Funeral
Miles de personas se dan cita en Arizona para despedir a Charlie Kirk junto a Trump
El último adiós al influencer conservador asesinado ha tenido lugar en Arizona y bajo fuertes medidas de seguridad
El Estadio State Farm, en Glendale, Arizona, tiene cabida para 63.400 personas y según su página web puede ampliarse hasta los 73.000 para «megaeventos» como el de este domingo, en el que claramente no había ni un espacio libre.
A primera hora de la mañana, varias horas antes de que comenzara el acto de despedida a Charlie Kirk, ya empezaban a llegar cientos de personas dispuestas a asegurarse un buen sitio para darle el último adiós al activista conservador de 31 años asesinado el pasado día 10 de setiembre durante una intervención universitaria. Antes de que se abrieran las puertas a las 8:00 de la mañana, hora local (las 17:00 horas en España), las alarmas saltaban porque uno de los asistentes, Joshua Runkles, de 42 años, intentaba acceder al recinto haciéndose pasar por agente de policía y armado con un arma de fuego. Enseguida fue detenido por los servicios secretos. Mal momento para tratar de engañar a las fuerzas de seguridad, tras el asesinato de Kirk en un campus universitario de Utah, el cuerpo de inteligencia ha estado en el punto de mira y esta celebración para honrar la memoria de Charlie Kirk era toda una prueba de fuego para las fuerzas del orden. «No se permitirá la entrada a los invitados que lleguen con bolsos, ni siquiera si son bolsas transparentes», publicaba TPUSA en su portal de internet.
Según las estimaciones de los organizadores, estaba previsto que asistieran alrededor de 100.000 personas, a pesar de las altas temperaturas (38°C). Entre el público se mezclaban todo tipo de perfiles del lado conservador del país, pero sobre todo jóvenes locales y llegados de otros estados que inundaban la esplanada de entrada al estadio con los colores rojo y blanco destacando sobre todos los demás.
«Trump tenía razón en todo», se leía en la gorra de una joven. Otra dijo a un medio de comunicación nacional que «apreciaba la disposición de Kirk a debatir cualquier cosa, no edulcoraba nada», aseguraba refiriéndose a su capacidad de diálogo.
«Lo que ven aquí no es solo un homenaje a su movimiento, sino un resurgimiento de su mensaje: fe, familia, libertad», dijo un médico a un periodista de The Guardian. El gobernador del estado de Utah, donde ocurrieron los hechos, Spencer Cox, llamó a las masas a no centrarse en la retórica política y actuar con iniciativa propia porque «ningún presidente nos va a sacar de esto. Seremos todos y cada uno de nosotros quienes lo hagamos». Cox siempre ha defendido un mensaje unificador desde que Charlie fue asesinado.
Muchos de los asistentes se mostraban visiblemente afectados y algunos incluso lloraron cuando se escuchó la música de un grupo de rock famoso actuando en el espectacular escenario que se había preparado para el evento con la imagen de Charlie, su nombre en unas grandes letras y dos gigantes banderas de EE UU a los lados. Todo en medio de fuertes medidas de seguridad por tierra (barreras antivehículos, agentes, detectores de metales y todo tipo de controles) y desde las alturas (con francotiradores que cubrían todo el recinto y drones sobrevolando la zona).
Al evento estaba previsto que asistiera el presidente Donald Trump, que se ha mostrado muy afectado por esta violenta muerte de uno de sus amigos y compatriotas, y el vicepresidente JD Vance. Al cierre de esta edición ambos habían llegado al estadio, pero todavía no se habían dirigido al público.
El domingo por la mañana, antes de poner rumbo a Arizona desde Washington, Donald Trump se dirigió a los medios y habló sobre la incursión rusa en el espacio aéreo de Polonia y Estonia. Dijo que esperaba ansioso «celebrar la vida de un gran hombre», en un día que calificó como «muy difícil». Aseguró que en su discurso hablaría sobre el legado que dejaba Charlie y su influencia en las nuevas generaciones, además de brindarle todo el cariño posible a la viuda del influencer conservador, Erika Kirk, a la que ha llamado al menos en dos ocasiones desde el asesinato. «Solo dinos cómo podemos ayudarte», contó el mandatario estadounidense que le había dicho a la viuda. Ella asegura que le comunicó a Trump que «a mi esposo le encantaba conversar contigo y utilizarte como una caja de resonancia para todo. ¿Podemos seguir así? Y él dijo que por supuesto».
Los asistentes también esperaban escuchar unas palabras de Erika después de que la esposa del fallecido se acabe de convertir en la nueva directora ejecutiva de Turning Point USA (TPUSA), el movimiento para las nuevas generaciones MAGA que su marido lanzó en el año 2012.
El vicepresidente JD Vance recordó en su cuenta de la red social X cómo «la semana pasada trajimos a casa a mi querido amigo Charlie Kirk por última vez», haciendo referencia al traslado del cadáver del joven al estado donde residía. «Hoy regresamos a Arizona para recordar a Charlie y honrar su sacrificio. Que descanse en paz eternamente y que Dios cuide de Erika y sus hermosos hijos», añadió el político.
De manera paralela, mientras se celebraba el homenaje y en las horas previas al evento, en las redes sociales llegaban también las muestras de respeto dirigidas a Charlie Kirk.
La representante de Georgia, Marjorie Taylor Greene, aseguraba en su cuenta de X que «hoy cientos de miles de personas se reúnen en el Estadio State Farm de Arizona para recordar y honrar la vida de Charlie Kirk. Al mismo tiempo, lo que realmente está sucediendo es un resurgimiento. A través de Charlie la gente está conociendo a Jesús, ¡Bienvenidos a la iglesia!».