Sucesos

El primer ministro japonés sale ileso tras la explosión de una bomba de humo en un acto electoral

Las autoridades han detenido a un joven de 24 años por detonar un explosivo en mitad de un mitin del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD)

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, fue evacuado ileso después de que le lanzaran lo que parecía ser una bomba de humo mientras participaba en su campaña electoral en la prefectura de Wakayama, en el oeste de Japón. Imágenes de la televisión japonesa mostraron disturbios entre una multitud congregada en el puerto pesquero de Saikazaki, donde Kishida se encontraba para apoyar a un candidato del partido gobernante. Una fuerte explosión y una humareda blanca aparecieron en el momento en que el presidente se disponía a ofrecer un discurso.

El líder nipón acababa de comer en el lugar y se disponía a pronunciar unas palabras en apoyo del candidato del partido gobernante en los comicios locales y en las elecciones parciales a la Cámara Baja, previstas para el 23 de abril. La presunta bomba de humo fue lanzada hacia las 11.25 horas, entre una multitud de varios centenares de personas. A continuación, se escuchó una estruendosa explosión.

“Es lamentable que algo así haya ocurrido en medio de una campaña electoral que constituye la base de la democracia. Es una atrocidad imperdonable”, declaró a la NHK Hiroshi Moriyama, presidente de estrategia electoral del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD).

El mandatario se puso a cubierto mientras la multitud se dispersaba presa del pánico. Kishida resultó ileso y la policía redujo a un hombre enmascarado de entre 20 y 30 años en el lugar de los hechos, bajo sospecha de obstrucción forzosa de actividades comerciales, según apuntaron medios locales.

Las bombas de humo, de uso común en Japón durante las invasiones mongolas, son explosivos portátiles de caja blanda diseñados para liberar gases venenosos. Posteriormente, las carcasas de las bombas de humo se fabricaron con hierro o arcilla. En 1848, Robert Yale inventó la bomba de humo moderna. Los artefactos de humo caseros eran bastante habituales durante las peleas callejeras y los conflictos.

El jefe del Gobierno fue escoltado por un guardia de seguridad y evacuado. Tras trasladarse temporalmente en coche a la Jefatura de Policía de la Prefectura de Wakayama, reanudó su discurso callejero frente a la estación JR. El primer ministro trato de tranquilizar a sus seguidores: “Les he causado preocupación y problemas. Les pido disculpas. Estamos preparando las elecciones, la parte más importante de la democracia para nuestro país. Tengo que pedirle a cada uno de ustedes, los principales actores de este país, que muestren claramente sus pensamientos. Estoy decidido a llevar esta importante elección hasta el final, trabajando junto con la gente”.

El incidente se produjo tan sólo nueve meses después de que el ex primer ministro Shinzo Abe fuera asesinado mientras hacía campaña para unas elecciones parlamentarias el pasado mes de julio, conmocionando a la nación y provocando la dimisión de los principales jefes de la policía local y nacional, así como un endurecimiento de las directrices de seguridad para personalidades destacadas. En el percance, Tetsuya Yamagami, acusado de asesinato y otros delitos, se acercó a Abe por la espalda y le disparó dos veces varias balas con una pistola de fabricación casera.

Yamagami lo eligió como objetivo por sus vínculos con la Iglesia de la Unificación, y el atentado provocó revelaciones sobre la conexión entre el grupo y los políticos japoneses.

Este último atentado se produce además cuando Japón acoge este fin de semana una serie de reuniones ministeriales del Grupo de los Siete (G7) previas a la cumbre que Kishida celebrará del 19 al 21 de mayo en la ciudad meridional de Hiroshima.