Tensión

El Pentágono envía un submarino nuclear a Oriente Medio y urge al portaaviones "USS Lincoln" que acelere para llegar cuanto antes

El sumergible "USS Georgia" es el cuarto submarino de la clase Ohio de la armada de EE UU

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ordenó ayer el despliegue de un submarino con misiles guiados, en este caso el USS Georgia, a Oriente Próximo, en medio de las tensiones en la región ante una inminente respuesta iraní tras el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniye, en un ataque supuestamente israelí -Tel Aviv ni ha confirmado ni desmentido— en Teherán. Israel habría advertido a Estados Unidos que Irán podría llevar a cabo un ataque “a gran escala” en las próximas horas o días, según el portal estadounidense Axios.

Desde el Pentágono se destacaba ayer en un comunicado “el fortalecimiento de la postura y capacidades de la fuerza militar estadounidense en todo Oriente Próximo a la luz de las crecientes tensiones regionales”. El secretario de Defensa relevaba ayer que ha pedido al grupo de ataque del portaaviones USS Abraham Lincoln, equipado con cazas F-35, que “acelere su llegada” a la zona. Este, según la nota del Pentágono, se sumará a las capacidades que ya proporciona el grupo de ataque del portaaviones USS Theodore Roosevelt”.

El comunicado daba cuenta además de la conversación telefónica mantenida entre Austin y el ministro de Defensa israelí Yoav Gallant, a quien el estadounidense insistió en destacar el compromiso de Washington a la hora de tomar “todas las medidas posibles para defender a Israel”.

“Austin y Gallant también han hablado sobre las operaciones de Israel en la Franja de Gaza y la importancia de mitigar el daño a los civiles, el progreso hacia la consecución de un alto el fuego y la liberación de los rehenes retenidos en Gaza, así como los esfuerzos para disuadir una agresión de Irán, Hizbulá y otros grupos proiraníes en la región”, explicaba el portavoz del secretario de Defensa Patrick Ryder.

Por otra parte, según dos fuentes consultadas por el portal de noticias estadounidense Axios, el ministro de Defensa israelí ha informado a su homólogo estadounidense que Irán está preparando un ataque “a gran escala” que podría lanzarse “en los próximos días”. De acuerdo con Axios, el ataque iraní podría producirse incluso antes de las conversaciones para la liberación de los rehenes en Gaza y el alto el fuego previstas para el jueves. Con todo, una de las fuentes consultadas por el portal estadounidense admite que la situación es “aún fluida”.

La diplomacia de las principales potencias mundiales y regionales se esfuerza en las últimas jornadas en impedir el que parece inevitable ataque iraní contra los intereses regionales mientras trata de escudriñar los planes de las autoridades del régimen -con el ayatolá Alí Jameiní a la cabeza—, que se debate entre la necesidad de cumplir con el compromiso público de responder a la eliminación de Haniyeh en Teherán y de evitar una confrontación directa con Israel y Estados Unidos. En el juego de réplicas y contrarréplicas de los últimos días, si el ministro de Exteriores iraní insistía ayer en que su país tiene derecho a “una respuesta apropiada y disuasoria”, Gallant confirmó, por su parte, que sus fuerzas armadas prosiguen los preparativos sobre una represalia al posible ataque iraní y de Hizbulá.

Mientras el operativo de las FDI continuó en Gaza un día más -las autoridades sanitarias de la Franja reportaron la muerte de al menos 18 personas—, representantes de Qatar, Estados Unidos y Egipto llamaban ayer a Israel y Hamás a retomar este jueves las conversaciones para el alto el fuego.

La cuestión está abriendo severas grietas en el seno del Gobierno israelí. La Oficina del Primer Ministro Netanyahu publicó en la tarde de ayer una dura respuesta al ministro de Defensa: “Cuando Gallant adopta una narrativa antiisraelí, daña las posibilidades de alcanzar un acuerdo para la puesta en libertad de los rehenes”. Horas antes, en una comisión parlmentaria, Gallant había criticado indirectamente al jefe del Gobierno: “Oigo a los héroes haciendo sonar los tambores [de guerra hablar de] la victoria total y otras cosas sin sentido”.

Mientras tanto, un día más las Fuerzas de Defensa y Hizbulá continuaron el cruce de fuego en la frontera israelo-libanesa. Bombardeos israelíes en el sur del país de los cedros acabaron con la vida de tres milicianos de la organización chiita dirigida por Hassan Nasrallah. A primera hora de la mañana del lunes Hizbulá lanzó hasta 30 cohetes -una parte de los cuales fue interceptada, otra cayó en espacios abiertos— contra la zona de Nahariya, en el norte de Israel, que no provocaron víctimas. En una espiral sin fin aparente, la aviación israelí respondía con un bombardeo sobre la localidad de Maroun el-Ras, en el sur de Líbano.

El Líbano se prepara para una eventual escalada. El primer ministro Nayib Mikati -el jefe del Gobierno es siempre sunita— convocaba ayer un consejo de ministros para mañana con objeto de adoptar medidas ante una posible escalada de los enfrentamientos entre Israel y el partido-milicia chií Hezbolá en la frontera sur, así como por el peligro de que el conflicto en la Franja de Gaza se extienda a nivel regional.

Por su parte, el presidente del Parlamento del país levantino, Nabih Berri -un chiita—, ha dicho este lunes ante la posibilidad de que Hizbulá responda al ataque de Israel que hace unos días acabó con la vida de uno de sus altos mandos en Beirut que “la venganza es un plato que se sirve mejor frío”. Según el diario libanés Al Joumhouria, en las últimas horas Hizbulá ha llevado a cabo el desalojo de su cuartel general en el distrito beirutí de Al Dahieh.