Presión

Johnson alerta contra un veto inmediato al gas y el petróleo rusos

“Debemos asegurarnos que tenemos suministro suficiente para sustituirlos”, dijo el ‘premier’ británico tras reunirse con su homólogo canadiense, Justin Trudeau, y el holandés, Mark Rutte

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El primer ministro británico, Boris Johnson, se ha reunido este lunes en Londres con su homólogo canadiense, Justin Trudeau, y el holandés, Mark Rutte, para analizar cómo se puede aumentar la presión sobre Rusia.

El anfitrión ha pedido a sus colegas que respalden su plan de acción de seis puntos, que pasan por movilizar una coalición humanitaria internacional para Ucrania; apoyar los esfuerzos de autodefensa de este país; maximizar la presión económica sobre el régimen de Putin; evitar que se normalice lo que Moscú está haciendo en Kiev; mantener la vía diplomática para lograr una desescalada “con la plena participación del Gobierno legítimo de Ucrania” e “iniciar una campaña para fortalecer la seguridad y la resiliencia en toda la zona euroatlántica”.

Downing Street también ha anunciado 175 millones de libras de apoyo a Ucrania lo que eleva la ayuda prestada ya por Londres a los 400 millones de libras para sufragar, entre otros, salarios del sector público, permitir que continúen operando funciones estatales críticas y afrontar gastos de seguridad social y pensiones.

En rueda de prensa conjunta, los mandatarios han coincidido en que la reducción de la dependencia de los hidrocarburos rusos debe hacerse “paso a paso”, en lugar de con un veto inmediato a todas las importaciones. “No podemos simplemente dejar de utilizar el petróleo y el gas de la noche a la mañana, incluso el de Rusia”, afirmó Johnson. “Nosotros podemos hacerlo rápidamente en Reino Unido (con tan solo un 3% de dependencia gas ruso) y otros países también, pero las dependencias varían”, añadió el premier que auguró un “periodo de transición”.

El precio del crudo Brent se disparó después de que el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, afirmara que está conversando con la UE para prohibir la importación de petróleo procedente de Rusia. “La visión generalizada es que nos debemos alejar de los hidrocarburos rusos y hacerlo todos juntos”, pero “debemos asegurarnos de que tenemos suficiente suministro para sustituirlos”, dijo Johnson, que avanzó planes para estudiar la posibilidad de incrementar la producción interna del Reino Unido.

Aunque eso no significa que Londres abandone sus objetivos de reducción de emisiones de CO2, recalcó el líder tory, que subrayó que espera continuar impulsando la energía nuclear y las renovables.

Por su parte, Rutte sostuvo que “a lo largo del tiempo se debe reducir de forma dramática la dependencia energética de Rusia”, pero ese proceso debe ser progresivo. “Hay mucho debate sobre la posibilidad de sanciones energéticas. No debemos engañarnos, hay que asegurarse de que esas sanciones no generan riesgos inmanejables para el suministro energético de los países europeos”, recalcó el jefe de Gobierno neerlandés.

Trudeau, cuyo Ejecutivo sí ha vetado la importación de hidrocarburos rusos tras la invasión de Ucrania ordenada por Moscú, puntualizó que las importaciones canadienses de productos petroquímicos rusos son “insignificantes”. “Estaremos ahí para respaldar al mundo a medida que se aleja del petróleo ruso y de los combustibles fósiles en general”, dijo el canadiense.

Asimismo, los tres líderes destacaron la necesidad de imponer más sanciones al Kremlin. En este contexto, el Ejecutivo británico ha presentado finalmente en la Cámara de los Comunes el proyecto de Ley Delitos Económicos (que llevaba prometiendo desde 2016) y que básicamente está destinado a evitar que los oligarcas, tal y como hacen ahora, puedan comprar propiedades en Reino Unido ocultando sus identidades a través de una red de empresas ficticias registradas en paraísos fiscales extraterritoriales.

La legislación busca tres cosas claves: crear un registro de propiedades, revisar órdenes de riqueza inexplicables y facilitar el enjuiciamiento de cualquier persona involucrada en el incumplimiento de sanciones. Aunque la ley se quiere aprobar por la vía rápida, luego tiene que ir a la Camara de los Lores, donde podría haber enmiendas que retrasen el proceso.

Por último, el Gobierno británico se ha comprometido a acelerar el proceso para que pronto “un mayor número de ucranianos” pueda trasladarse a Reino Unido con el visado pertinente, tras las críticas recibidas, ya que hasta ahora solo 50 ucranianos han llegado como parte del programa de reunificación familiar, de unas 13.500 solicitudes.

El Ejecutivo francés ha acusado a Londres de rechazar la entrada de 150 en Calais porque no tenían documentación y de negarles apoyo.

La prensa británica publica hoy que, tras su reciente visita a la frontera con Polonia, la ministra de Interior, Priti Patel, sopesa crear “una ruta segura” para que los ucranianos puedan llegar a Reino Unido al margen de si tienen aquí vínculos familiares o un contrato laboral.

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha informado este lunes que ya son más de 1,73 millones los ucranianos que han tenido que dejar su país a consecuencia de la guerra.