Polémica
Dimite el jefe de la Marina alemana tras asegurar que Putin “merece respeto”
El vicealmirante Kay-Achim Schönbach provoca la ira de Ucrania al vaticinar que nunca recuperará el control de Crimea
Kay-Achim Schönbach, vicealmirante de la Marina de Alemania, hizo unas declaraciones el viernes durante un viaje en Nueva Delhi invitado para hablar durante una reunión en un instituto de investigación que fueron grabadas en vídeo, difundidas por internet y que le han costado su puesto. Una polémica que ha vuelto a tensar las relaciones diplomáticas entre Berlín y Kiev en plena escalada de tensión por las amenazas rusas contra el Este de Europa.
El oficial aseguraba que es un «sinsentido» pensar que Rusia quiera invadir toda Ucrania, sino que Vladimir Putin «probablemente solo busca crear presión porque sabe que puede dividir a la Unión Europea». Schönbach aseguraba que Putin «lo que de verdad quiere es respeto, ser tratado con respeto de tú a tú». Además aseguró que el presidente ruso «seguramente merece dicho respeto».
El vicealmirante germano añadió que «nosotros, India y Alemania además necesitamos a Rusia contra China» para rematar su argumento en que «necesitamos a ese país cristiano, incluso aunque no sea una democracia, como socio bilateral».
Por otro lado, con respecto a la anexión de la península de Crimeapor parte de Rusia en 2014 que la comunidad internacional se niega a aceptar, declaró que «Crimea se ha ido, no va a volver jamás y eso es un hecho».
Después de decir todo esto y de que el vídeo fuera difundido ampliamente a través de la red social Twitter en varios idiomas, el vicealmirante alemán escribió en su propia cuenta que las declaraciones «no fueron reflexionadas, las calculé mal y no debería haberlas hecho. Al respecto no hay nada que interpretar, porque fue un error», para después presentar su renuncia ante la ministra de Defensa, la socialdemócrata Christine Lambrecht, que la aceptó al momento.
El escándalo ha llevado a que el embajador alemán en Kiev sea llamado al orden y el embajador ucraniano en Berlín, Andrij Melnyk, asegurara al diario «Die Welt» que la dimisión no era suficiente, sino que el Gobierno de coalición tenía que cambiar su orientación en el actual conflicto. «La dimisión fue una decisión correcta», aseguró, «pero lo que permanece en el aire es la gran pregunta de si, en general, se puede confiar en los alemanes o no, ya que en Berlín se oyen a menudo declaraciones similares, aunque más bajo». El embajador volvió a pedir al Gobierno Alemán que apoye a su país enviando armas. Sin embargo, el tripartito dirigido por Olaf Schloz se ha opuesto hasta ahora y se ha limitado a anunciar el envío de un hospital militar al país.
«Por ahora solo hemos recibido consejos, pero ahora es el momento de hacer lo que están haciendo otros socios europeos». Melnyk recordó que «aún no somos miembros de la OTAN, pero tenemos que hacer ver a Putin que Ucrania no está sola y que nuestros socios están dispuestos a defendernos».
El embajador espera que «los alemanes nos envíen el material necesario para poder hacer frente a una guerra con tanques, es decir, misiles antitanques, lo que están haciendo los británicos desde hace días, pero también necesitamos defensa en el aire». Hay una lista, explicaba, sobre lo que Ucrania necesita para defenderse.
Alemania, además, está frenando desde hace días un envío de armas por parte de la OTAN desde Letonia a Ucrania. Ayer, otro de los políticos más influyentes del país, el líder de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), Markus Söder, daba una entrevista al diario conservador «Frankfurter Allgemeine Zeitung» en la que aseguraba que Ucrania no debería entrar en la OTAN y que el gasoducto ruso Nordstream 2 debería ponerse en funcionamiento. Söder aseguraba que «hay que garantizar sin duda la integridad territorial y la soberanía de Ucrania, pero nuevas amenazas y sanciones más duras no pueden ser la única solución para con Rusia».
El líder bávaro aseguró que ni siquiera en los peores momentos de la Guerra Fría se había puesto en duda el abastecimiento de gas entre la Unión Soviética y Alemania. Söder recordó que Ucrania aún no forma parte de la OTAN, por lo que no habría la misma obligación de defenderla que en el caso de Polonia o de los Estados bálticos, para añadir que «Rusia no es un socio fácil, pero no es un enemigo de Europa». Söder se posicionó en contra de enviar armas a Ucrania y a favor de posicionarse por una desescalada en el conflicto. «En ningún caso puede ser el objetivo mandar soldados a Ucrania», para criticar que EE UU no habría consensuado con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el envío de armas y proponer que se vuelva al formato de conversaciones del Cuarteto de Normandía.
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