Atentados terroristas en París
Pierre Janaszak, DJ de Bataclán: «Un chico se tragó su propio vómito para no hacer ruido»
Consiguió salvar su vida encerrándose en los baños de los camerinos y aguantando la respiración. Perdió la noción del tiempo manteniendo una postura inerte cuando el mínimo ruido le hubiese costado la vida. Lo escuchó todo: desde los pasos de los yihadistas hasta la manipulación de explosivos. Un año después, Pierre Janaszak, uno de los supervivientes del Bataclán, recuerda en exclusiva para LA RAZÓN la angustia con la que vivió aquellos momentos. Dj de una emisora de radio, Janasack tiene 36 años, y está muy relacionado con la escena del rock alternativo. Conocía a medio Bataclán.
Un año después, ¿Cuál es la primera imagen que vuelve a su cabeza recordando aquella noche?
Pierre Janaszak: La verdad es que he borrado muchas cosas de aquella noche, pese a que los psicólogos nos dijeron que no debíamos esforzarnos en olvidar, que eso podía ser peor... Yo estaba en el balcón de la sala, con mi hermana y mi mejor amigo. Cuando oí el petardeo pensé que era un efecto delconcierto. Luego la luz se encendió (la persona que se encargaba de las luces pudo encenderlas segundos antes de caer asesinada) y llegó el apocalipsis. A veces esas imagenes llegan aún a mi cabeza como un flash.
En ese momento de pánico, usted se encierra en los lavabos de la planta de arriba ¿Cómo lo recuerda?
En el pánico perdí a mi hermana y mi amigo. Me encerré en un lavabo minúsculo que suelen usar los artistas, al lado de sus camerinos. Éramos cuatro personas: un padre con su hijo, otro chaval joven y yo. La noción del tiempo desapareció. Iba tomando conciencia de lo que pasaba y llegado el momento incluso asumí que iba a morir. Sonará raro pero creo que incluso me tranquilicé sabiendo que no podía escapar a ese destino. Notaba a los terroristas ahí, sabía que pasaban justo al otro lado de la puerta. Oía los pasos. Les oía hablar e incluso cuando manipulaban el material y los explosivos. Forzaron los picaportes de otras puertas. No pudieron abrir la puerta de al lado y entonces pasaron de largo de la nuestra, eso nos salvó.
¿Nunca tuvo el impulso de salir a buscar a sus seres queridos?
Al principio pensé en localizarles con el móvil, pero lo había roto, hacía un ruido enorme y decidí apagarlo. Llegué a asumir que ellos estaban muertos de la misma forma que creía que yo no saldría de allí.
¿Hablaba con las otras tres personas que se escondían en el baño con usted?
Nos comunicábamos por el movimiento de los labios, sin pronunciar palabra. En un momento determinado el chico adolescente quería vomitar y delante mío vi cómo tragaba su propio vómito sin hacer ruido para no delatarnos. Siempre recordaré aquella imagen de un héroe adolescente de 14 años junto a su padre. Aguantamos hasta que llegó la policía.
¿Vivió sentimiento de culpabilidad por sobrevivir?
Sí, creo que todos los que sobrevivimos hemos tenido algo de ello. Según pasan los días, te vas haciendo esas preguntas. Si podías haber ayudado a alguien más... Yo conocía a casi un centenar de personas aquel día en el Bataclán. Ten en cuenta que el mundillo del rock alternativo acaba siendo una familia
¿Cómo fue su recuperación después de los atentados?
Cuando uno sale de una situación como aquella se pasa por distintas fases. Tras la fase de shock, llegaron cambios a mi vida. Cambié de trabajo, quería levantarme muy pronto cada mañana, cosa que antes no hacía. Me di cuenta de que era un afortunado. En el Bataclán perdí la ligereza con la que vivía antes. Soy menos espontáneo, todo lo reflexiono más.
¿Va a volver al Bataclan?
Por el momento no, no me haría ningún bien. Aunque creo que es un lugar de ocio. Comprendo que muchos padres han perdido a sus hijos allí, pero no es bueno conservarlo como un mausoleo del horror.