Política

Cumbre de Panamá

Raúl Castro se rinde ante Obama: «Es un hombre honesto»

Los líderes de Cuba y EE UU confirman en Panamá su interés por iniciar una nueva etapa en sus relaciones

Raúl Castro saluda a los reporteros durante la Cumbre, junto al presidente de San Vicente y Granada, Ralph Everard Gonsalves
Raúl Castro saluda a los reporteros durante la Cumbre, junto al presidente de San Vicente y Granada, Ralph Everard Gonsalveslarazon

Llegó el día tan esperado. En la ciudad de Panamá, presidentes y jefes de Estado de todo el continente se reunieron en la VII Cumbre de las Américas. De un lado, Raúl Castro y Nicolás Maduro soltando sus acostumbradas arengas antiimperialistas y dando lecciones de historia. Del otro, el presidente norteamericano, Barack Obama, pidiendo pasar página y respeto a los derechos humanos. Se vieron las caras y, como se esperaba, se dijeron sus verdades. En cualquier caso cumplieron las expectativas, y más. Lo suyo no sólo fue un apretón de manos, les faltó fundirse en un abrazo eterno. Finalmente Obama mantuvo ayer una reunión de una hora con su par cubano, en el primer encuentro entre mandatarios de estos países después de medio siglo de enfrentamiento.

La reunión se inició después de la foto entre todos los presidentes que participaron en la VII Cumbre de las Américas, que se celebró en Panamá, y en la que por primera vez participó Cuba. Obama le agradeció a Castro su «espíritu abierto». Ambos gobiernos anunciaron en diciembre pasado un acercamiento, que incluía negociaciones para la reapertura de las respectivas embajadas en Washington y La Habana.

«No hay que hacerse ilusiones, tenemos muchas diferencias. La historia de nuestros países es complicada, pero estamos dispuestos a avanzar en la amistad de nuestros pueblos, en las reuniones que estamos llevando a cabo, abrir nuestras embajadas, visitarnos mutuamente», remarcó.

«Que el presidente Castro y yo estemos sentados aquí es un momento histórico para el continente», dijo el líder demócrata. «He pedido al Congreso que comience a trabajar en el levantamiento del embargo a Cuba». Y aseguró que «las relaciones entre Estados Unidos y Cuba generarán nuevas oportunidades». «Cuando llegué a mi primera cumbre prometí que iba a iniciar un nuevo capítulo en la región. Me comprometí a construir una nueva era de cooperación y también declaré que este enfoque sería sostenido a lo largo de mi presidencia. Yo he cumplido con ese compromiso. Nos reunimos aquí en un momento histórico», afirmó.

Durante su comparecencia en la Asamblea hizo hincapié en las nuevas relaciones de su país con Cuba y afirmó: «Más norteamericanos podrán viajar a Cuba, habrá más intercambios, más inversiones. Esperamos poder ayudar también en proyectos humanitarios. Seguimos adelante y vamos a comprometernos en cumplir con esto». Y añadió: «No estamos atrapados en la ideología, al menos no yo». Obama sostuvo que su país «no será prisionero del pasado» con Cuba ni con la región, al mostrarse convencido de que si continúa el diálogo bilateral entre su Gobierno y el de Raúl Castro, habrá progresos pese a las «diferencias».

«EE UU mira hacia el futuro, no queremos estar atrapados en ideologías, al menos yo no lo estoy», dijo el presidente norteamericano para ilustrar su punto de vista en el cambio de política hacia Cuba. «Les pido a todos su apoyo para que podamos lograr la eliminación del bloqueo comercial contra Cuba», añadió. Por su parte, Raúl Castro expresó su aprecio por Obama, por la reciente decisión de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores de terrorismo. «Dicen que somos terroristas. Y sí, hemos hecho algunos actos de solidaridad con muchos pueblos que pueden considerarse terroristas» en el «imperialismo», declaró, para aclarar que se refería a misiones humanitarias en diferentes países en vías de desarrollo.

El mandatario cubano elogió a su homólogo estadounidense: «Obama es un hombre honesto y eso se debe a su origen humilde», dijo. El líder cubano, al intervenir por primera vez en una Cumbre de las Américas, hizo un relato histórico de «agresiones imperialistas» a América Latina, pero exculpó de ellas a Obama. «Diez presidentes antes que Obama tienen deuda con Cuba, no el presidente Obama. El presidente no tiene responsabilidad de lo que pasó antes entre Estados Unidos y Cuba».

En un discurso que duró 42 minutos exactos –el protocolo establece ocho–, Castro abundó en su relato sobre las «guerras, conquistas e intervenciones» de EE UU, al que definió como «fuerza hegemónica que despojó de territorios a toda nuestra América y se extendió hasta el río Bravo». En ese mismo marco, recordó que a fines del siglo XIX el Congreso de Estados Unidos autorizó «intervenir militarmente en Cuba» y que ello dio paso «a la instalación de una base en Guantánamo, que hasta hoy ocupa nuestro territorio», informa Efe. En esa línea histórica, llegó al siglo XX, cuando afirmó que «predominó hacia América Latina la política de las cañoneras» y hubo «sucesivas intervenciones para derrocar regímenes democráticos» en América Latina, donde «fueron instaladas dictaduras en veinte países y doce de ellas de forma simultánea». Siempre en clara referencia a Estados Unidos, aseguró que «sólo en Suramérica fueron asesinados cientos de miles de personas» y citó como caso más «brutal» el golpe de Estado de 1973 contra el presidente chileno Salvador Allende, cuyo ejemplo es «imperecedero», dijo. Cuando concluía el repaso histórico, Castro decidió ofrecerle «disculpas» a Obama: «La pasión me sale por los poros cuando de la revolución se trata, pero le pido disculpas al presidente Obama porque él no tiene nada que ver con todo esto», declaró para recibir otra ovación. «El presidente Obama nació bajo la política del bloqueo a Cuba, tampoco tiene culpa de eso», pero «ése y otros elementos deberán resolverse en el proceso de normalización de relaciones», indicó. Castro también le dejó a Obama una firme exigencia en relación a Venezuela, un país del que sostuvo que «no es ni puede ser una amenaza contra la seguridad de Estados Unidos». Consideró «positivo que el presidente Obama lo haya reconocido», pero exigió que «sean derogadas» las sanciones aplicadas a Venezuela y manifestó «todo el apoyo de Cuba al Gobierno legítimo y a la unión cívico militar que encabeza Nicolás Maduro».

Críticas por «estrechar la mano de un tirano»

El ex gobernador de Florida y posible candidato a la presidencia de EE UU, el republicano Jeb Bush, criticó ayer el encuentro entre Obama y Castro. «Obama se reúne con él pero se negó a reunirse con Netanyahu. ¿Por qué legitimar a un cruel dictador de un régimen represivo?», señaló Bush. En la misma línea, la congresista republicana por Florida Ileana Ros-Lehtinen, también rechazó el apretón de manos. «Muestra que la Administración estrechará la mano ensangrentada de un tirano. Legitimar al régimen duele a los activistas prodemocracia cubanos», argumentó la legisladora.