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Defensa

Ni tanques ni blindados: la nueva arma de Rusia para asaltar Ucrania es un carrito de golf chino

Lo que eran simples vehículos recreativos de fabricación china son ahora el último ingenio del ejército ruso: robots de combate no tripulados, diseñados con piezas comerciales para ejecutar las misiones más arriesgadas en el frente de Ucrania

Ni tanques ni blindados: la nueva arma de Rusia para asaltar Ucrania es un carrito de golf chino

La fragilidad define la última solución táctica del ejército ruso en Ucrania. Miles de vehículos todoterreno, concebidos para el ocio y la vida civil, se han desplegado en el frente con su total ausencia de blindaje como principal característica. Esta vulnerabilidad los convierte en un blanco fácil para el fuego de artillería, las armas ligeras y, sobre todo, para la amenaza constante de los drones que dominan el campo de batalla moderno. Cualquier impacto, por pequeño que sea, puede dejarlos inutilizados o destruirlos por completo. Esta exposición es particularmente crítica ante la proliferación de aparatos no tripulados cada vez más letales, como el nuevo dron ruso inmune a la guerra electrónica que opera en la zona.

En concreto, se trata del modelo Desertcross 1000-3, de fabricación china. La compra de miles de estas unidades a lo largo de 2023 evidencia una necesidad logística acuciante en las filas rusas, obligadas a recurrir a vehículos concebidos para el uso recreativo y comercial, muy alejados de las extremas exigencias de un conflicto de alta intensidad. Su diseño original, lógicamente, no contempla ninguna clase de protección para sus sistemas internos.

Sin embargo, el ingenio en tiempos de guerra ha llevado a las fuerzas rusas a transformar estos todoterrenos en robots de combate teledirigidos. El objetivo principal de esta iniciativa es alejar a los soldados de las tareas más peligrosas, reduciendo su exposición al fuego enemigo en la primera línea, según informa el medio Interesting Engineering. La modificación se realiza con una mezcla de componentes electrónicos comerciales y piezas creadas con impresoras 3D. Este esfuerzo por robotizar el campo de batalla no es exclusivo de Rusia, pues se ha informado que Finlandia también está buscando robots para combatir en Ucrania, lo que evidencia una tendencia creciente en el conflicto.

De vehículo de ocio a herramienta de guerra polivalente

Así pues, las aplicaciones de estos robots improvisados van más allá del simple transporte. Una de sus misiones más valiosas y arriesgadas es el tendido de fibra óptica en pleno campo de batalla, una labor en la que un único vehículo puede desplegar hasta cinco kilómetros de cableado. De este modo, se minimiza un riesgo que antes recaía sobre la infantería, junto con otras tareas como el transporte de suministros a posiciones avanzadas.

Además, su rol se ha extendido incluso a operaciones de asalto directo contra las líneas ucranianas. Para ello, algunas unidades han sido equipadas con armamento pesado, como ametralladoras y lanzagranadas. Conscientes de su fragilidad, los ingenieros rusos también les han incorporado redes para intentar protegerlos de los ataques con drones, aunque esta medida ofrece una defensa muy limitada frente a la potencia de fuego del conflicto. Esta solución improvisada contrasta con la creciente sofisticación de los sistemas de defensa, como los kits antidrones que ya se reparten en bases militares para una protección más eficaz.