Preocupación

¿Lukashenko teme que Putin le mate? El presidente bielorruso ordenó cambiar chefs, guardias y sirvientes

El eterno aliado del mandatario ruso cree que podría ser la próxima víctima de Moscú tras la misteriosa muerte de Vladimir Makei, su ministro de Exteriores

El presidente ruso Vladimir Putin siembra el terror en Ucrania y hasta entre sus aliados, como es el caso de su homólogo bielorruso Alexander Lukashenko, quien cree que podría ser la próxima víctima de Moscú tras la muerte en extrañas circunstancias de Vladimir Makei, su ministro de Exteriores.

Ante tal la situación, Lukashenko ha ordenado cambiar de chef, de sirvientes y también a su equipo de seguridad, tal y como apuntan varios medios. El mandatario cree, de hecho, que podría ser envenado por orden de quien hasta ahora al menos ha sido su protector político.

Asimismo, algunas fuentes citadas por medios británicos aseguran que el Kremlin está enfadado porque Lukashenko y Makei impidieron que el Ejército bielorruso luchara activamente en Ucrania. La semana pasada se confirmó la muerte de Makei días antes de que se reuniera con su homólogo ruso Sergei Lavrov.

Los informes sugieren que Makei murió de un ataque al corazón, pero el empresario y enemigo de Putin en el exilio, Leonid Nevzlin, asegura que Makei “murió como resultado de un envenenamiento desarrollado en un laboratorio especial del FSB”.

De hecho, varias fuentes apuntan directamente los “servicios especiales” rusos como culpables de la muerte de Makei. “Los hijos de Lukashenko han recibido seguridad adicional. El dictador no se fía de nadie”, cuentan fuentes que conocen el día a día del presidente bielorruso, que además “teme que Putin le esté preparando un magnífico funeral”.

En el caso de Makei apuntan al hombre fuerte de Putin -y para muchos aspirante a sustituirle- Nikolai Patrushev, actuó como “comisario” del asesinato.

Por otro lado, la inteligencia de Ucrania ha señalado este lunes que las amenazas de Bielorrusia sobre su posible participación en la guerra forman parte de una campaña de desestabilización de las tropas y la población ucraniana. Según ha relatado el director de la Inteligencia ucraniana, Andrii Yusov, las informaciones lanzadas desde Minsk y Moscú sobre el ingreso de Bielorrusia en la guerra persigue “varios objetivos al mismo tiempo”.

Uno de ellos sería la movilización y despliegue de tropas ucranianas en otros puntos de la frontera con Bielorrusia, despejando así otros territorios, lo que facilitaría el avance ruso, según recoge la agencia de noticias Ukrinform.

No obstante, y al mismo tiempo, estas amenazas tienen efecto también en la moral no solo de las tropas rusas, sino también entre los bielorrusos quienes, según Yusov, estarían más comprometidos con la participación de su país en una guerra a gran escala.