Reactivar la economía

La diversificación de las exportaciones y la reconciliación de una sociedad partida en dos serán las prioridades del nuevo mandatario.

¿Cuáles serán las prioridades del presidente Piñera?

–Su objetivo será esencialmente económico en busca de un mayor crecimiento para Chile, poniendo el acento en las formas de mercado para crecer. En relación a lo social, su visión es bastante elitista. La oposición presionará para que el crecimiento se combine con equidad y con un mayor peso del sector público.

¿Qué país hereda el nuevo mandatario? ¿Cómo valora el segundo mandato de Bachelet al frente de Chile?

–En estos años se han dado pasos relevantes hacia la inclusión social, la reducción de la desigualdad y las reformas constitucionales. En particular, la reforma del sistema electoral que permite una mayor proporcionalidad y el surgimiento de nuevas formaciones políticas. También Bachelet ha fomentado el papel de la mujer en la sociedad al instalar el sistema de cuotas, así como un cambio en la forma de financiación de las campañas para impedir que el dinero las condicione.

Sin embargo, la economía se ha resentido...

–Estas reformas se han dado en un contexto de menor crecimiento, lo que generó una fuerte desaprobación de la presidenta Bachelet, cuya popularidad se llegó a desplomar hasta el 25%. Ahora acaba su mandato con el apoyo del 40% de la población, pero en su primer Gobierno lo dejó con una popularidad del 80%. A pesar de todo esto, Chile ha crecido y de manera superior al promedio de la región. Sin embargo, la dependencia del cobre en nuestras exportaciones deterioró la economía, ya que su precio cayó. Ahora, todos los programas presidenciales han puesto mucho énfasis en el crecimiento económico del país en función a la diversificación de la base productiva con más tecnología, ciencia y nuevos productos.

¿Cuáles serán los principales retos del nuevo mandatario?

–Debido al ajustado resultado electoral, el nuevo presidente debe encontrar espacios de convergencia y entendimiento. Una política digital común, de infraestructuras, de seguridad ciudadana y el reajuste del sistema de pensiones que no puede quedarse en manos de la capitalización individual dejando abandonados a grandes contingentes con pensiones paupérrimas. Lo mismo debe ocurrir en el campo de salud.

En un país de tradición conservadora sorprende el auge de la izquierda que ha sido clave en estos comicios. ¿Cómo explica esta situación?

–Primero hay que entender que son las primeras elecciones con un nuevo sistema. No existe el sistema binominal. Esta ha sido una lucha encabezada por las fuerzas progresistas desde la dictadura y en la que nos hemos demorado 25 años. Por otra parte, ahora ha surgido una fuerza que es la expresión de la gente de centro izquierda que quiere hacer cambios mayores, que exige más transparencia y que se ha cansado de las generaciones políticas anteriores. Son principalmente jóvenes que quieren participar de forma activa en política, que buscan más movilidad y que están bien formados. Ahora el debate es si es esta fuerza es similar al Podemos español o no. Yo realmente creo que son diferentes. Este movimiento sale de un liderazgo estudiantil no por una reacción a la crisis. No son demagogos ni rechazan todo. Guillier nunca haría lo que hizo Iglesias: bloquear al PSOE para que gobierne el PP.