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Putin fulmina las protestas con otra detención de Navalni

El opositor, liberado horas después, encabezaba las marchas a favor del boicot en las presidenciales. El Kremlin intenta evitar que la baja participación deslegitime el resultado

El opositor ruso Alexei Navalni, ayer, durante las protestas de Moscú, antes de ser detenido
El opositor ruso Alexei Navalni, ayer, durante las protestas de Moscú, antes de ser detenidolarazon

El opositor, liberado horas después, encabezaba las marchas a favor del boicot en las presidenciales. El Kremlin intenta evitar que la baja participación deslegitime el resultado.

Bajo el lema «¡Huelga de votantes!», los partidarios del líder opositor Alexei Navalni se concentraron ayer en decenas de ciudades rusas para pedir el boicot a las elecciones presidenciales del 18 de marzo. Las concentraciones más numerosas se produjeron en Moscú, San Petersburgo, Novosibirsk y Ekaterimburgo, importante ciudad de los Urales en la que su alcalde, Evgueni Roizman –que se impuso en las últimas elecciones municipales al candidato del partido gobernante, Rusia Unida–, se sumó a las protestas y también pidió el boicot a los comicios. Desde el Ministerio del Interior ruso informaron de que no se produjeron incidentes graves durante las movilizaciones, pese a que en algunos casos no contaban con la aprobación de las autoridades locales.

En Moscú, según la Policía, cerca de un millar de partidarios de Navalni acudieron a la plaza Pushkin, en la calle Tverskaya, lugar en el que fue detenido el propio Navalni –la cuarta vez en el último año– cuando se dirigía a la concentración que él mismo había convocado. El opositor fue puesto en libertad sin cargos horas después, aunque tendrá que comparecer ante el juez. Las autoridades lo acusan de ser el organizador de una marcha no autorizada. Los manifestantes gritaron consignas como «Putin ladrón», «Boicot» o «Esto no son unas elecciones, esto es una vergüenza». «Me han detenido. Esto no importa. Vengan a Tverskaya. No salen por mí, sino por ustedes y por su futuro», comunicó el abogado y bloguero a través de su cuenta de Twitter. Poco después la marcha siguió por el centro de Moscú, seguida de cerca por un importante despliegue policial.

El Fondo de la Lucha contra la Corrupción –la organización de Navalni– anunció en un comunicado posterior que se habían producido diversas detenciones en Moscú y en otras regiones de Rusia, además de agradecer a los manifestantes su apoyo a la convocatoria. «Sois unos auténticos héroes», afirmaron.

Las movilizaciones de ayer se produjeron tan sólo dos días después de que el Tribunal Supremo ruso diera el portazo definitivo a la candidatura del opositor para las próximas elecciones presidenciales. Anteriormente, la autoridad electoral ya había rechazado a Navalni debido a sus antecedentes penales por malversación, algo que, según dictaminó el Tribunal Constitucional, le inhabilita para presentarse a las elecciones. El opositor siempre ha defendido que las sentencias en su contra fueron políticamente motivadas y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos calificó en octubre del año pasado la decisión de la Justicia rusa de «arbitraria y manifiestamente injusta».

Con unos índices de popularidad de alrededor del 80%, según el Centro Levada, y con su más ferviente opositor fuera de la carrera electoral, parece más que seguro que el hombre que ha llevado las riendas de Rusia desde los inicios del año 2000 será reelegido en los comicios de marzo y permanecerá en la Presidencia al menos hasta el año 2024.

Los índices de aprobación de Putin, de 65 años, contrastan con la del actual primer ministro, Dmitri Medvedev, con sólo un 44% de apoyo. Con este escenario y con la garantía de una cómoda victoria, parece que el principal rival del presidente será la abstención. En las legislativos de 2016 –que ganó Rusia Unida con casi el 55%– votó menos de la mitad del censo, con un descenso en la participación de unos diez puntos respecto a la cita anterior.

Según informó el medio ruso RBC, el Kremlin es consciente de este problema y está barajando varias iniciativas para tratar de fomentar la participación entre los rusos –sobre todo entre los más jóvenes–, como instalar atracciones cerca de los colegios electorales para dar una atmósfera festiva a los comicios o regalar iPhones o iPads a las mejores «selfies» tomadas junto a las mesas electorales.

Con un estilo directo, para algunos irreverente, y una importante presencia en las redes sociales, Navalni tiene entre sus seguidores sobre todo a los jóvenes, muchos de los cuales no han conocido una Rusia sin Putin. Sus vídeos de denuncia contra la corrupción han llegado a alcanzar más de veinte millones de visualizaciones en Youtube. En las elecciones municipales de Moscú del año 2013, este jurista logró ser el segundo candidato más votado con el 27,7% de los sufragios, por detrás del actual alcalde, Serguei Sabianin, de Rusia Unida, que se hizo con el 51,37%.

Navalni venía preparando su candidatura para las elecciones presidenciales desde hace meses, cuando inició una gira de mítines por decenas de ciudades por todo el país y expandió a nivel territorial las sedes de su Fondo de la Lucha contra la Corrupción. Su popularidad iba en ascenso, pero tras el no de las autoridades rusas a su candidatura, decidió apostar por el boicot a unos comicios que supondrán una cómoda, pero tal vez débil reválida para Putin.