Política

Cumbre de Panamá

«Presidente, no hable con un general que no nos representa»

Los disidentes cubanos. Rosa María Payá denuncia la opresión que se vive a diario en Cuba

La hija del histórico disidente cubano Oswaldo Payá lamenta la falta de crítica a la dictadura de los Castro
La hija del histórico disidente cubano Oswaldo Payá lamenta la falta de crítica a la dictadura de los Castrolarazon

Panamá ha abierto las puertas a los presidentes iberoamericanos. Dictadores y «dinosaurios» barbudos incluidos. Pareciera que la diplomacia panameña ha estado más preocupada por la foto entre Raúl Castro y Barack Obama que por el respeto de los derechos humanos. Una victoria pírrica teniendo en cuenta quién estrecha la mano. Los recuerdos permanecen latentes en la retina de Rosa María Payá, una de las disidentes más destacadas que abandonó Cuba para alzar la voz en tan señalado escenario: la Cumbre de Panamá.

Que a nadie le engañe su juventud, ya tiene experiencia en estos cuadriláteros de lucha. Forma parte de esa generación de mujeres valientes que se enfrentan al régimen sin bajar la mirada. Además, la rebeldía le viene de herencia. Su padre, el reconocido activista Oswaldo Payá, murió en un extraño accidente de tráfico sin causas todavía esclarecidas. Fue el precursor del «proyecto Varela», mediante el cual, amparado por la Constitución, recogió las firmas necesarias para presentar al Gobierno una solicitud de cambios en la legislación.

Su hija ha recogido el testigo con la propuesta «Cuba Decide». No lo tendrá fácil, pese a los mensajes que salgan de la cumbre. De hecho, fue retenida, amenazada y registrada a su llegada al aeropuerto. «Viajaba sola, pero antes incluso de pasar por Emigración ya un oficial me advirtió. Luego me retuvieron y sacaron de mi equipaje mis celulares, mi agenda, incluso mi ropa interior. Hubo un momento que perdí contacto visual con mi agenda y los móviles; me di cuenta de que se los habían llevado y me los devolvieron mientras me interrogaban. Y me empezaron a amenazar: ‘‘Si haces cualquier cosa que empañe la cumbre serás deportada a Cuba’’. Se referían a pancartas y cosas de esas. Después de media hora me devolvieron los papeles, aunque luego fui retenida otra hora mientras chequeaban mis documentos que, por supuesto, estaban en regla».

Esas prácticas sorprenden en un país moderno como Panamá, que enarbola la bandera de la democracia. Desde Exteriores ya le han pedido disculpas oficialmente. Incluso el propio presidente Varela, indirectamente, pidió paciencia por los incidentes y medidas de seguridad desplegados en el aeropuerto. «He recibido notas que lo lamentan. Sé de la generosidad de nuestros amigos del Partido Popular Panameño. Acepto las disculpas, pero lo que me ocurrió con la seguridad del Estado... Este oficial siendo tan claro al decirme que él había leído todo sobre mí... Espero que no haya ocurrido lo mismo con el resto de activistas».

Payá y el resto de la disidencia cubana presente en la Cumbre ha presentado en los foros sociales dos propuestas muy claras: «Por un lado, nuestra invitación a los jefes de Estado a que sean valientes y coherentes. Tenemos un objetivo, decirles que van a hablar con un general que no nos representa porque nunca lo elegimos. Llegó al poder de una manera dinástica y déspota. Así que los presidentes tienen una responsabilidad histórica. Por eso, y en segundo término, la campaña ‘‘Cuba Decide’’, para que sean los mismos cubanos los que elijan su futuro después de 60 años.

Según Payá, la mirada inquisidora del régimen cubano se palpa tanto en la isla como en la Cumbre, y la falta de libertades en toda la región. «La seguridad del Estado cubana ha amenazado a mi familia de muerte y sabemos que están también aquí, en Panamá. Los activistas cubanos y los Payá estamos siempre en riesgo, por eso andamos siempre juntos. Ése es uno de nuestros objetivos en esta Cumbre: luchar contra la impunidad de las fuerzas represivas cubanas, pero también a nivel regional. Pensamos en esos chicos desaparecidos en México, en los estudiantes muertos en las calles de Caracas. Necesitamos respuestas a nivel regional». La presión es muy fuerte, pero esta disidente no se arredra. «Además nos amenazan en las redes sociales. En las calles, amenazan a los activistas y también a las distintas ONG que nos apoyan. Quieren opacar nuestra voz a través de organizaciones oficialistas que se encuentran esta semana en Panamá para participar en los foros. Pero nuestra propuesta es incluso para ellos, para que todos podamos autogestionarnos. Por eso nuestra campaña es muy clara: ‘‘Cuba Decide’’. E insistimos: presidentes, no hablen con un general, hablen con el pueblo cubano. Que se celebre un plebiscito en el que los cubanos cambien las leyes electorales como ocurrió en otros países. Ésa es nuestra propuesta».