Guerra televisiva

Rusia cierra la oficina de la Deutsche Welle en venganza por el «no» a RT

Moscú también prohibe las emisiones de la televisión alemana en el país y anula las acreditaciones a todos sus empleados

Rusia considera "destructivos" los pasos dados para prohibir las emisiones de RT y precisa que ésta es la primera partida de medidas de respuesta.
Rusia considera "destructivos" los pasos dados para prohibir las emisiones de RT y precisa que ésta es la primera partida de medidas de respuesta.YURI KOCHETKOVAgencia EFE

En una muestra más de que los medios de comunicación rusos son un brazo de la propaganda del Kremlin, el Gobierno de Vladimir Putin cerró ayer la corresponsalía de la televisión alemana Deutsche Welle (DW) en Moscú y prohibió sus emisiones en Rusia.

La medida se produce un día después de que la Comisión para la Supervisión de Medios de Comunicación (ZAK) de Alemania prohibiera la emisión del canal en alemán de RT (antigua Russia Today) por considerar que carecía de la licencia correspondiente.

Para la ministra alemana de Cultura y Medios de Comunicación, Claudia Roth, la decisión es «totalmente inaceptable». «DW es también una organización independiente. Esto significa que, a diferencia de RT DE, el Estado alemán no ejerce ninguna influencia en la programación. Por lo tanto, insto a la parte rusa a no explotar los problemas de licencia de RT con fines políticos», reclamó Roth.

La cadena rusa está acusada de propagar desinformación y teorías conspirativas. En sus emisiones en Alemania, solía invitar a dirigentes del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y a portavoces del movimiento negacionista Querdenker.

«RT Deutsch» había comenzado a retransmitir su programación por satélite en diciembre, lo que había llevado al regulador a abrir diligencias por no considerar válida una licencia de emisión serbia presentada por la cadena.

Desde Deutsche Welle, que emite en 30 idiomas, su director general, Peter Limbourg, anunció acciones legales para determinar si las medidas anunciadas ayer por Moscú son permisibles «incluso conforme a los estándares rusos». «Esta es otra señal de que el Gobierno ruso no está interesado en la libertad de prensa y la libertad de opinión», lamentó Limbourg.