América Latina
La presencia de Maduro divide la cumbre apadrinada por Lula que busca relanzar la integración regional
Uruguay y Chile critican que el mandatario brasileño dijese que el autoritarismo en Venezuela es una "narrativa"
A puerta cerrada y junto a once presidentes sudamericanos, además del primer ministro de Perú Alberto Otárola, comenzó la "encerrona" de Luis Inazio Lula da Silva que busca definir el rumbo de "integración" del subcontinente. El mandatario brasileño recibió en la capital de su país a los jefes de Estado de las demás naciones para las dos reuniones en la sede de la Cancillería carioca y el almuerzo que sostuvieron en la noche.
En el encuentro participaron Alberto Fernández (Argentina), Luís Arce (Bolivia), Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia), Guillermo Lasso (Ecuador), Irfaan Ali (Guyana), Mário Abdo Benítez (Paraguay), Chan Santokhi (Surinam), Luís Lacalle Pou (Uruguay) y Nicolás Maduro (Venezuela).
Lula defendió este martes la integración de la región y el legado de la Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas), ahora reducida a un grupo de países con gobiernos de izquierdas después de irse minimizando durante una década. El brasileño también dijo que los intereses que unen a los países "están por encima de las diferencias ideológicas".
"Permitir que se impongan las divergencias tendría un alto costo, además de desperdiciar mucho de lo que ya hemos construido juntos", aseguró el mandatario. Lula defendió la debilitada Unasurcomo un "patrimonio colectivo". "Siete países aún son miembros plenos. Es importante retomar su proceso de construcción". También afirmó como necesario "evaluar críticamente lo que no funcionó y tomar en cuenta estas lecciones".
El presidente brasileño agregó que no pretende decir a los países cuál será el formato de la integración, pero defendió "mecanismos de coordinación flexibles, que brinden agilidad y eficiencia en la ejecución de las iniciativas". En ese sentido, sugirió que la regla del consenso solo debe aplicarse a "temas de fondo". Para Lula, esto es importante para evitar que "los impasses en las esferas administrativas paralicen nuestras actividades".
Por su parte, los presidentes de Uruguay y Chile criticaron el discurso del líder brasileño pronunciado la víspera, afirmando que el autoritarismo en Venezuela es una "narrativa construida".
Durante la reunión Luis Lacalle Pou, de Uruguay, dijo estar sorprendido por la declaración del mandatario brasileño tras su primera reunión con Nicolás Maduro. En su intervención, que divulgó en directo por sus redes sociales, dijo haberse sorprendido sorprendido "cuando se dijo que lo que pasa en Venezuela es una narrativa. Ya saben lo que pensamos de Venezuela y del gobierno de Venezuela".
Agregó que "si hay tantos grupos en el mundo tratando de negociar para que la democracia sea plena en Venezuela" y "que se respeten los derechos humanos, para que no haya presos políticos, lo peor que podemos hacer es tapar el sol con un dedo. Pongámosle el nombre que tiene y ayudemos".
De cara a una declaración conjunta, reveló que el punto dos del documento bajo negociación "habla de democracia, habla de derechos humanos y habla de festejar las instituciones", y tuvo que intervenir porque "obviamente, cuando pongamos la firma, no tenemos la misma definición, que creo que es una en la Real Academia Española, de lo que son el respeto a las instituciones, a los derechos humanos y a la democracia".
Por su parte, el chileno Gabriel Boric, también crítico del régimen chavista, aseguró ante la prensa haber manifestado una discrepancia en relación a la declaración de Lula. "No es una construcción narrativa, es una realidad", dijo Boric a los periodistas tras la primera etapa del encuentro. "Es [una realidad] grave, y tuve la oportunidad de verlo en los ojos y en el dolor de cientos de miles de venezolanos que vienen a nuestra patria y que también exigen una posición firme y clara para que se respeten los derechos humanos, siempre y en todas partes, independientemente del color político del gobernante".
Las discrepancias entre los líderes sudamericanos no impidió que hubiese al final una "foto de familia", en la cual Maduro quedó en un extremo del encuadre. Aun así, queda como testimonio de su reinserción en el tablero internacional.
De hecho, sostuvo un encuentro bilateral posterior con el argentino Alberto Fernández para "normalizar" el vínculo bilateral. La Casa Rosada informó que Fernández instó a Maduro a retornar al país a foros y mecanismos internacionales, especialmente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y planteó que hace falta una hoja de ruta entre el oficialismo y la oposición venezolana donde se trabaje en las garantías para las presidenciales de 2024.
Antes, el presidente de Argentina criticó el proceso de "desarticulación" en América Latina, argumentando que sigue una lógica impuesta por Washington, y afirmó que el ya desaparecido Grupo de Lima tenía como único objetivo realizar una "intervención militar en un país sudamericano", una referencia a Venezuela.
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