
Diplomacia
El mundo escenifica 120 minutos de paz global en torno a Francisco
Las exequias del Papa logran sentar al presidente ucraniano a pocos metros de la ministra enviada por Putin, y a Trump con su ex rival político Biden

Una vez más, el Vaticano, el corazón de la cristiandad, latió este sábado con fuerza en la plaza de San Pedro, donde miles de fieles y decenas de líderes mundiales se dieron cita para rendir el último homenaje al Papa Francisco. Fue una ceremonia cargada de emoción, pero también de una fuerte dosis de simbolismo: en un solo espacio coincidieron representantes de ideologías, gobiernos y países que, fuera de este recinto, apenas cruzan palabras.
La presencia de la ministra de Cultura de Rusia, Olga Liubimova, acaparó buena parte de las miradas. Por primera vez desde el inicio de la guerra de Ucrania en 2022, una alta funcionaria rusa participaba en un acto internacional junto a líderes occidentales. Liubimova, vestida de riguroso negro y con semblante serio, se sentó a escasa distancia de personalidades como el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, el presidente de Estados Unidos Donald Trump, el presidente francés Emmanuel Macron y la primera ministra italiana Giorgia Meloni.
El gesto le hubiera gustado al Pontífice, que tanto trabajó por la reconciliación y el entendimiento entre los pueblos. San Pedro se convirtió en terreno neutral, donde ni siquiera el sangriento conflicto ucraniano fue obstáculo para reunir por una vez a las partes en disputa. Especialmente llamativo fue el momento en que Zelenski subió las escaleras de la basílica para ser recibido por un atronador aplauso espontáneo de los fieles. El líder ucraniano fue el único que interrumpió el estricto protocolo del funeral, al que asistió por primera vez sin su habitual atuendo de guerra. En esta ocasión, Zelenski quiso mostrar sus respetos con un traje oscuro, de luto, pero más significativo fue que el mandatario se sentó inesperadamente en primera fila, rompiendo el protocolo establecido.
Antes de las exequias, el Vaticano explicó que sentaría a los líderes en orden alfabético según el nombre de su país en francés, el idioma tradicional de la diplomacia cuando se redactaron los protocolos. Eso debería haber situado al representante de Ucrania junto a Ursula von der Leyen, presidenta de la Unión Europea , en la parte trasera y lejos del presidente de Estados Unidos. Entre Zelenski y Trump estaban, entre otros, los presidentes de India, Hungría, Gabón, Macron y su esposa, Brigitte, y Alexander Stubb, presidente de Finlandia. El Vaticano no negó que se hubieran violado las normas protocolarias. «Creo que llenaron una vacante», declaró Matteo Bruni, portavoz del Vaticano, a The Telegraph.
Antes del servicio religioso, Donald Trump saludó a Ursula von der Leyen, a quien, según algunas informaciones le ha negado el acceso a la Casa Blanca. También se reunió en la basílica con el primer ministro británico Keir Starmer y Zelenski, junto con el presidente francés Macron. Visiblemente ausente de este grupo estuvo Giorgia Meloni, la primera ministra italiana, quien posteriormente mantuvo un almuerzo con el presidente Javier Milei. El líder argentino, que llegó a Roma acompañado por su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia, había dicho horas antes en una entrevista que el Papa Francisco le había perdonado tras haberle calificado "como el representante del maligno en la Tierra".
En los márgenes del acto, la figura de Julian Assange, el activista de Wikileaks recientemente liberado, también llamó la atención. Junto a su esposa Stella y sus hijos, participó discretamente en la ceremonia. Durante su encarcelamiento, Assange recibió apoyo personal del papa Francisco.
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