Avión de combate

Este país asiático invertirá miles de millones en un nuevo avión de combate de última generación

Para jubilar una flota de cazas obsoleta y marcada por la tragedia, Bangladesh mira a China y sopesa la compra de una veintena de los modernos J-10CE en una operación de envergadura que redefine sus alianzas estratégicas

Avión de combate pintado de azul y verde de la fuerza aérea de Bangladesh
Este país asiático invertirá miles de millones en un nuevo avión de combate de última generaciónWikimedia Commons

La creciente influencia de China en el sur de Asia tiene un nuevo y claro exponente en Bangladés. La alianza militar entre Pekín y Daca se estrecha cada vez más, convirtiendo al país bangladesí en uno de los principales clientes de la industria armamentística china, una relación que ya se materializa en la presencia de carros de combate y submarinos de fabricación china en sus fuerzas armadas. Ahora, esta colaboración estratégica está a punto de dar un salto de envergadura en el dominio aéreo, con una relación militar ya consolidada que redefine el equilibrio de poder en la región. Esta dotación de material terrestre es solo una parte de la relación, pues la tecnología militar china avanza a gran ritmo y sus tanques del futuro ya incorporan inteligencia artificial para ganar ventaja en combate.

En este contexto, el gobierno de Bangladés ha puesto sobre la mesa un ambicioso proyecto para modernizar su Fuerza Aérea que tiene a China como socio preferente. El plan contempla la adquisición de un escuadrón de cazas J-10CE, una operación que podría alcanzar los 20 aparatos para 2027 y que ya ha recibido la luz verde inicial por parte del ejecutivo del país. Esta compra supondría un avance notable para su capacidad defensiva.

Ahora bien, la envergadura de la operación se refleja también en su coste. Aunque la adquisición de los aviones se estima en unos 1.200 millones de dólares, el desembolso total, según informa el medio Defense News, asciende a 2.200 millones al incluir la formación de pilotos y personal de tierra, así como el imprescindible paquete de repuestos y mantenimiento. Para afrontar un desembolso económico considerable, el gobierno de Bangladés ha previsto distribuir los pagos a lo largo de una década.

Un salto cualitativo para la fuerza aérea bangladesí

De hecho, la elección del J-10CE no es casual. Este aparato está considerado por muchos expertos como el mejor avión de combate chino disponible para la exportación, un caza de última generación que hasta la fecha solo operan las fuerzas aéreas de China y Pakistán. A pesar de que Daca llegó a valorar otras opciones en el mercado, como el Eurofighter Typhoon europeo, la propuesta china se ha impuesto gracias a sus capacidades avanzadas, que incluyen un radar de barrido electrónico activo (AESA) y la capacidad de portar misiles aire-aire de largo alcance como el PL-15E. El avance tecnológico que representa el J-10CE es tan significativo que ha provocado reacciones en otras potencias, como demuestra el hecho de que el caza de combate F-22 Raptor reciba una importante actualización con los aviones chinos como principal objetivo.

Por otro lado, esta modernización responde a una necesidad acuciante. La Fuerza Aérea de Bangladés necesita reemplazar con urgencia una flota obsoleta de cazas F-7 y MiG-29, aeronaves con varias décadas de servicio a sus espaldas. Estos viejos aparatos arrastran un preocupante historial de accidentes que ha comprometido seriamente tanto la seguridad de los pilotos como la operatividad de sus escuadrones, una situación límite que ha forzado al gobierno a acelerar los planes para su retirada definitiva.