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Defensa

China tiene un arma secreta que ya está en el mar y que Occidente no sabe como hacer frente

Pekín da un nuevo paso en la carrera armamentística con Washington al presentar un arma láser naval que, según sus publicaciones militares, multiplica la potencia de los sistemas desplegados por Estados Unidos,

China tiene un arma secreta que ya está en el mar y que Occidente no sabe como hacer frente SCMP

Pekín guarda bajo llave su última arma, una que amenaza con alterar el equilibrio de fuerzas en los océanos. El nuevo sistema láser desarrollado por China, bautizado como Liaoyuan-1, se ha convertido en un completo misterio para Occidente, pues el Gobierno chino no ha revelado en qué buques de guerra ha sido instalado. Este hermetismo añade una capa de incertidumbre al ya complejo tablero geopolítico naval, donde la disuasión se basa tanto en la capacidad militar como en su visibilidad. No obstante, esta estrategia del secretismo no es exclusiva de Pekín, ya que incluso la Armada de Estados Unidos mantiene en secreto cuántos de sus barcos están realmente operativos, dificultando la evaluación de su verdadera fuerza.

De hecho, la función de este potente dispositivo es crítica. Ha sido concebido para actuar como la última línea de defensa de un navío, un escudo de energía capaz de fulminar misiles y drones que hayan logrado burlar las contramedidas convencionales. Su mera existencia supone un desafío directo a la superioridad tecnológica que hasta ahora ostentaba Estados Unidos en este campo tan específico. Esta carrera armamentística responde a la creciente convicción de que el futuro de la armada más poderosa del mundo no estará tripulado, dependiendo cada vez más de sistemas autónomos.

En este sentido, los datos que han trascendido desde publicaciones militares chinas apuntan a una ventaja notable. El Liaoyuan-1 tendría una potencia de salida muy superior a la de su equivalente norteamericano, alcanzando entre 180 y 250 kilovatios. Esta cifra deja muy atrás los poco más de 60 kilovatios del sistema Helios estadounidense, lo que se traduce en una mayor capacidad destructiva y una respuesta más rápida ante amenazas múltiples.

Asimismo, la superioridad técnica no se detiene en la potencia bruta. La apertura de la lente del sistema chino sería aproximadamente el doble que la de su competidor. Este detalle técnico, tal y como han publicado en Interesting Engineering, es clave, ya que permite concentrar el haz de energía con más eficacia, otorgándole un alcance efectivo mucho mayor.

El arsenal con el que Estados Unidos planta cara

Por su parte, el Pentágono no es ajeno a esta escalada tecnológica. Bajo la administración del presidente Trump, la Marina estadounidense no solo ha desplegado el mencionado sistema Helios en el destructor USS Preble, sino que también opera un arma láser de 150 kilovatios, el LWSD, una herramienta de una envergadura considerable para hacer frente a la nueva amenaza. El desarrollo de estas armas energéticas forma parte de una tendencia más amplia, ya que los drones lo tienen cada vez más difícil frente a sistemas de última generación diseñados específicamente para neutralizarlos.

Además, el arsenal norteamericano se complementa con los deslumbradores láser ODIN, diseñados con un propósito diferente: no buscan destruir, sino cegar y neutralizar los sensores ópticos de drones y misiles enemigos. Con todo, la estrategia de comunicación contrasta frontalmente con la de Pekín. Mientras Washington informa abiertamente de sus despliegues, el silencio chino sobre el paradero del Liaoyuan-1 sigue alimentando las especulaciones en las cancillerías de medio mundo.