Combates

Bakú amenaza con atacar la capital de Nagorno Karabaj

Un soldado armenio se protege del ruido de la explosión de un cañón en el enclave de Nagorno Karabaj
Un soldado armenio se protege del ruido de la explosión de un cañón en el enclave de Nagorno Karabajlarazon

Lejos de calmarse, los combates que comenzaron el sábado se intensificaron ayer en Nagorno Karabaj, pese al anuncio de alto el fuego unilateral de Azerbaiyán el domingo. Esa tregua implicaba la conservación de las posiciones conquistadas y Armenia no la aceptó, al considerarla una alteración del estatu quo vigente desde el alto al fuego de 1994 y el reconocimiento de facto del avance azerbayano. Bakú puso a su Ejército en alerta de combate y presumió de haber abatido a 170 militares armenios y destruido doce carros de combate. Armenia rebaja esa cifra a siete tanques y varias decenas de muertos, aunque reconoció que seis combatientes voluntarios fallecieron en un ataque lanzado por un dron azerbayano contra el autobús en el que viajaban. Por otra parte, el Gobierno de Ereván cifra en 300 las bajas de la parte azerbayana desde el sábado, además de 18 tanques, tres vehículos de combate, dos helicópteros y seis drones destruidos. Bakú, sin embargo, reconoce únicamente 15 bajas en sus filas.

Las hostilidades tienen como epicentro la localidad de Talish, a tres kilómetros del frente, donde también han fallecido civiles. «La parte armenia sigue disparando contra poblados para compensar sus bajas. Si ese fuego no se detiene, Azerbaiyán atacará las posiciones armenias en Khankendi y otros distritos, y también la capital del enclave, Stepanakert», advirtió el portavoz de Defensa azerbayano. El ministro de Exteriores condicionó un alto el fuego a «la liberación de los territorios ocupados y a una garantía de la soberanía e integridad territorial del país». Las hostilidades enfrentan a efectivos de Azerbaiyán y de la república de Nagorno Karabaj, pues, según el acuerdo de 1994, Armenia no puede tener presencia militar allí. Sin embargo, Nagorno es de facto una región de Armenia. Desde Ereván, el presidente Sargsian amenazó con reconocer la soberanía de la región, algo expresamente prohibido en los acuerdos de 1994. «Se podrá hablar de compromisos sólo cuando se erradique la causa misma del conflicto y la república de Nagorno Karabaj esté libre de la amenaza de una nueva colonización», declaró.

El de Nagorno Karabaj es el conflicto territorial más longevo del espacio postsoviético. En 1988 hubo un levantamiento en la región, perteneciente a Azerbaiyán, donde predomina la rama chií del islam, pero de mayoría étnica armenia, de raíz cristiana. En 1991, tras la caída de la URSS, la región se declaró independiente. Entonces comenzó una guerra de tres años que acabó con un alto el fuego apadrinado por Moscú, Washington y París, si bien los dos países no mantienen relaciones diplomáticas y desde entonces se suelen registrar escaramuzas en la zona. Ambos se acusan ahora de la escalada de tensión que ha conducido a los combates más graves desde la firma de la tregua.

Los jefes de la diplomacia de Estados Unidos y Rusia, John Kerry y Serguei Lavrov, respectivamente, mantuvieron ayer una conversación telefónica en la que expresaron su preocupación por la escalada de violencia en Karabaj y llamaron a cesar los combates. Además, según una nota de la Cancillería rusa, condenaron «los intentos de actores externos de instigar la confrontación», una referencia probable al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que expresó su apoyo incondicional a Bakú en esta disputa. «En el conflicto de Nagorno, Turquía está con Azerbaiyán desde el primer minuto y lo seguirá estando. La región volverá algún día a su verdadero dueño», declaró. Moscú tiene una base militar en Armenia y una alianza de seguridad mutua con el país, el Tratado de Seguridad Colectiva, que le obligaría a intervenir si la guerra se extendiese a territorio armenio. Sin embargo, no es un escenario deseado por Rusia, que mantiene relaciones diplomáticas con Bakú, pese a su cercanía histórica con Turquía, con la que Moscú está ahora enemistada por Siria y por el derribo de un caza en noviembre.