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Huelga escolar

Miles de escolares alemanes protestan para oponerse al regreso del servicio militar

La cámara baja del Parlamento (Bundestag) aprobó este viernes la ley que indica que todos los hombres y mujeres mayores de 18 años recibirán a comienzos de 2026 un formulario para evaluar su motivación y su aptitud para el servicio

Alemania.- La Cámara Baja del Parlamento de Alemania aprueba la ley para el nuevo servicio militar EUROPAPRESS

El Bundestag dio luz verde este viernes al regreso del servicio militar en Alemania, cerrando meses de negociación política y abriendo un nuevo capítulo en la política de defensa del país. La reforma, aprobada por una ajustada mayoría de 323 votos a favor frente a 272 en contra y una abstención, establece una base de voluntariedad para el alistamiento pero introduce la obligatoriedad de la identificación y de la evaluación médica de los jóvenes varones nacidos a partir de 2008.

El Gobierno confía en que basten los incentivos para engrosar las filas de la Bundeswehr, el ejército federal, aunque el propio texto legal deja abierta la puerta a activar -solo en caso necesario y con la aprobación del Parlamento- un servicio militar obligatorio. El ministro de Defensa, Boris Pistorius, defendió el proyecto como “un paso decisivo” para garantizar la capacidad defensiva de un país que vuelve a enfrentarse a un entorno de seguridad incierto y reconoció que el debate había sido complejo y socialmente sensible, prueba de ello las protestas juveniles convocadas en las calles de varias ciudades, pero subrayó que la discusión era inevitable. El planteamiento inicial, insistió, pasa por la voluntariedad. “Si no alcanza, no tendremos más remedio que recurrir a una forma de obligatoriedad parcial” añadió, apelando a una lógica de responsabilidad colectiva. “Este país y esta democracia lo merecen”.

La norma persigue un objetivo ambicioso: elevar el número de efectivos desde los actuales 184.000 hasta una horquilla de entre 255.000 y 270.000 para 2035 y sumar otros 200.000 reservistas que refuercen la estructura militar. A partir de 2027, el Ministerio deberá remitir cada seis meses al Bundestag un balance detallado de los voluntarios incorporados y si las cifras no cuadran, el Parlamento podría votar la entrada en vigor de la llamada “Bedarfswehrpflicht”, una forma de alistamiento obligatoria que solo se activaría si la voluntariedad no cubre los objetivos exigidos para la defensa nacional, aunque todavía está sin definir el procedimiento exacto de selección.

El primer paso será administrativo. Desde enero, todos los jóvenes que cumplan 18 años recibirán un cuestionario para evaluar su situación personal, estado de salud y disposición a servir. Para los hombres la respuesta será obligatoria, para las mujeres voluntaria. La reforma recupera el tradicional reconocimiento médico obligatorio, destinado a comprobar la aptitud física y psicológica de los jóvenes para el servicio. Así, el sistema -adaptado a los estándares actuales-, prevé pruebas de visión, análisis básicos, revisión del aparato locomotor y una valoración general médica y psicológica que determine la clasificación final. No se trata aún de una orden de incorporación, sino de una criba previa destinada a conocer el potencial disponible. El Ejecutivo sabe que debe seducir a los jóvenes y para ello ofrece un salario de unos 2.600 euros brutos mensuales desde el primer día, con un compromiso mínimo de seis meses. Quienes prolonguen el servicio hasta los doce meses podrán optar a ayudas para financiar el carné de conducir, ya sea de turismos o camiones, con subvenciones de hasta 3.500 euros.

Desde la esfera política no todos quedaron satisfechos. La izquierda de Die Linke acusó al Gobierno de convertir a los jóvenes en “carne de cañón”, mientras que los Verdes denunciaron la falta de un concepto integral de defensa que incluya a todas las generaciones y géneros. El canciller Friedrich Merz y sus socios conservadores se aferran al delicado equilibrio alcanzado con el Partido Socialdemócrata como una demostración de que la coalición es capaz de avanzar incluso en temas sensibles. Asimismo, la contestación no se hizo esperar en la calle. A la misma hora que el Parlamento debatía la votación final, miles de estudiantes se manifestaron en decenas de ciudades bajo el lema “Escolaridad sí, militarización no”. En Berlín, la marcha reunió a un millar de jóvenes a los que se sumaron concentraciones en Hamburgo, Bochum o Magdeburgo, entre otras localidades, donde los organizadores contabilizaron una asistencia de varios miles de participantes. Muchos portaban pancartas donde se podía leer “inversiones para educación y no para armas” y criticaron que su generación no haya sido escuchada para diseñar el texto. Ahora la reforma afronta el trámite final en el Bundesrat, previsto para el 19 de diciembre. Si no hay sorpresas, entrará en vigor el 1 de enero de 2026. Alemania se prepara así para una etapa inédita desde la suspensión del servicio obligatorio en 2011. El Ejecutivo insiste en que nadie será forzado a alistarse en esta primera fase pero el propio diseño legal, que contempla el recurso a la conscripción si fallan los voluntarios, deja claro que el país ha decidido mantener abierta una puerta que muchos creían definitivamente cerrada.