Política

Represión en Venezuela

Paso atrás de los líderes de la oposición en Venezuela

El fallido levantamiento contra Maduro obliga a la cautela ante el riesgo de arrestos. Guaidó y diputados como Edgar Zambrano no han vuelto a aparecer en público, aunque preparan los nuevos pasos a dar.

Una mujer sostiene una bandera en la vigilia celebrada el pasado domingo en Caracas por las víctimas de la represión / Reuters
Una mujer sostiene una bandera en la vigilia celebrada el pasado domingo en Caracas por las víctimas de la represión / Reuterslarazon

El fallido levantamiento contra Maduro obliga a la cautela ante el riesgo de arrestos. Guaidó y diputados como Edgar Zambrano no han vuelto a aparecer en público, aunque preparan los nuevos pasos a dar.

Por tercer día consecutivo, Juan Guaidó solo tuvo ayer agenda privada. Los opositores venezolanos no han visto a su líder, el presidente de la Asamblea Nacional, ni el sábado durante las concentraciones para hacer llamamientos al sector militar, ni el domingo en una vigilia nocturna en homenaje a las víctimas mortales de los sucesos y protestas ocurridos desde el 30 de abril pasado. Su equipo de prensa aclara en cada jornada que no hay agenda pública, mientras pareciera que se están desarrollando más eventos tras las puertas cerradas. Fuentes cercanas a Guaidó afirman que está muy activo, «conversando con mucha gente» para preparar con más detenimiento los próximos pasos a dar.

En la calle, mientras, se respira normalidad, aunque nunca tranquilidad. Verónica Pinto, de 33 años, asistió ayer a su trabajo como cada día, superando la falta de transporte público y la falta de agua corriente en su casa, pero convencida de que «algo tiene que pasar», pues «ya esto luce inevitable. A Maduro lo traicionan hasta los suyos». Se refiere en particular a Vladimir Padrino, ministro de Defensa y uno de quienes habrían estado negociando una transición pactada con los opositores y con el visto bueno de Estados Unidos, para deponer a Maduro la semana pasada.

Rafael Guerra, un contable de 41 años residente en Caracas, es más escéptico. «Maduro ha tenido una capacidad enorme para que no lo tumben. Y uno se va cansando. Ojalá ocurra un milagro». Su recomendación es no ver los medios oficiales, donde la propaganda insiste en que el chavismo ha derrotado una vez más «los intentos de golpe de Estado de la derecha». Allí el canal transmite las declaraciones de portavoces de Maduro como Diosdado Cabello, quien ha amenazado con que «todos los diputados que estuvieron con los alzados el 30 de abril serán llevados ante la justicia». El primero de ellos, el parlamentario Edgar Zambrano, primer vicepresidente de Acción Democrática, quien ya fue acusado de traición a la patria y otros ocho delitos por los que será llevado a juicio. Zambrano está, por ahora, «resguardado», para evitar un posible arresto. Su compañero de bancada Ángel Medina informó este lunes que el señalado «está activo, trabajando y dentro del país».

En el chavismo, el nerviosismo también cunde. El obispo de la Diócesis de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, reveló que dirigentes políticos del madurismo «tocaron hace 20 días las puertas de la Conferencia Episcopal para saber si tenían derecho de asilo si caía el gobierno». Al respecto, explicó que «es posible que en muchas de nuestras iglesias se puedan refugiar personas perseguidas, nuestras iglesias tienen en todo el mundo derecho de asilo». Las actividades de Maduro también han sido restringidas. Tras amanecer el sábado en una unidad militar en el centro del país, ha permanecido fuera de las cámaras, por lo menos hasta el cierre de esta edición.