Las protestas contra las redadas migratorias, que durante más de una semana azotaron el centro de Los Ángeles, disminuyeron a lo largo de este fin de semana tras la masiva manifestación en contra del presidente del Gobierno de Estados Unidos, Donald Trump, que se celebró en todo el país. El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD, por sus siglas en inglés) informó este lunes que ayer no se efectuaron arrestos relacionados con las protestas, aunque el centro de la ciudad se mantiene en "alerta táctica" para las autoridades.

Este tipo de alerta requiere la atención de las autoridades en caso de una situación de emergencia activa. El bullicio de las calles se transformó en una calma que el centro no experimentaba desde el 6 de junio, cuando el ICE realizó varias redadas en distintos puntos de Los Ángeles que llevaron al arresto de al menos 44 personas en el distrito de Westlake, el centro y el sur de la metrópoli.

La tensión se agravó un día después en Los Ángeles, cuando Trump tomó la polémica decisión de enviar a soldados de la Guardia Nacional, una acción que fue rechazada por las autoridades locales, que reprocharon que se tomara sin su consentimiento y consideraron que solo buscaba elevar la tensión. Desde entonces, "la policía ha efectuado 575 arrestos en relación a las protestas", agregó LAPD.

Tras las masivas protestas del pasado sábado, en el que unas 30.000 personas marcharon en Los Ángeles para rechazar el Gobierno de Trump como parte de unas protestas que se extendieron a más ciudades de EE.UU., las autoridades de Los Ángeles realizaron 35 arrestos por saltarse el toque de queda, que sigue vigente en el centro de la metrópolis hasta nuevo aviso.

Mientras que las protestas pierden fuerza, las redadas migratorias continuaron a lo largo del fin de semana y se espera que se intensifiquen en grandes ciudades estadounidenses gobernadas por el Partido Demócrata, como el estado de California, insistió Trump este lunes.

Las autoridades locales se mantienen a la espera de la vista que se celebrará mañana por parte de un Tribunal de Apelaciones para el Noveno Circuito tras dejar en suspenso la orden federal que devolvía al estado de California el control de los miles de soldados de la Guardia Nacional desplegados en Los Ángeles por orden del presidente.