“Dios salve a la reina”: Un nuevo desliz de Biden alimenta las dudas sobre su salud mental

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pronunciaba en la tarde del viernes un enérgico discurso en la Cumbre Nacional sobre Comunidades Seguras en Connecticut, en el que llamó a combatir con más dureza desde las instituciones la inseguridad que genera la tenencia de armas, cuando, hacia el final de su intervención, dijo: “Dios salve a la reina, hombre”. Soltó el micrófono y, visiblemente desorientado, se giró para preguntar a sus asistentes la dirección por la que tenía que abandonar el escenario.

Aplausos, vítores y carcajadas en la sala. Biden, que había dejado frases lapidarias minutos antes sobre el control de armas, comparando el trauma de los niños en la escuela “cuando tienen que agacharse y ponerse a cubierto” con el de los soldados “en las colinas de Afganistán”, cambió súbitamente de tono antes de cerrar su discurso cuando pronunció esas últimas palabras.

La vicesecretaria de prensa de la Casa Blanca, Olivia Dalton, respondió más tarde que el presidente estaba “comentando algo a alguien del público”. Pero Biden, de 80 años, había vuelto a protagonizar un desliz que ni las redes sociales ni sus detractores iban a dejar pasar.