la conferencia anual de la Asociación Judía Europea celebrada en Madrid EJA

Líderes judíos, expertos en seguridad y representantes políticos de varios países europeos han celebrado en Madrid la conferencia anual de la Asociación Judía Europea (EJA), titulada "Building or Leaving" (Construir o marcharse), en la que han abordado el dilema que enfrentan actualmente los judíos en Europa ante el aumento del antisemitismo tras la guerra de Gaza.

La cuestión central que planeó sobre la conferencia fue si los judíos tienen futuro en Europa. Como señaló el rabino Menachem Margolin, cofundador de la EJA, esta comunidad enfrenta una dolorosa elección. "Lamentablemente, miles de judíos ya han respondido a este dilema, se han marchado, han elegido vivir en Israel haciendo la guerra en lugar de quedarse en Europa. Eso dice mucho". En el debate afloró la idea de la unidad entre las organizaciones judías como elemento esencial: "No podemos perder el tiempo en viejas rencillas y pequeños desacuerdos, debemos ayudarnos unos a otros, debemos hablar como uno solo y trabajar juntos", añadió. La historia, recordó Margolin, muestra que "cuando estamos unidos, tenemos éxito, y cuando estamos divididos, fracasamos".

Durante la conferencia se presentaron los resultados de una encuesta encargada por la EJA en seis países europeos (Francia, España, Países Bajos, Bélgica, Reino Unido y Alemania). El objetivo de este estudio era analizar episodios de intolerancia religiosa, y cómo el conflicto entre Israel y Palestina está afectando a las comunidades judías. La encuesta, basada en 4.400 entrevistas realizadas por Ipsos en marzo de 2025, revela que el 55% de los ciudadanos europeos ha empeorado su visión de los judíos a causa del conflicto armado.

Los resultados constatan un aumento del antisemitismo, pese a lo cual, el 82% de los europeos dice no dar prioridad a la lucha contra esta tendencia y más del 20% culpa directamente a los judíos de los países europeos de la guerra entre Israel y Hamás. La encuesta concluye que en Reino Unido existe una orientación más favorable con los judíos mientras que España se muestra como uno de los países más críticos con la comunidad judía. En concreto, el 24% de encuestados culpa directamente a los judíos del conflicto de Oriente Medio.

Una de las conclusiones de la encuesta, presentada por Juan Soto y Tal Rabin, fue la percepción sobre el sesgo mediático. Gideon Falter, director ejecutivo de Campaign Against Antisemitism en el Reino Unido, comentó que una de los datos más llamativos fue que los europeos tienen la sensación de que "los medios de comunicación son muy sesgados". Esta percepción, sugirió, "también se correlaciona con que los europeos ven cada vez más que su sistema de justicia está fallando".

Las experiencias personales de antisemitismo en la vida diaria fueron un tema recurrente. Margolin relató su propia experiencia con la guardería de sus hijos, tras cancelar una salida al parque ante el temor a posibles ataques. "No creo que pueda decir nada que sorprenda porque cualquier judío que viva en Europa hoy siente exactamente lo que es ser judío, parecer judío y usar símbolos judíos". Lamentó que esta situación en la que "hemos normalizado algo que no es normal".

El rabino Binyomin Jacobs, procedente de Países Bajos, sufrió episodios despectivos al ser víctima de insultos incluso de niños con frases como "'sucio judío". En este sentido, explicó que la educación es un elemento clave ya que "si descuidamos la educación a los más pequeños se crearán nuevos patrones antisemitas".

La conferencia también abordó la situación en los campus universitarios, descrita por los participantes como "horrible". El profesor Ellie Sappir introdujo una referencia a la Universidad de Maastricht. Lo que está ocurriendo allí, dijo, representa el "rostro europeo de lo que vemos en Columbia, Harvard, en la Universidad de California y en muchos otros campus", lugares donde "el acoso, la exclusión y la intimidación se han convertido en comportamiento habituales de nuestra vida universitaria". Esta normalización, explicó, a menudo se "disfraza de crítica política", incluyendo discursos contra el Estado de Israel y antisionistas, y acusaciones de genocidio o apartheid contra Israel y los judíos. Sappir afirmó que ante el dilema de "construir o marcharse" existe una tercera opción: "Luchar cuando estamos frente a algo así. Construir no va a ayudar porque vendrán más antisemitas a arruinar lo que construimos".

Estudiantes de España, Italia y la República Checa compartieron sus propias experiencias. Yaël Santé, de España, describió un ambiente universitario "muy incómodo" desde la masacre de Hamás del 7 de octubre, donde a los estudiantes judíos se les aconsejaba ocultar su identidad. Mencionó que profesores de universidades públicas hicieron comparaciones entre el Holocausto y las acciones del ejército israelí en Gaza, incluso en clases de medicina. La retórica política, como la declaración del gobierno español de "del río al mar, Palestina será libre", fue analizada como un factor que contribuye a la ignorancia y el antisemitismo en los campus.

Luca Piccitino, de Italia, habló de una "enorme ola de antisemitismo" y de cómo los estudiantes "propalestinos" recurrieron a las normas universitarias para silenciar las voces judías. Y Emma Ginsburger, de la República Checa, explicó cómo su asociación estudiantil tuvo que volverse "mucho más política" desde octubre de 2023, organizando manifestaciones y dialogando con medios y políticos.

La respuesta de los gobiernos también fue objeto de debate. Algunos ponentes elogiaron enfoques proactivos, como el de Hungría, descrita como un ejemplo de compromiso en la defensa de la identidad judía. Torsten Cookmmer, jefe de policía de Hessen, en Alemania, pidió trabajar contra el extremismo "mediante la educación", empezando en la escuela.

En general, los ponentes fueron críticos con "la inacción" de muchos gobiernos, ya que esta actitud "envía un mensaje peligroso de que la seguridad judía no es una prioridad en Europa". La lucha contra el antisemitismo tiene que ser asumida como una "lucha por Occidente", que requiere "coraje para decidir qué se va a defender".

Remo Forado, presidente de la comunidad judía de Barcelona, expresó su frustración con la situación en España, donde los judíos se han convertido en "una pieza del juego" político partidista. Forado señaló la falta de voluntad política real para implementar medidas concretas ya que el antisemitismo "no es espontáneo sino que ha sido preconcebido, está muy bien organizado y muy bien financiado".

William Daroff, de la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías Americanas, elogió la política de la administración Trump para combatir el antisemitismo en los campus universitarios, que incluye consecuencias legales y financieras a las universidades. Daroff sugirió que se pueden encontrar "puntos de presión" similares con los responsables clave en las instituciones europeas.

Constance Le Grip, miembro del Parlamento francés, subrayó la necesidad de concienciar a sus colegas políticos sobre el peligro del antisionismo y el extremismo islámico, que considera una amenaza no solo para los judíos sino para los "valores fundamentales europeos". También mencionó la necesidad de "combatir todas las formas de discursos de odio, especialmente el antisemitismo, en las redes sociales" haciendo referencia a la regulación europea Digital Services Act.

La conferencia concluyó con un llamamiento a la acción y la unidad. Margolin reclamó a los gobiernos e instituciones europeas que tomen legislen y apliquen la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto, con el fin de endurecer las penas por delitos de odio antisemita y se tomen medidas enérgicas contra la incitación en los medios de comunicación y las plataformas online. El mensaje final fue claro: "Europa debe actuar ahora para proteger a sus judíos o será testigo del colapso de los valores que dice defender".