Siria

¿Quién es quién en la ofensiva "Fuente de Paz"?

Tras los dos ataques lanzados hoy por el Ejército turco en la frontera con Siria, explicamos quiénes son los actores en el conflicto

Soldados turcos y tanques en la frontera siria
Soldados turcos y tanques en la frontera sirialarazon

Pueblo kurdo y combatientes kurdosirios

La presencia kurda se centra en el norte y en el este de Siria, un área de influencia que se ha ido ampliando a medida que las tropas de Damasco fueron retirándose durante la guerra que comenzó en 2011. Cabe recordar que sirios y kurdos son enemigos históricos. Los kurdos son una minoría perseguida desde hace décadas por los gobernantes sirios de Baaz. Estos llevaron a cabo una misión bajo el brazo militar de las Fuerzas de Siria Democráica (FSD) contra el Estado Islámico.

Las FSD es una alianza liderada por kurdos que se había convertido en el principal aliado de Estados Unidos en la lucha para acabar con las acciones terroristas llevadas a cabo por los yihadistas del Estado Islámico. Los kurdosirios aspiran a hacerse con un territorio sirio al que denominan “Royava”, que cuenta con consejos locales repartidos en diferentes cantones. Este territorio en el norte de Siria supone un 30% de la extensión del país.

El pueblo kurdo tiene una población estimada de entre 25 y 35 millones de personas que viven en una región montañosa cuyo territorio está repartido entre cuatro países: Turquía, Irak, Irán y Siria, y un pequeño enclave en Armenia. Desde hace décadas buscan un Estado propio.

Turquía

La operación “Fuente de paz” es la tercera intervención militar llevada a cabo por el Gobierno turco en el norte de Siria desde 2016. Tras las dos primeras, “Escudo del Éufrates” y “Rama de olivo”, Turquía asentó tropas con las que actualmente controla el territorio comprendido desde el este del río Éufrates hasta el Mediterráneo.

Esta tercera ofensiva militar atenta contra las milicias kurdosirias que son clasificadas como “terroristas” para Ankara por sus vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que lucha por la independencia del Kurdistán, tratado como organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea y Turquía.

El principal objetivo de “Fuente de paz” es establecer un corredor seguro de 32 kilómetros de ancho y 480 de largo al norte de Siria, donde puedan reubicar a dos millones de refugiados sirios que huyeron de la guerra y que actualmente acoge el Gobierno de Erdogan. En esta operación colaboran además facciones rebeldes sirias contrarias al régimen de Bachar al Asad.

Estados Unidos, Siria e Irán

Washington que hasta el momento había sido considerado como un aliado para el pueblo kurdosirio, ha pasado a ser considerado como traidor después de que Donald Trump anunciase la retirada de sus tropas en la madrugada del domingo. Este movimiento responde a una política que progresivamente está sacando al Ejército estadounidenses de Oriente Medio.

Según ha anunciando la Administración Trump, un total de 50 soldados volverán a casa, mientras que el resto permanecerán en otras zonas del país en el marco de la coalición que lucha contra el Estado Islámico. Trump dio luz verde a los turcos para atacar a los kurdos, aunque advirtió a Turquía de que en caso de sobrepasar los límites de lo considerado como humano, será castigada económicamente. Donald Trump justificó la salida en que “ya es hora de que abandonemos esas guerras ridículas sin fin y traigamos los soldados a casa”. Pero esta decisión ha sido muy criticada incluso en su propio partido.

Rusia e Irán, aliados del Gobierno en Damasco, podrían aprovechar este movimiento para apoyar a Siria y que las tropas gubernamentales avancen hasta Idlib, en el noroeste de Siria, donde Turquía tiene actualmente unidades militares.

Estado Islámico

Diversos expertos y las milicias kurdas reprochan a Trump que haya abandonado a su suerte a un aliado fundamental como los kurdos. De hecho, más de 11.000 hombres y mujeres de esta etnia han perdido su vida en combates contra los yihadistas. También mantienen en custodia a buen número de ellos en campos de detención: son 12.000 prisioneros (4.000 extranjeros) los que están custodiados en siete centros. ¿Qué pasará con ellos si los kurdos pierden la capacidad de gestionarlos o se debilita la seguridad?

Ahora es una incógnita qué puede pasar con los yihadistas expulsados de la zona. Los dirigentes kurdos han advertido de que los terroristas volverán a disponer de amplias áreas sin control para volver a asentarse y reorganizarse, sólo meses después de que se hubiera dado por arrasado el “Califato”. Trump, con la decisión de dar carta blanca a Erdogan, podría haber abierto las puertas a una nueva vida para el Daesh.