Disturbios

Un expertos norteamericano considera que las movilizaciones universitarias están dinamizados por elementos subversivos

Subraya que las protestas son de "manual", similares a las que ya se han producido en otras ocasiones y responden a un patrón común

Personas participan en una protesta en apoyo a Palestina a las afueras de la Columbia University este miércoles, en Nueva York (EE. UU).
Personas participan en una protesta en apoyo a Palestina a las afueras de la Columbia University este miércoles, en Nueva York (EE. UU). Javier Otazu ElcanoAgencia EFE

Las protestas que se registran en estos días en universidad norteamericanas con motivo del conflicto de Gaza son de “manual”, según un artículo publicado en HSToday por Aden Magee, oficial retirado de la Inteligencia Militar del Ejército de EE. UU. “El conflicto entre Israel y Hamas está estimulando un creciente malestar en todo el país. Aunque el conflicto en Gaza es el motivo actual de las protestas, los disturbios en las principales ciudades estadounidenses son una dinámica recurrente. Y si bien las causas pueden diferir, la fórmula empleada para incitar el malestar sigue un “manual” estándar que ha demostrado su eficacia desde hace más de tres cuartos de siglo”, subraya

“Aunque anticuados, estos métodos han demostrado ser eficaces con el tiempo y han sido revalidados más recientemente por elementos como ANTIFA en la primera parte de esta década. Estos métodos están siendo empleados ahora por manifestantes propalestinos/antiisraelíes de una manera relativamente uniforme, por lo que se deben anticipar sus manifestaciones cada vez más violentas”, agrega.

Se refiere a un estudio titulado “Consideraciones de los factores humanos en la clandestinidad en las insurgencias”, que fue elaborado por el Departamento de Defensa de los EE. UU. en 1966 y que considera plenamente vigente pese al tiempo pasado. UNa versión actualizada estaba sesgada hacia las cuestiones más recientes del terrorismo global, por lo que la versión original de 1966 sigue siendo la mejor referencia para comprender las tácticas de disturbios civiles que se emplean hoy en las calles de Estados Unidos, insiste el autor.

Y cita algunas consideraciones del capítulo dedicado a la “Manipulación subversiva de multitudes”.

--El elemento indispensable en los disturbios civiles es la multitud; no una multitud cualquiera, sino una multitud formada por individuos que han sido condicionados por manipulaciones subversivas o por otros acontecimientos. La manipulación subversiva de multitudes implica técnicas que juegan con el entendimiento de que las multitudes que participan en disturbios civiles son particularmente vulnerables a la manipulación por parte de relativamente pocos agitadores clandestinos. Los individuos seleccionados reciben una formación especial en la manipulación subversiva de multitudes. Un pequeño elemento central de “agitadores” y “líderes antidisturbios” incitará el malestar.

--Históricamente se han empleado muchas técnicas para infiltrarse en protestas pacíficas, manipular multitudes e incitar a la violencia, una de las cuales es explotar un acontecimiento. Los acontecimientos dan sustancia inmediata a las creencias generalizadas. A medida que se desarrolla una controversia, frecuentemente surgen o se introducen temas nuevos y diferentes, sin relación con el original. Estos elementos añadidos pueden reflejar prejuicios profundamente arraigados o agravios individuales.

--Una forma muy eficaz de manipulación de multitudes es posible cuando el acontecimiento facilita la creación de un mártir (o muchos, como es el caso actual). Una figura unificadora de mártir puede tener un efecto sustentador sobre la actividad destructiva de la multitud. Un mártir convierte un agravio común y corriente en una cruzada emocional. Las personas que no pueden identificarse fácilmente con cuestiones abstractas fácilmente empatizan con las demandas emocionales provocadas por una aparente injusticia o ataques “brutales” contra personas inocentes.

--El acontecimiento que da lugar a la formación de una multitud depende en gran medida de su eficacia de la comunicación. El cambio deseado de actitud de los miembros del grupo objetivo generalmente se logra mediante la distribución de comunicaciones seleccionadas, cuyo contenido está diseñado para aumentar la ansiedad y el estrés emocional. Los temas elegidos se repiten constantemente. Al concentrarse en agravios específicos, un grupo queda condicionado a frases y lemas a los que sus miembros pueden reaccionar más tarde en condiciones de estrés emocional. Para demostrar la posición intransigente del gobierno, las demandas en su contra suelen ser vagas e imposibles de cumplir. Formada la multitud, los “agitadores” asumen el papel decisivo. Esta función se describe como la de avivar el resentimiento latente de la multitud a través de llamamientos emocionales y luego dar sanción social a sus acciones.

--Una vez que la multitud se ha excitado emocionalmente, algún acontecimiento debe ponerla en movimiento. Normalmente, agitadores bien preparados inician actividades que obligan a la policía y otras fuerzas de seguridad a reaccionar (idealmente sobrereaccionar) de una manera que daña a una porción de la multitud que es mucho mayor que los agitadores, y muchos de los cuales probablemente hayan sido manifestantes pacíficos o transeúntes inocentes.

--Las fuerzas de seguridad, que soportan una parte importante de la carga de mantener el orden, deben comprender que el control de multitudes manipuladas subversivamente requiere consideraciones especiales. Las prioridades estándar de la fuerza pueden ser adecuadas para dispersar disturbios civiles ordinarios, pero al hacer frente a un motín controlado subversivamente, las fuerzas de seguridad internas deben estar alerta a situaciones o actos que las obliguen a responder de maneras que los subversivos puedan explotar políticamente.

-- Los disturbios actuales se desarrollan según los componentes de los libros de texto de explotación radical. Desde el acontecimiento que fue aprovechado para enfurecer a las masas al proporcionar un mártir inocente como símbolo de la injusticia (el pueblo palestino), hasta los manifestantes, en su mayoría pacíficos, que constituirán cada vez más multitudes vulnerables a la manipulación subversiva, las piezas seguirán cayendo perfectamente en su lugar. Los “temas”, “frases” y “eslóganes” están adquiriendo un amplio reconocimiento.

-- Los actuales episodios de disturbios no son los primeros que se observan y ciertamente no serán los últimos. Los profesionales de la seguridad responsables de contrarrestar la costosa y desestabilizadora manipulación subversiva de las multitudes no deben suponer falsamente que se enfrentan a una amenaza ad hoc y caótica.