Holocausto

Justicia histórica

La Razón
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Durante la Segunda Guerra Mundial, después del ataque del Tercer Reich, Polonia fue ocupada, pero nunca nadie en el nombre del Estado o la nación polaca colaboró con los agresores. Aunque hay que estigmatizar los casos de aquellos polacos que colaboraron en el Holocausto, es inaceptable atribuir a Polonia la responsabilidad compartida de las atrocidades cometidas por Alemania. Eso tergiversa la historia y es una ofensa a la memoria de las víctimas. La modificación de la ley contempla situaciones definidas como el empleo de la calumnia históricamente indemostrable de la expresión «campos de exterminio polacos» para referirse a los construidos por la Alemania nazi durante la guerra en la Polonia ocupada, como Auschwitz, Majdanek o Treblinka.

Ya en 2007 la UNESCO cambió el nombre del ex-campo de Auschwitz en su lista de Patrimonio Mundial. Desde entonces se llama oficialmente «campo de concentración y exterminio alemán nazi». La propuesta fue presentada conjuntamente por Polonia e Israel y aprobada por más de 150 países. Además, la enmienda está en línea con un documento que consensuaron los dos gobiernos en 2016, cuando Varsovia empezó a estudiar la reforma de la Ley sobre el Instituto Nacional de la Memoria. Y el 22 de noviembre de 2016 publicaron una declaración condenando la expresión «campo de concentración polaco». Hay que subrayar que la ley en ningún caso limitará la libertad de investigación, el debate o la actividad artística, lo que queda claramente expresado en el Artículo 55 a, párrafo 3. Puedo asegurar que Polonia no escatimará esfuerzos en mantener y mejorar el diálogo con Israel. Al mismo tiempo continuará luchando por la verdad histórica y el buen nombre del país en el exterior.

Marzenna ADAMCZYK/ *Embajadora de Polonia en Madrid