Manuscrito

El manuscrito perdido del Mont-Saint-Michel regresa a casa tras más de dos siglos de exilio revolucionario

Redescubierto en una subasta y restaurado con esmero, el texto medieval vuelve al Scriptorial de Avranches como símbolo de patrimonio cultural

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Redescubierto en una subasta y restaurado con esmero, el texto medieval vuelve al Scriptorial de Avranches como símbolo de patrimonio culturalAgencia EFE

Un acontecimiento histórico ha tenido lugar en Avranches, la encantadora ciudad normanda que custodia la memoria del Mont-Saint-Michel. Tras más de dos siglos de ausencia, un manuscrito medieval de incalculable valor ha regresado al lugar donde fue concebido. Este documento, extraviado durante la Revolución Francesa, representa no solo un tesoro bibliográfico, sino también un símbolo de resistencia cultural y memoria recuperada.

Durante la Revolución Francesa, el monasterio del Mont-Saint-Michel fue expropiado y su biblioteca desmantelada, provocando la dispersión de numerosos textos que habían sobrevivido siglos de historia. Entre ellos, este manuscrito desapareció sin dejar rastro, y durante generaciones se creyó perdido para siempre. Su inesperado redescubrimiento en una subasta privada reavivó el interés por una pieza que parecía condenada al olvido.

Tras años de investigación, restauración y digitalización, el manuscrito fue finalmente restituido a Avranches en 2025, en una ceremonia cargada de emoción y significado.

El contenido del manuscrito es tan diverso como fascinante: cuatro obras que abarcan música, filosofía, liturgia y crítica moral. La primera sección incluye tratados musicales utilizados como material pedagógico en el monasterio, con reflexiones sobre la armonía como expresión espiritual. Otro texto litúrgico está dedicado a san Auberto, figura clave en la historia religiosa de Avranches, y se considera uno de los documentos más antiguos que vinculan música y liturgia en el contexto monástico.

Entre los detalles más entrañables se encuentra un dibujo en las páginas finales que retrata a un monje con gesto desenfadado, que declara su amor por el vino y su frustración con la gramática.

El Scriptorial de Avranches, museo dedicado a preservar el legado del Mont-Saint-Michel, ha incorporado este manuscrito como pieza central de su colección.