Estados Unidos

Unos emails hackeados desenmascaran a Clinton

En privado, defiende el libre comercio y reconoce su desconexión de la clase media

Imagen de archivo del Director de Inteligencia Nacional, James Clapper, en Washington el 9 de febrero pasado
Imagen de archivo del Director de Inteligencia Nacional, James Clapper, en Washington el 9 de febrero pasadolarazon

Cuando parecía que la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, había conseguido que cayese en el olvido la controversia de sus correos electrónicos, se volvió a producir otra filtración de WikiLeaks que golpeó con dureza la carrera presidencial de la ex secretaria de Estado. Se trata de más de 2.000 e-mails del jefe de campaña de Clinton, John Podesta, en los que se confirma lo que muchos analistas mantienen sobre los problemas de la candidata: sabe demasiado y ha visto demasiado. La filtración destapa las transcripciones de los discursos de Clinton ante los altos ejecutivos de Wall Street y otras grandes empresas, los cuales habían permanecido ocultos por voluntad de la candidata. Hillary Clinton habría cobrado un total de 26 millones de dólares por sus intervenciones, realizadas entre 2013 y 2014, después de haber abandonado el departamento de Estado y antes de presentar su candidatura a la Casa Blanca.

Entre las revelaciones, destacan que Clinton les explicó que se necesitan dos caras para ser político, la privada y la pública y admitió su alejamiento de la clase media estadounidense. Fue en una reunión celebrada en 2013 cuando ante los ejecutivos del banco de inversión Goldman Sachs, reconoció que «tengo una postura pública y una privada» en diferentes asuntos sobre propuestas políticas, en clara referencia a la necesidad de ganar votos con ciertas afirmaciones. En otra de esas reuniones a puerta cerrada, Hillary Clinton les reconoció a los banqueros que estaban mejor preparados que el propio gobierno para hacer las reformas necesarias en Wall Street, algo que no coincide con ciertas declaraciones en sus mítines de campaña, cuando carga contra los excesos de la Bolsa de Nueva York. A la vez, admitió su distanciamiento con la clase media estadounidense, uno de sus grandes problemas en todas las ocasiones que se ha presentado para desempeñar algún cargo político. «A mi padre le encantaba quejarse de las grandes empresas y del Gobierno, pero tuvimos una educación de clase media. Buenas escuelas públicas, acceso al cuidado de la salud. Tuvimos nuestra pequeña casa unifamiliar», explicó Clinton. «Ahora estoy bastante alejada de eso. Ya saben... la fortuna de la que mi marido y yo hemos gozado... pero no he olvidado mi pasado», agregó la ahora candidata demócrata.

En otra de las intervenciones a puerta cerrada que Hillary Clinton no quería que llegase al conocimiento de su electorado, destaca su reunión en 2013 con un grupo de banqueros brasileños sobre su sueño de tener «libre comercio y fronteras abiertas». Algo que se opone a sus discursos durante los últimos meses, en su búsqueda por el electorado de clase media. La ex jefa de la Diplomacia se ha visto obligada a pronunciar unas intervenciones más proteccionistas en contra del Acuerdo Transpacífico en la línea de su otrora rival Bernie Sanders, para ganarse a su base de votantes. La campaña de Clinton no confirmó la autenticidad de los correos ni comentó su contenido.