EE UU
La corrupción y una denuncia de acoso sexual acorralan al alcalde de Nueva York
El FBI investiga a Eric Adams por recibir donaciones de Turquía durante su campaña electoral
El alcalde de Nueva York, el demócrata Eric Adams, lo tiene cada vez más complicado para hacer realidad sus ambiciones políticas de reelección en 2025. Llegó pisando fuerte asegurando que iba a devolver a la ciudad de los rascacielos su gloria después de que la pandemia golpeara con fuerza sus cimientos, pero, tras casi dos años de mandato, el segundo alcalde negro de la Gran Manzana no sólo está lejos de cumplir su palabra, sino que se ha convertido en el centro de escándalos por corrupción, agresión sexual y algunos otros asuntos que no pintan nada bien para el expolicía.
Adams está en el punto de mira de una investigación federal después de que el FBI descubriera presuntos vínculos de su campaña con donaciones procedentes de Turquía, algo que nos comulgaría con las reglas de donación. Según las pesquisas, la campaña del alcalde recibió al menos cinco donativos por valor de 2.000 dólares de trabajadores de Bay Atlantic University, una institución con base en Washington y de titularidad turca. Esas aportaciones fueron devueltas porque, según el equipo del alcalde, «tenían más dinero del que podían gastar». Además, los investigadores también descubrieron que varios donantes de Adams tenían vínculos con una empresa de construcción turca ubicada en Brooklyn, cuyas oficinas fueron allanadas por el FBI en noviembre de 2023.
El alcalde neoyorquino asegura que su campaña cumplió con todos los requisitos legales y está cooperando con el FBI. Cuenta con un fondo de defensa legal que desde noviembre ha recaudado más de 732.000 dólares (440.000 ya se han invertido en el pago de los abogados). Entre los donantes hay reconocidos millonarios neoyorquinos, como por ejemplo el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg o el empresario británico-estadounidense nacido en Ucrania Leonard Blavatnik y el inversor en criptomonedas Brock Pierce.
Por si fuera poco, Adams, de 63 años, enfrenta una denuncia por unos hechos ocurridos en 1993 en virtud de una nueva ley que permite denunciar casos de agresión sexual a pesar de que hayan ocurrido hace muchos años (la misma norma a la que se acogió la escritora E. Jean Carroll para demandar a Donald Trump por violación y agresión sexual). «Eso no sucedió en absoluto, no recuerdo haber conocido a esta persona. Nunca haría daño a nadie de esa magnitud», asegura el regidor.
Tampoco ayuda la crisis por la llegada masiva de inmigrantes en los últimos tiempos procedentes de la frontera con Texas. Según las cifras que maneja la Alcaldía, más de 161.000 solicitantes de asilo han pasado por la Gran Manzana desde primavera pasada y 68.000 de ellos viven de las ayudas sociales, lo que cuesta a la ciudad unos 380 dólares diarios por inmigrante. Esto ha forzado a las autoridades a tomar decisiones impopulares como aplicar recortes presupuestarios que obligan a cerrar las bibliotecas los domingos. Todo mientras los neoyorquinos ven cómo los precios de la vivienda, su cesta de la compra y el entretenimiento se disparan y cada vez es más díficil llegar a fin de mes.
Según algunos medios, la situación es tal que el propio exgobernador de Nueva York Andrew Cuomo, quien renunció en 2021 por al menos 13 denuncias de acoso sexual, ha hecho correr la voz de que si Adams no puede con la presión, él está dispuesto a presentarse.
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