Elecciones en Italia

Italia estrena su Gobierno más euroescéptico

El nuevo Ejecutivo de la tercera economía de la zona euro promete renegociar su relación con Bruselas, pero «grillinos» y Liga renuncian ya a la quita de deuda y a volver a la lira

Conte recibe del anterior primer ministro, Gentolini (izq.) una campanilla de plata para abrir el primer consejo de ministros en el romano Palacio de Chigi / Reuters
Conte recibe del anterior primer ministro, Gentolini (izq.) una campanilla de plata para abrir el primer consejo de ministros en el romano Palacio de Chigi / Reuterslarazon

El nuevo Ejecutivo de la tercera economía de la zona euro promete renegociar su relación con Bruselas, pero «grillinos» y Liga renuncian ya a la quita de deuda y a volver a la lira.

Después de casi tres meses de angustia, llegaba el día de las celebraciones. En Italia las tomas de posesión son esas ceremonias que permiten exaltar tanto la elegancia, que el país las suele repetir muchas más veces de las que exige el guión. Con ésta ya van 65 desde la Segunda Guerra Mundial. Nunca había llevado tantos días prepararla –89 desde las elecciones– y pocas han despertado tantos dolores de cabeza como la actual. Así que tocaba poner bonito el palacio del Quirinal y vestirse para la ocasión.

Como el Movimiento 5 Estrellas es un partido joven, no les faltó el «selfie» de grupo. Tampoco desentonó en cuanto a nuevas tendencias el líder de la Liga, Matteo Salvini, quien juró su cargo dejando ver una pulsera del Milan. Él y su homólogo del M5E, Luigi Di Maio, se sentaron juntos para ver a sus hombres
–sólo cinco mujeres por 13 varones– jurar el cargo como ministros. Los líderes de ambos partidos ejercerán en el Ejecutivo como vicepresidentes, tutelando al «premier», Giuseppe Conte; y ayer lo hicieron como padrinos de boda, cuchicheando entre ambos y siempre sonrientes.

«Juro ser fiel a la República, respetar la Constitución y las leyes y ejercitar mis funciones a favor del interés exclusivo de la nación», fueron diciendo uno a uno ante el presidente, Sergio Mattarella. Y precisamente él mismo se encargará de que así sea. En un último giro de las negociaciones, se cuidó de reservarle el cargo como ministro de Exteriores a Enzo Moavero Milanesi, un alto funcionario que ya ha ocupado cargos de gobierno y que conoce a la perfección los pasillos de Bruselas tras un pasado como juez de la Corte de Justicia comunitaria.

La elección de Milanesi junto a la degradación del euroescéptico Paolo Savona, enviado al Ministerio de Asuntos Europeos, una cartera que a pesar del nombre está supeditada a Exteriores, fueron los mensajes que el jefe del Estado quiso transmitir a la UE, donde hay bastantes nervios. Antes de jurar su cargo, el primer ministro, Giuseppe Conte, había prometido plena lealtad a Europa y a la moneda única.

No hay forma más explícita de cancelar sus palabras que la operación limpieza que puso en práctica la Liga. Hasta ayer, en la periferia de Milán, donde tienen su sede, había una gran pintada en la que se leía: «Liga Norte, basta euro». Hoy, ese muro luce una mano de pintura blanca impecable. Salvini ha reiterado en estos años que el día que llegara al Gobierno haría salir a su país de la moneda única, aunque en las últimas horas ha reiterado que nunca se ha hablado de eso en el pacto con el M5E.

Es el mismo mensaje que repite Di Maio. Incluso el economista Savona afirma que no es su opinión, que no tendría sentido en este momento. Sin embargo, la prensa italiana ha desvelado que hace años firmó un documento con un grupo de colegas para activar un mecanismo que posibilitara una quita de la deuda y la vuelta del país a la lira. También un primer borrador entre Liga y M5E citaba ambas posibilidades y la vuelta a la situación anterior al Tratado de Maastricht. Puede que ni una cosa ni otra estén ya sobre el papel, pero no está nada claro cómo reaccionarían los inversores ante la llegada de estos señores a Bruselas, ni cómo actuarían ellos allí.

De momento Salvini ya anunció el pasado jueves por la noche, apenas sellado el pacto de Gobierno, que los «5.000 millones» que gasta su país en acoger inmigrantes «son demasiados» y que empezará por «devolver a los clandestinos a su casa». Ésa será su carta de presentación en materia migratoria como ministro del Interior. También el nuevo titular de Economía, Giovanni Tria, ha contribuido a los recelos de Bruselas cuando se supo que ha escrito en artículos en prensa opiniones como que «no tiene razón quien invoca la salida del euro, pero tampoco los que argumentan que la moneda única es irreversible».

Se trata de posiciones que no llevan directamente a la ruptura, pero sí a la revisión de estos aspectos en la UE. Una postura que no dista tanto de la que mantuvo durante su mandato Matteo Renzi, quien peleó por mayor flexibilidad económica y propuso en balde cambiar la actual reglamentación en materia migratoria que perjudica a Italia como país receptor. «Parece que el debate se centra más en la dialéctica que en los hechos. Habrá que comprobar después si prevalece la racionalidad en el M5E y la Liga o quieren escenificar un puñetazo en la mesa europea para satisfacer a sus votantes», señala Massimiliano Panarari, estudioso del 5 Estrellas de la Universidad Luiss.

Una opinión compartida por otros expertos como Franco Bruni, vicedirector del Instituto de Estudios de Política Internacional y del Observatorio Europa, que mantiene que «no podrán cambiar nada en la regulación actual, sólo levantar la voz en Europa con fines electorales». Según el último Eurobarómetro casi la mitad de los italianos piensan que a su país les iría mejor fuera del euro y de la UE, por lo que los partidos antisistema explotan ese descontento. Salvini y Di Maio ya dejaron claro que traen un nuevo traje a las bodas, por lo que desde la UE y las cancillerías comunitarias este viernes todo fueron buenas palabras para los nuevos invitados.