Ucrania
Sorpresa, caos y rabia en el hospital infantil de Kyiv bombardeado por Rusia: “Estábamos seguros de que no atacarían aquí”
Los supervivientes relataron las escenas de terror que vivieron tras el ataque ruso contra uno de los mayores centros de salud pediátricos de Ucrania: “¿Por qué estos niños?”, reclaman
Retirando ladrillos y escombros a mano, miles de personas acudieron este lunes al lugar del devastador ataque de Rusia contra un hospital infantil en Kyiv, tras un bombardeo masivo que mató a más de 30 personas en todo el país. Poco después de que los supervivientes del ataque salieran del búnker del sótano del hospital infantil Okhmatdyt, la multitud se congregó para formar una cadena humana y retirar los escombros pieza a pieza.
Residentes, equipos de rescate, personal militar y médicos con batas cubiertas de sangre ayudaron a retirar los escombros del hospital destruido, después de que se informara de que había personas atrapadas bajo los escombros. Amplias zonas del hospital quedaron devastadas por el ataque, que según las autoridades ucranianas fue causado por un misil de crucero ruso.
Dos bloques de hospitales cercanos también resultaron gravemente dañados por la explosión, con la mayoría de las ventanas reventadas y sangre esparcida por sus paredes. Mientras los misiles caían sobre Kiev, Pavlo Holoviy corrió hacia el hospital infantil donde su hijo se recuperaba de una operación reciente. Cuando llegó, todavía salía humo de los escombros.
El hombre de 37 años dijo que era “imposible expresar” sus emociones tras encontrar a su mujer y a su hijo a salvo. “Sinceramente, lo principal era ver a mi mujer y a mi hijo, no presté atención al resto”, dijo Holoviy.
“Mi hijo Sasha estaba en la sección de traumatología. Hubo una explosión y tuvimos que salir muy rápido. Había muchos niños heridos bajo los escombros”, dijo a Efe Natalia Sheyan mientras esperaba fuera del hospital junto a su niño para ser trasladada a su región natal, Cherníguiv, al norte de Kiev.
Sheyán explicó que su hijo debe volver a recibir tratamiento dentro de un mes, pero teme que no sea posible por la destrucción causada por el ataque. “Su médico, además, tiene una herida en la cabeza que sufrió al proteger a otro niño durante la explosión”, agregó la madre visiblemente afectada. “No sé qué más decir, estoy en estado de ‘shock’ y no puedo entender cómo pueden atacar un hospital con niños”, señaló la mujer antes de volver a rodear con sus brazos a su hijo.
A su alrededor, una multitud de ambulancias ocupaba la calle cortada trasladado a los niños en situación más precaria. Camiones de bomberos ingresaban en el perímetro del hospital para proseguir con la limpieza de los escombros. El hijo de Marina Ploskonos, de 4 años, fue operado de tuberculosis cervical el pasado viernes. “Mi hijo está aterrorizado”, dijo a la agencia AP. “Esto no debería estar pasando, es un hospital infantil”, dijo, rompiendo a llorar.
Según Natalia Svidler, de 40 años, los pacientes, el personal y los familiares habían corrido al sótano después de que sonara la alarma antiaérea a primera hora del lunes. “Oímos un fuerte estruendo y luego el techo del sótano se desplomó un poco”, explicó Svidler, cuyo hijo Illia iba a ser operado en el hospital a finales de esta semana. “Todo el mundo se asustó mucho, por supuesto. Todo el mundo empezó a gritar y a correr”.
Tras una sirena antiaérea a primera hora de la mañana, el personal médico había actuado con rapidez para trasladar a los pacientes y al personal al sótano del centro. “Por alguna razón, siempre pensamos que Okhmatdyt estaba protegido”, dijo Nina, una empleada del hospital de 68 años.
“Estábamos seguros al cien por cien de que (los rusos) no atacarían aquí”, dijo a AFP, mientras describía las frenéticas prisas con las que el personal trasladaba a los niños con goteros al búnker. “¡Prefiero que me maten! Ya he vivido. Pero, ¿por qué estos niños?”.
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