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Argentina

Los familiares de los pacientes que murieron en Argentina por un fármaco contaminado exigen justicia: se estiman 96 muertos

La cifra podría aumentar con el paso de los días debido a que el fentanilo contaminado ha estado circulando por varias provincias

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Desde el pasado jueves, 14 de agosto, Argentina enfrenta una profunda crisis de salud pública tras el descubrimiento de fentanilo médico contaminado, vinculado a cerca de 96 muertes de pacientes hospitalizados. El balance oficial reporta 87 fallecimientos, con nueve muertes adicionales bajo investigación judicial. El origen del problema se remonta a mayo, cuando se detectaron infecciones bacterianas en diversos hospitales, causadas por cepas de Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii resistentes a múltiples antibióticos.

Las investigaciones de Anmat (Adeministración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) habrían confirmado la presencia de bacterias tanto en pacientes fallecidos como en ampollas de dos lotes de fentanilo, distribuidos ampliamente por el país. El fentanilo, un opioide sintético 50-100 veces más potente que la morfina, hace que la contaminación sea aún más peligrosa.

El juez federal Ernesto Kreplak dirige personalmente la investigación de este caso sin precedentes cuyo datos preliminares revelan una escalofriante dimensión: aproximadamente 300.000 ampollas contaminadas habrían circulado en provincias como Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, de las cuales cerca de 45.000 ya habían sido administradas antes de su retiro.

El proceso judicial ha sido iniciado por las familias

La abogada Adriana Francese, representando a cuatro familias afectadas, enfatizó que este incidente es sin precedentes en Argentina, exponiendo las graves vulnerabilidades del sistema farmacéutico. El tribunal ha identificado 24 sospechosos relacionados con la fabricación y comercialización del fentanilo. A estos individuos se les ha prohibido abandonar el país y se les han congelado sus activos mientras se esclarece la responsabilidad.

Las familias de las víctimas han compartido historias desgarradoras. Alejandro Ayala, cuyo hermano falleció a los 32 años, y la madre de un joven de 18 años que ha muerto por complicaciones respiratorias, demandan justicia ante esta tragedia médica. Además, han resaltado la necesidad urgente de mejorar los controles de calidad en la industria farmacéutica.