
Diplomacia
Macron habla con Rubio y Witkoff en una larga jornada de negociaciones sobre Ucrania
El presidente francés intenta que EE UU presione a Putin para poner fin a la guerra

Europa y EE UU intentan acercar posturas respecto al futuro de Ucrania. En una visita relámpago organizada casi por sorpresa, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, se ha entrevistado este jueves con el presidente francés, Emmanuel Macron, en el Elíseo para discutir de los esfuerzos de una y otra parte para poner fin a la guerra. Rubio ha acudido a París junto al enviado especial de Donald Trump, Steve Witkoff, y ambos prolongarán su estancia en Europa este viernes con el objetivo de verse con otros líderes europeos.
Macron ha informado a Rubio sobre el avance en la puesta a punto de la “coalición de voluntarios”, iniciativa de París y Londres para el envío de un contingente de paz en el que también participarán otros socios europeos y de la OTAN como Canadá para ofrecer garantías de seguridad a Ucrania en caso de que se produzca un acuerdo de alto el fuego. El gabinete de Rubio hizo saber al anunciar su desplazamiento a la capital francesa que el motivo del viaje es “conversar con sus homólogos europeos para impulsar el objetivo” de Trump de “poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania y detener el derramamiento de sangre”.
Al cierre de esta edición, aún seguía en marcha un segundo encuentro también en el Elíseo al que se han incorporado además los consejeros nacionales de Seguridad de Alemania y Reino Unido y el jefe de gabinete del presidente ucraniano, Andriy Yermak. La presencia de representación ucraniana no había sido comunicada con anterioridad hasta minutos antes de arrancar. “Estamos trabajando en temas que son importantes para la seguridad de Ucrania y de toda Europa”, ha dicho Yermak en la red X. “Hemos intercambiado visiones sobre los nuevos pasos hacia la consecución de una paz justa y duradera, incluyendo la implementación de un alto el fuego completo, la implicación de un contingente militar multinacional y el desarrollo de una arquitectura de seguridad efectiva para Ucrania”, agregó en sus redes sociales. La intención de los diplomáticos europeos y representación ucraniana ha sido, ante todo, recalcar a EE.UU. la responsabilidad de Rusia por no aceptar la propuesta de alto el fuego de Washington e intentar que se adopte una retórica más dura contra el Kremlin.
La entrevista de Macron con los dos responsables estadounidenses también ha sido la ocasión, según avanzó el Elíseo, para hablar de aranceles y de la situación en Oriente Medio, en una “lógica de desescalada en la región”. Tras el encuentro no se ha ofrecido conferencia de prensa ni declaración conjunta lo que deja entrever que las dos partes han preferido controlar cada uno por su lado el relato de lo que filtren de esas conversaciones y no confrontar sus diferencias a las preguntas de los periodistas.
Los planes de Francia y el Reino Unido no prevén enviar soldados europeos cerca de la línea del frente, y mucho menos entrar en combate. Los refuerzos estarían en la retaguardia, pero deberían ser lo suficientemente significativos para disuadir a Rusia de “ponerlos a prueba”. Macron y Starmer han constatado en las tres cumbres previas celebradas en París y Londres la parálisis en varios socios europeos que temen enfrentar a sus opiniones públicas con una escalada incontrolable, mientras que otros creen que es un riesgo que deben asumir y prepararse para gestionar.
Sobre los aranceles anunciados por Trump, la posición francesa -y del bloque comunitario- es que hay que intentar negociar con Estados Unidos un compromiso no sólo para evitar una escalada dentro de tres meses, sino para que Washington dé marcha atrás a los que ha empezado a aplicar a la Unión Europea, del 10 % a todas las mercancías, y del 25 % al acero y al aluminio.
Respecto al conflicto en Próximo Oriente, el presidente Macron ha señalado de forma repetida que prepara un reconocimiento por parte de Francia de un Estado palestino, pero quiere que eso se haga dentro de un proceso amplio, durante una conferencia de la ONU en Nueva York en junio, que implique un reconocimiento de Israel por parte de países de la región que todavía no lo han hecho.
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