El aislacionismo de Rusia
La peligrosa alianza entre Putin y Kim
El dictador norcoreano planea viajar a Rusia para cerrar un acuerdo armamentístico. El Ejército ruso necesita urgentemente munición de artillería y misiles
En un inesperado movimiento, se prevé que el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, emprenda un insólito viaje a Rusia para reunirse con su presidente, Vladimir Putin. El objetivo de la reunión, según fuentes de inteligencia estadounidenses, es debatir posibles suministros de armas a Rusia para el conflicto de Ucrania y explorar una cooperación militar más amplia. El Kremlin ha rehusado confirmar el posible encuentro.
Por primera vez en cuatro años, el heredero de la dinastía Kim saldrá de las fronteras de su país. Y es que, el reclusivo líder es famoso por su paranoia en materia de seguridad, y por ello rara vez sale de sus fronteras selladas, además evita viajar en avión en favor de un tren ecológico de 21 vagones blindados equipado como una lujosa residencia ambulante: con estudio, sala de conferencias, sistemas de comunicación por satélite, sofás de marfil, chef y bodega.
Según la inteligencia estadounidense, Kim viajará la próxima semana para hablar de suministros de armas al ejército del Zar, que necesita urgentemente munición de artillería y cohetes antitanque, utilizados en grandes cantidades en las últimas semanas para frenar la contraofensiva de las fuerzas de Kyiv.
Mientras, Corea del Norte busca la ayuda rusa con tecnología avanzada para satélites y submarinos nucleares, así como víveres para un pueblo desnutrido, según declararon funcionarios estadounidenses al "New York Times". Una transacción de este tipo, beneficiosa para ambas partes, permitiría a Moscú reabastecerse, al tiempo que reforzaría la imagen de estadista de Kim y le permitiría eludir las sanciones destinadas a bloquear la expansión de su tremendo arsenal nuclear.
El hecho de que el dictador se desplace personalmente a Vladivostok, sugiere que la reunión con Putin podría ir más allá de un acuerdo armamentístico. Se trataría de reforzar una alianza de conveniencia que busca alterar las políticas de Washington en Ucrania y en el Indo-Pacífico. Para Pyongyang - empeñado en proseguir con su programa de armamento nuclear-, una asociación más estrecha con Rusia y China contribuiría a romper su aislamiento diplomático para formar parte de un frente unido contra Washington, que busca una mayor cooperación regional en materia de seguridad con Corea del Sur y Japón.
Por otra parte, ambos líderes tienen previsto asistir al Foro Económico Oriental, que se celebrará en la Universidad Federal del Lejano Oriente, en Vladivostok, desde el próximo domingo hasta el 13 de septiembre. En el itinerario también figura la visita de Kim al muelle 33, en el que atracan buques navales rusos de la flota del Pacífico.
La Casa Blanca ya había advertido anteriormente sobre un posible acuerdo de cooperación militar entre los mandatarios, sin revelar pormenores, citando información de inteligencia de carácter confidencial. En respuesta a esta información, una portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, declaró que Estados Unidos espera un "compromiso diplomático a alto nivel " entre la Federación Rusa y Norcorea sobre la venta de armamento. Asimismo, instó a las autoridades norcoreanas a poner fin a sus negociaciones armamentísticas con Rusia, haciendo hincapié en los compromisos adquiridos por Pyongyang de no suministrar ni vender armas a dicho país.
La noticia de los planes de Kim se conoció después de que Rusia anunciara que estaba estudiando la posibilidad de realizar maniobras militares conjuntas con Corea del Norte, y en un momento en el que Estados Unidos ha expresado su preocupación por los crecientes lazos militares entre ambos países. "Por qué no, son nuestros vecinos. Hay un viejo refrán ruso que dice: uno no elige a sus vecinos y es mejor vivir con ellos en paz y armonía", declaró el lunes el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, a la agencia Interfax.
Al parecer, el origen de la idea de celebrar este incierto encuentro se remonta al viaje del ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, a Pyongyang en julio, cuando asistió a la celebración del 70 aniversario de la "victoria" de la Guerra de Corea. En el transcurso de estos actos, Shoigu entregó a Kim una carta de Putin. En el pasado, el líder norcoreano ha intercambiado cartas con líderes extranjeros a los que considera aliados o socios potenciales, incluido el expresidente Donald Trump.
Corea del Norte tiene prohibido desarrollar armas que utilicen tecnología de misiles balísticos en virtud de resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que han sido respaldadas anteriormente por todos los miembros permanentes, incluidos Rusia y China.
La semana pasada, en Naciones Unidas, Estados Unidos, Reino Unido, Corea del Sur y Japón proclamaron en una declaración conjunta que cualquier acuerdo para aumentar la cooperación bilateral Rusia-Corea del Norte violaría las resoluciones del Consejo de Seguridad que prohíben los negocios de armas con Pyongyang, unas disposiciones que el propio Moscú había respaldado. Además, añadieron que tras la visita de Shoigu a Pyongyang, otro grupo de funcionarios rusos viajó a este país para mantener conversaciones de seguimiento sobre la compra de material armamentístico. Las eventuales negociaciones se producirían en un momento en el que Ucrania está llevando a cabo una contraofensiva en el sur y el este del país que, según afirmó Putin el lunes, está resultando infructuosa.
"No es que se esté estancando. Es un fracaso", dijo Putin el lunes. "Al menos hoy esto es lo que parece. Veamos qué pasa después".
Por su parte, el ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy Reznikov, anunció el lunes que había presentado su dimisión al Parlamento después de que el presidente, Volodimir Zelenski, pidiera "nuevos enfoques" para hacer frente a la ofensiva rusa.
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