
Rearme europeo
Los países de la OTAN que no pueden aumentar más su gasto militar
Actualmente, 24 de los 32 países miembros de la Alianza han alcanzado la meta del 2%, pero la mayoría no puede aumentar su presupuesto pese a la presión de EE UU

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump ha vuelto a sacudir los cimientos de la OTAN desde su regreso a la Casa Blanca, con una exigencia que ha dejado a sus aliados en una encrucijada: aumentar el gasto militar al 5% del PIB. Esta propuesta, que supera con creces el objetivo del 2% establecido anteriormente, ha generado un intenso debate entre los aliados.
Actualmente, 24 de los 32 países miembros de la OTAN han alcanzado la meta del 2%, pero la mayoría de los aliados europeos y Canadá no pueden incrementar sus presupuestos de defensa de manera drástica a corto plazo, pese a las presiones de Trump. Karen Pierce, embajadora saliente del Reino Unido en EE UU, ha declarado que «no creo que muchas naciones se comprometan de inmediato al 5% porque el ritmo al que pueden hacerlo depende en gran medida de cómo evolucione su economía».
El argumento de fondo es que las reducciones presupuestarias tras la Guerra Fría han dejado a muchos países europeos luchando por reforzar sus capacidades militares, justo cuando Moscú adopta una postura más agresiva con Ucrania como telón de fondo. En este contexto, el secretario de Defensa de EE UU, Pete Hegseth, ha advertido a Bruselas que «las realidades estratégicas impiden que EE UU siga priorizando la seguridad de Europa», instando a los europeos a asumir un papel más proactivo en su defensa convencional.
La demanda de Trump ha dividido a los aliados en tres grupos. El primero, integrado por países como Polonia y las naciones bálticas, ya está gastando cerca del 5% del PIB en defensa y está dispuesto a hacer más esfuerzos para mantener la alianza con EE.UU. Según Giedrimas Jeglinskas, exsecretario general adjunto de la OTAN, «en la frontera oriental de la alianza, ese nivel de gasto tiene sentido».
El segundo grupo, que incluye a los países nórdicos y el Reino Unido, ha elevado sus presupuestos militares por encima del 2%. Recientemente durante su visita a la Casa Blanca, el premier británico Keir Starmer dijo que estaba dispuesto a aumentarlo más. Y finalmente, la mayoría de los países europeos se resisten a un aumento significativo del gasto debido a limitaciones presupuestarias o porque no perciben una amenaza inminente.
El incremento del gasto militar no solo enfrenta obstáculos políticos, sino también desafíos logísticos. Los fabricantes de armamento en Europa no tienen la capacidad de producción suficiente para absorber un aumento tan drástico en la demanda. El ministro de Defensa de Italia, Guido Crosetto, advirtió que «si gastáramos el 5% en defensa hoy, la industria europea no podría absorber ese dinero».
Incluso EE UU, que actualmente gasta alrededor del 3.4% de su PIB en defensa (unos 850.000 millones de dólares), enfrentaría problemas similares, algo que el presidente Trump se ha negado a reconocer. Pero para alcanzar el 5%, necesitaría un presupuesto anual de 1,5 billones de dólares, según el Center for Strategic and Budgetary Assessments.
Los límites fiscales de muchos países europeos hacen que incluso un aumento al 3% del PIB sea complicado. Estonia y Lituania han señalado que no pueden alcanzar el 5% sin fondos de la UE, mientras que Italia y Polonia buscan modificar las reglas del bloque para que el gasto en defensa no infrinja los límites de deuda y déficit.
En Francia, por ejemplo, un aumento del 1% en el gasto de defensa equivaldría a 30.000 millones de euros adicionales al año, una cifra insostenible para un país que ya enfrenta un déficit de hasta el 6.6% del PIB en 2025.
Algunos líderes europeos, como el primer ministro neerlandés, sugieren reducir el gasto en bienestar social para financiar la defensa. Sin embargo, esta propuesta ha sido rechazada por la mayoría de los países. «Estoy a favor del 2%, pero no me obliguen a recortar la sanidad», afirmó el ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Antonio Tajani.
Incluso en los países más cercanos a Rusia, hay resistencia a recortar programas sociales para financiar el gasto militar. La ministra de Defensa de Lituania,Dovile Šakaliene, aseguró que «reducir la educación, la sanidad y los asuntos sociales para financiar la defensa no es una solución sostenible». Con el objetivo del 5% fuera del alcance de la mayoría de los aliados, las fuerzas militares europeas han comenzado a enfocarse en un crecimiento progresivo del gasto en defensa, sin comprometerse con el umbral exigido por Trump. «Ya sea 2, 2.5, 3 o 3.5%, en realidad no es lo importante», comentó un funcionario militar europeo. «Lo que importa es que la dirección es la correcta y nadie la está cambiando».
Mientras tanto, Trump ha intensificado su retórica contra Ucrania y su presidente Volodímir Zelenski, con quien acaba de caer en un enfrentamiento en plena Oficina Oval en presencia de periodistas de todo el mundo, terminando, al menos por ahora, con la posibilidad de un acuerdo. Todo en el contexto de un giro controversial que muchos califican más como un acercamiento a Putin que a sus aliados tradicionales.
El futuro de la OTAN y la relación de EE UU con Europa dependerán en gran medida de la evolución de la postura de Trump y de la capacidad de los aliados para encontrar un equilibrio entre la seguridad y la sostenibilidad fiscal. Por ahora, la exigencia del 5% sigue siendo una meta difícil de alcanzar para la mayoría, dejando en el aire la posibilidad de un nuevo reajuste en la estrategia de la alianza.Una presión que todavía es mayor después de la reunión del pasado viernes entre Trump y Zelenski donde el divorcio entre EE UU y la Unión Europea es más evidente que nunca. Unapostura que rompe una relación de decena de años.
✕
Accede a tu cuenta para comentar