Geopolítica

Quién es quién cuando hablamos de Israel en África

Una mayoría del continente critica las acciones israelíes del último año, aunque todavía quedan importantes aliados africanos del lado de Tel Aviv.

Ceremonia de clausura de la última sesión de la asamblea de la Unión Africana, el pasado mes de enero.
Ceremonia de clausura de la última sesión de la asamblea de la Unión Africana, el pasado mes de enero.larazon

El continente africano puede considerarse una importante pieza en el juego geopolítico que enmarca la posición de Israel en el plano internacional. Tel Aviv es odiada por unos y amada por otros en un continente cuya variedad de ideales puede representarse en las diferentes posturas que se detallarán a continuación. Importantes naciones como Sudáfrica, Marruecos o Kenia forman parte de esta compleja historia de amor-odio entre Israel y el continente africano.

Una de las noticias más importantes en lo referente a las relaciones entre Israel y determinadas naciones africanas pudo encontrarse con la rúbrica de los Acuerdos de Abraham. Dichos acuerdos, impulsados en parte por el creciente liderazgo de Emiratos Árabes Unidos, tienen como objetivo principal normalizar las relaciones entre Israel y diversas naciones árabes (africanas o asiáticas), entre las que se encuentran Sudán y Marruecos. Aunque Sudán se halla actualmente inmersa en una guerra civil de características demoledoras, la importancia de Marruecos en el norte de África y su asociación con Washington hacen del país alauí un aliado de vital importancia para Israel en el continente. Prueba de ello fue que, poco después del reconocimiento de la soberanía israelí de parte de Marruecos, Estados Unidos apoyó a su vez y como pago por su cooperación los intereses marroquíes en el Sáhara Occidental.

La población marroquí mantiene por lo general una postura favorable a la causa palestina, en especial desde los sucesos derivados del 7 de octubre de 2023, lo que ha llevado al gobierno marroquí a suavizar su asociación con a Israel. Hace falta buscar un punto medio entre la voluntad popular y los intereses del Estado. Desde Rabat se han organizado programas de ayuda humanitaria con la intención de aliviar las carencias de la población palestina, aunque se han cuidado mucho de condenar por medio de los canales oficiales la agresión israelí sobre la población de Gaza. Una discreción muy diferente a la postura de Argelia, que puede considerarse el mayor aliado de Palestina en el continente africano y un importante socio de Irán a nivel internacional. Las críticas pronunciadas por Argelia contra Israel en los últimos meses n sido casi una constante; en agosto de 2024, por ejemplo, Argelia solicitó que se convocase una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para dar una respuesta a un ataque israelí contra una escuela de Gaza.

En diciembre de 2023 incluso se filtró un documento oficial donde las autoridades de Arabia Saudita proponían el traslado de la cúpula de Hamás a Argel, aunque dicho plan no resultó en último lugar. Las relaciones entre Argelia, Palestina e Irán, aunque fuertes, no lo son tanto a la hora de referirnos al país magrebí y la organización conocida como Hamás; las posturas de ambos se han distanciado en los últimos meses. De lo que no cabe duda es que, mientras que Marruecos procura mantener una actitud equilibrada entre los beneficios otorgados por los Acuerdos de Abraham y las repetidas condenas a Israel por parte de la comunidad islámica, Argelia se presenta en África como un fuerte aliado de Palestina e Irán, y, por añadido, un firme contrincante de los intereses hebreos.

Otro país que se ha posicionado en los últimos meses como un fuerte aliado de Palestina (o contrincante de Israel en los tribunales internacionales) sería Sudáfrica. Porque fue Sudáfrica el primer país del globo en interponer una demanda por genocidio contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia, allá por diciembre de 2023. Desde entonces, Sudáfrica sirve de punta de lanza en ofensiva judicial que se sostiene en la CIJ contra Israel y sus principales aliados. Igualmente, Sudáfrica ha exigido en múltiples ocasiones que Israel “detenga sus hostilidades” en la Franja de Gaza, sin éxito, mientras que el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, tampoco ha querido dejar de comparar en repetidas ocasiones lo sucedido en Gaza con el apartheid sudafricano.

Etiopía y Kenia también han mostrado una postura favorable a Israel en los últimos meses. Etiopía mantiene fuertes vínculos históricos con el judaísmo y la tradición hebrea por medio de la (ya extinta) dinastía salomónica que gobernó el país africano durante ocho siglos, pero también como resultado de las comunidades judías etíopes que emigraron a Israel en las décadas de 1980 y 1990. Hace décadas que llegan a Addis Abeba desde Israel cargamentos de armas y municiones, así y como se han desarrollado los ocasionales programas de entrenamiento militar. Un ejemplo en este punto puede encontrarse en 2011, cuando la empresa israelí fabricante de drones conocida como BlueBird Aereo Systems firmó un acuerdo con el gobierno etíope para proveerle de drones eléctricos del tipo Boomerang y Spylite; la nación africana ha comprado además un número indeterminado de drones Aerostar de fabricación israelí. A cambio, la población etíope se ha mostrado claramente inclinada a favor de Israel en el actual conflicto, mientras se conoce que un número indeterminado de etíopes se ha enrolado en las IDF en los últimos meses para combatir del lado de Tel Aviv.

Kenia ha optado por un apoyo más pacífico. Fue en diciembre de 2023 cuando se hizo público que 1.500 trabajadores kenianos serían enviados a Israel ante la escasez de mano de obra agrícola provocada por las necesidades del conflicto. Malaui ya había enviado en los meses anteriores más de 200 trabajadores. En Nairobi se recibió la noticia con cierta preocupación por las garantías de seguridad en suelo israelí, aunque el gobierno quiso incidir en que este acuerdo permitiría aliviar los niveles de desempleo en Kenia, así y como reforzaría las relaciones con una nación de la importancia de Israel.

Dado que las relaciones comerciales entre Israel y África son insignificantes, con una mención especial a los diamantes exportados por Botsuana, la clave entre ambos lados se sostiene en las relaciones de índole político. Es un hecho que la mayoría del continente africano, exceptuando los ejemplos citados, apoya la causa palestina frente a las acciones de Israel, igual que una mayoría condenan las acciones de Tel Aviv desde el 7 de Octubre. El propio Moussa Faki, presidente de la Comisión de la Unión Africana, dijo en el pasado mes de febrero que la ofensiva en Gaza se trataba de “la violación más flagrante” del derecho internacional y acusó a los israelíes de “exterminar” a los habitantes de la Franja. En la votación realizada en Naciones Unidas en diciembre de 2023, donde se pedía un alto el fuego en Gaza, únicamente Malaui, Sudán del Sur y Togo se abstuvieron en la votación, mientras ninguna nación africana se posicionó en contra.

Los movimientos panafricanos y antiimperialistas del continente, que han cobrado una fuerza especial en los últimos años de la mano de las juntas militares que gobiernan el Sahel, al igual que una poderosa presencia musulmana en África, sirven de punto de apoyo a favor de Palestina, Irán, etc. Por eso no es casualidad que las relaciones entre Níger e Irán se hayan fortalecido desde la toma del poder en Niamey por parte del ejército nigerino, mientras que el representante de Níger condenó enérgicamente las acciones de Israel en Oriente Medio en el marco de la última Asamblea General en la ONU. África aporta en el contexto israelí apoyos internacionales, valiosos votos de uno u otro lado en Naciones Unidas, mano de obra barata, carne de cañón… una sucesión de dones que muestran a las naciones africanas como importantes engranajes en la creación de un nuevo orden multipolar.