Elecciones en un año

Simon Harris: un primer ministro "Tik Tok" en plena transición de Irlanda

Está la pregunta de si será un líder fugaz o logrará frenar al Sinn Féin y conseguir un histórico cuarto mandato consecutivo para su partido, Fine Gael

Leader of Fine Gael and incoming Irish Taoiseach Simon Harris arrives for the plenary meeting of the North South Ministerial Council (NSMC) in Armagh, Northern Ireland, Britain, 08 April 2024. This is the first NSMC for almost three years and this will be the last major political engagement for Leo Varadkar as Taoiseach.
El líder del Fine Gael y nuevo primer ministro, Simon HarrisMARK MARLOWEFE/EPA

Simon Harris, de 37 años, hace historia al convertirse en el primer ministro más joven de Irlanda. No son pocos los desafíos a los que se enfrenta el Tigre Celta: el bipartidismo que durante el último siglo ha dominado el parlamento de Dublín ha llegado a su fin y el Sinn Féin, el que fuera brazo político del ya inactivo IRA, es el que lidera ahora las encuestas para los comicios previstos para 2025. Los nacionalistas, que tienen por objetivo la reunificación de Irlanda e irrumpieron con fuerza en las elecciones de 2020, han hecho ya historia en Belfast liderando por primera vez desde la partición de la isla hace 103 años el ejecutivo de la provincia británica de Irlanda del Norte, a la que el Brexit ha dejado con un estatus diferente al del resto del Reino Unido.

Todo avanza más rápido de lo que los analistas habían previsto. Y en un momento tan clave, se encuentra ahora el primer “TikTok Taoiseach”, un mandatario Millenial con la misión casi imposible de mantener al Fine Gael en el poder.

Cuando Leo Varadkar (que tenía 38 años cuando tomó la riendas del Gobierno) conmocionó el pasado 20 de marzo a su partido y a la nación al dimitir como primer ministro de Irlanda, el joven político fue nombrado como su sucesor como líder del Fine Gael tan sólo cuatro días después en unas primarias en las que no hubo contrincantes. Y hoy, 9 de abril, cuando el Parlamento retome su actividad tras Semana Santa, será nombrado oficialmente como nuevo Taoiseach poniendo así la guinda a una carrera meteórica.

Siendo sólo un adolescente, se sintió “completamente frustrado” por la falta de información sobre el autismo que le habían diagnosticado a su hermano pequeño. Al ver todo el “estrés y tensión” por la que estaban pasando sus padres, a los 16 años decidió convocar una reunión política en el salón de la parroquia de su ciudad natal, Greystones. Al evento acudieron alrededor de 60 personas y aquello se transformó en un Lobby y grupo de apoyo para las familias de autistas. Tan sólo fue el principio.

A los 22 años, fue elegido concejal (registrando un récord en número de votos); a los 24, entró como diputado en el Parlamento irlandés; a los 27 fue nombrado secretario de Estado; y a los 29 ya era ministro.

Al aceptar el mes pasado el liderazgo de su partido, Harris reiteró la postura proeuropea, su apoyo a Ucrania y pidió un alto el fuego inmediato en Gaza. Y aunque pidió un modelo “más planificado” y “sostenible” para la inmigración -una cuestión que ha dominado la política irlandesa tras los disturbios en Dublín el año pasado-, instó a “luchar contra el populismo y la polarización deliberada”.

Tanto analistas como los propios compañeros de filas ya habían puesto desde hace tiempo la atención en Harris por “sus grandes habilidades de oratoria, su energía positiva y ética de trabajo”. Desde el principio, él tenía claro cuál sería su destino. Siendo ya concejal, abandonó sus estudios universitarios para dedicarse enteramente a la política.

Cuando Fine Gael sufrió importantes pérdidas electorales en 2016, Harris no sólo sobrevivió en un frágil gobierno minoritario, sino que su carrera se vio impulsada al ser nombrado para el puesto más difícil del Gabinete: el de salud.

Como ministro, se convirtió en una figura destacada en el trascendental referéndum sobre el aborto de 2018, presionando con fuerza para que se votara por el sí para permitir el acceso sin restricciones al aborto a las mujeres de hasta 12 semanas de embarazo.

Con la llegada de la pandemia, la República de Irlanda tomó precauciones tempranas y cerró todas las escuelas y universidades casi quince días antes de que el Reino Unido impusiera el confinamiento. Pero seis semanas después de la emergencia nacional, Harris cometió un gran error hablando sobre la perspectiva de una futura vacuna: “Recuerden que este es el Covid-19, eso significa que ha habido otros 18 coronavirus y no creo que hayan encontrado con éxito una vacuna para ninguno”. La realidad es que la Organización Mundial de la Salud nombró a Covid-19 para reflejar el año en que se descubrió la enfermedad.

Ampliamente ridiculizado en las redes sociales por su falta de conocimiento, se disculpó por lo que describió como un “terrible abucheo”. Aunque fue precisamente su dominio de redes sociales lo que le hizo aparentemente inmune al daño político en una época posterior a la lucha contra el malestar laboral, los pasillos de los hospitales abarrotados, las listas de espera en auge, los sobrecostos y los escándalos de negligencia.

Se mueve como pez en el agua con Facebook, Instagram y particularmente TikTok, donde acumula cerca de 100.000 seguidores, más de 10 veces lo que tiene la cuenta de su partido. Es a través de estos canales donde ha ido narrando tanto su carrera política, como su vida personal con la boda con su novia de toda la vida Caoimhe Wade, enfermera en un hospital para niños de Dublín, y el nacimiento de sus dos hijos.

Cuando Leo Varadkar llegó al poder en 2017 ya veía a Harris como un importante rival. Y tardó poco más de tres meses en degradarle a un puesto de segundo nivel en el gabinete supervisando el recién creado ministerio de Educación Superior, Investigación, Innovación y Ciencia.

Pero aquello le ofreció una base ideal para viajar semanalmente de campus en campus, haciendo microblogging y tomándose `selfies´ por todo el país, construyendo una imagen como político más conectado con las preocupaciones de los adolescentes y los veinteañeros que luchan por formar su propia familia y acceder a una vivienda.

La pregunta ahora es si Harris será tan sólo un primer ministro fugaz o podrá conseguir el gran reto (que según encuestas parece ahora imposible) de que el Fine Gael obtenga un histórico cuarto mandato consecutivo.